Varias comunidades se muestran favorables al toque de queda mientras Madrid siembra la duda
El Ministerio de Sanidad y las comunidades abordarán este jueves la actualización del plan de respuesta temprana frente al coronavirus para tratar de frenar esta segunda ola en un encuentro en el que pondrán sobre la mesa el debate de la posibilidad de aplicar un toque de queda. Medida que, como ya avanzó el martes el ministro de Sanidad, Salvador Illa, requeriría de la declaración del estado de alarma, que podría "adoptarse en una parte del territorio o en todo", aunque "no hay tomada ninguna decisión" por el momento sobre su implantación ni sobre la franja horaria en la que se aplicaría.
El estado de alarma era uno de los escenarios que ya contemplaba el plan de respuesta temprana frente al coronavirus aprobado en julio; se trataba del último de tres, diseñado para cuando ni las medidas autonómicas ni las actuaciones coordinadas del Ministerio tuvieran sus efectos para contener la propagación del virus.
El ministro de Sanidad, Salvador Illa, ha dicho que el toque de queda es una medida que "está encima de la mesa" y que esta tarde, en el Consejo Interterritorial de Salud, escuchará a las comunidades su opinión, aunque ya algunas habían planteado esta posibilidad en otra reunión con los consejeros.
Han sido varias las comunidades que se han mostrado favorables a utilizar la herramienta del toque de queda para tratar de frenar el avance de la pandemia. Castilla y León, gobernada por el Partido Popular ya apuntó que interesante la idea de un toque de queda como el que Francia aplica. Otras, como la Comunidad Valenciana y Castilla-La Mancha, también han avanzado que propondrán esta medida para atajar ala crisis sanitaria. Queda por despejar la incógnita de la Comunidad de Madrid, que se mostró partidaria en los últimos días pero que no ha llegado a posicionarse de una forma oficial.
El president de la Generalitat Valenciana , Ximo Puig, ha avanzado que planteará esta tarde en el Consejo Interterritorial de Salud un toque de queda entre la medianoche y las seis de la mañana hasta el próximo 9 de diciembre en toda España y, si no es posible, en la Comunidad Valenciana para intentar frenar el avance de la pandemia de coronavirus.
El lehendakari, Iñigo Urkullu, se mostrado "abierto a la reflexión" sobre la adopción de un nuevo estado de alarma en el Estado y la aplicación del toque de queda, pero si antes se han tomado todas las medidas preventivas y no han sido suficientes, y si su aplicación es gestionada desde las comunidades autónomas.
De la misma forma, el presidente de la Junta de Andalucía, Juanma Moreno, ha pedido al Ejecutivo central que, si el toque de queda es una medida efectiva y recomendada por técnicos y expertos por el recrudecimiento de la pandemia del coronavirus, tome una decisión unánime al respecto y que se adopte para el conjunto del país.
La presidenta de La Rioja, Concha Andreu, avanzaba ayer que aunque entre las medidas restrictivas adoptadas para su comunidad -como su cierre perimetral- no está el toque de queda, esta cuestión se analizará y "se adoptaría también si fuera necesaria, una vez que el Gobierno de España articule su figura legal".
El conselleiro gallego de Sanidad, Julio García Comesaña, considera que esta herramienta es "interesante", pero ha pedido criterios objetivos para determinar cómo y en dónde se aplica y también definir exactamente "qué es".
Por el contrario, Canarias, la región con los mejores indicadores de todo el país, pide que se le excluya si el Gobierno establece un toque de queda para todo el país, ha anunciado el presidente del archipiélago, Ángel Víctor Torres.
Tampoco Baleares se plantea por ahora implantar el toque de queda porque allí no es una "medida prioritaria", según ha dicho el portavoz del Comité Autonómico de Gestión de Enfermedades Infecciosas de Baleares, Javier Arranz.
El ministro de Sanidad ha recordado durante una entrevista en Onda Cero que esta medida ya se está aplicando en algunos países y donde ha mostrado su esperanza de que esta tarde en la Interterritorial se apruebe y valide la actualización del plan de respuesta temprana ante el coronavirus.
Un plan en el que se barajan los escenarios de riesgo que se pueden dar, con unos determinados indicadores, y un catálogo de actuaciones que habría que adoptar; serán recomendaciones sobre actuaciones que no se aplicará de forma automática porque, según Illa, tiene que haber un trabajo de interpretación de cada comunidad con el apoyo del Ministerio.
Las medidas requieren de un tiempo para empezar a percibir efecto, pero si no se constatan -ha dicho el ministro- habrá que seguir tomando medidas más drásticas.
Illa ha incidido en el escenario tan "inestable y variable" en el que vivimos por el virus, y que en base a la situación de cada momento se tendrán que tomar medidas "contundentes".
Por eso ha hecho un llamamiento a la ciudadanía ya que, además, los virus respiratorios en invierno son los que más se contagian, y de ahí que sea importante no relajarse en los ambientes más familiares y de ocio porque "esto no va a acabar en un mes". "Si todo va bien, podemos hablar de cinco o seis meses. Tenemos que aprender a convivir con el virus", ha concluido.
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