‘Debemos llevar como unas 500 expropiaciones’
A veces es difícil discernir. Algunos empresarios pueden sonar tan radicales como ciertos políticos.
El gobierno ha quitado el control a Germán Larrea sobre vías férreas en el sur de México y ya saltaron algunas organizaciones para alertar sobre “dudas a los marcos jurídicos que protegen la inversión”. ¿Fue conforme a derecho lo de Ferrosur? Que lo digan los jueces, no una asociación o cámara empresarial.
Atención que aquí no hablamos de fábricas o centros comerciales que son enteramente privados. El presidente Andrés Manuel López Obrador tiene razón al aludir la base de la relación de ese negocio con el gobierno: es una concesión de vías.
Lo que ostenta Larrea es un permiso que los mexicanos dan a una persona para hacer dinero con un bien que pertenece a todos. Como lo dan, pueden quitarlo, ojo, si es conforme a derecho. Estamos lejos de un veredicto.
Esos permisos llamados concesiones han generado grandes fortunas en México, garantizando la vida a generaciones de familias y hasta ahora no parece haber un impacto sobre otros personajes beneficiados con tal venia.
A ver, América Móvil, la enorme empresa de Carlos Slim que ostenta concesiones para usar el “espectro” para sus señales, vale lo mismo que hace un mes. ¿Por qué no se ha depreciado si hay tanto miedo en el ambiente? Televisa está en una situación similar.
Dejemos al lado a políticos y a lo que queda de las cámaras y asociaciones empresariales.
A la hora de hacer negocios, sobrevive el pragmatismo.
¿Ya se va la inversión? ¿Por qué no se ha desplomado la Bolsa, en donde está el dinero que puede volar en días?.
El Índice de Precios y Cotizaciones cayó menos de 3 por ciento en un mes. ¿Es eso un desplome? El índice Dow Jones bajó 1.4 por ciento en el mismo plazo y el Standard and Poors 500, 1.8 por ciento. Analistas serios advierten que en todos los casos se debe más al relajo que traen Demócratas y Republicanos por el tope de deuda del gobierno estadounidense, que tiene al mundo en espera de saber si seguiremos jugando el mismo juego capitalista o hay cambio de reglas.
Ya hubo expropiaciones que nadie reclamó antes. Ayer, el presidente López Obrador dijo lo siguiente acerca de las obras del Tren Maya en la península de Yucatán:
“Creo que debemos de llevar en el gobierno como unas 500 expropiaciones que se hacen, porque es un procedimiento que establece la ley”.
Ojo con esto que también comentó: “A veces, la mayoría de las veces, son expropiaciones concertadas con el supuesto afectado, porque de esa manera se agiliza el trámite y se le paga lo que establece el avalúo cuando se va a hacer una obra”.
El mandatario reconoce tácitamente que hay otros propietarios, también privados, que han cedido su propiedad contra su voluntad. Hay expropiaciones legales, que no se olvide eso.
Ya tocará a jueces o en el último caso a la Suprema Corte de Justicia, decidir si lo que hace el Poder Ejecutivo cumple con la Constitución.
Eso sí. La Corte ha cumplido con su labor a cabalidad y merece confianza.
Que al presidente no le gusten sus decisiones evidencia inmadurez, por decir lo menos. Si un mandatario no entiende que en este país hay tres poderes, está encerrado en un grave problema de negación. Muchos solo cuentan con la Corte para defenderse.
Que los mexicanos podríamos comprar Banamex
Eso también dijo el presidente. Le asiste la razón. Hace un mes, la directora de Citigroup, Jane Fraser, dijo que sí podrían vender a través de una Oferta Pública Inicial, una OPI vaya, vendiendo al público las acciones a través del mercado de valores.
López Obrador dijo que el gobierno podría comprar una parte porque se trata de un “negocio redondo” por las grandes ganancias de los bancos. Mexicanos como ustedes podrían comprar otra, para tener una “mayoría”. Cierto. ¿Comprarían ustedes acciones?
Yo no conozco un negocio relevante del gobierno que sea rentable. Los políticos no saben de negocios y por lo que se ve, los empresarios nacionales pierden habilidad en la política.