Nima Rinji, precocidad a más de 8.000 metros
Conquistar los catorce ochomiles es una de las mayores proezas en el alpinismo y la hazaña alcanza una nueva dimensión cuando el protagonista es un sherpa nepalí de 18 años. Nadie completó esta titánica tarea tan pronto. «Esta cumbre no es sólo la culminación de mi viaje personal, sino un homenaje a todos los sherpas que se han atrevido a soñar más allá de los límites tradicionales establecidos para nosotros. El alpinismo es más que trabajo; es un testimonio de nuestra fuerza, resistencia y pasión», aseguró Nima Rinji tras alcanzar la cima del Shisha Pangma (8.027 metros).
A pesar de haber sufrido tragedias en sus escaladas, como la pérdida de un compañero en una avalancha, Nima busca nuevos retos. A través de la iniciativa #SherpaPower busca inspirar a las generaciones más jóvenes a superar el estereotipo de ser únicamente escaladores de apoyo, alentándolos a abrazar su potencial como atletas, aventureros y artífices de logros altísimo nivel. «No somos simples guías, somos pioneros. Que esto sea una llamada a cada miembro de nuestra comunidad para que reconozcan la dignidad de nuestro esfuerzo, el poder de nuestro legado y las posibilidades ilimitadas que nos depara el futuro», agregó.
Originario de Katmandú, Nima relató a medios locales que, a pesar de estar cerca de las montañas, durante su infancia se inclinaba más hacia el fútbol y le interesaban el cine o la fotografía. Sin embargo, hace dos años decidió cambiar su enfoque y dedicarse a la escalada, lo que lo llevó a romper varios récords. En agosto de 2022, alcanzó su primer 8.000 al coronar el Manaslu (8.163 metros) y ser el primer adolescente en lograrlo. Su última ascensión, en junio, fue al Kanchenjunga (8.586), donde estableció un nuevo récord como el más joven en escalar la tercera montaña más alta del mundo. "Aprendí lecciones sobre la naturaleza, el cuerpo humano y la psicología de las personas", afirmó. Asimismo, ostenta el título de haber escalado las montañas G1 (8.080) y G2 (8.035) del Himalaya, así como el Nanga Parbat (8.125) en Cachemira. Su gesta incluye la ascensión del Everest y el cercano Lhotse (8.516), realizadas en menos de diez horas, consolidando su posición como una de las figuras emergentes más destacadas del alpinismo mundial.
Los sherpas en el Himalaya son considerados la columna vertebral de la industria del alpinismo en la zona y en los últimos años están desafiando estereotipos y reclamando su lugar como una nueva élite desafiando la percepción tradicional de su papel en dicha comunidad. "Cuando te encuentras en las montañas, la muerte puede asomarse en cualquier momento. Es fundamental ser consciente de la fragilidad de la vida", asegura Nima.