Identifican en Estados Unidos un caso raro de infección por gusano barrenador del Nuevo Mundo tras viaje desde El Salvador
Un portavoz del Departamento de Salud y Servicios Humanos de EE.UU. informó que se identificó en Maryland un caso raro de gusano barrenador del Nuevo Mundo en un paciente que viajó desde El Salvador.
Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de EE.UU. (CDC, por sus siglas en inglés) y el Departamento de Salud de Maryland investigan el caso del parásito que devora el tejido humano, confirmado el 4 de agosto, según el portavoz del HHS Andrew Nixon. No se divulgó información adicional sobre el estado del paciente.
“Este es el primer caso humano de miasis por gusano barrenador del Nuevo Mundo —una infestación parasitaria causada por larvas de mosca— asociado a viajes desde un país afectado por un brote identificado en Estados Unidos”, dijo Nixon en un correo electrónico. “Actualmente, el riesgo para la salud pública en Estados Unidos por esta introducción es muy bajo”.
El brote de este parásito —la forma larvaria de una mosca que anida en heridas de animales de sangre caliente y los devora lentamente mientras están vivos— se ha propagado por Centroamérica desde principios de 2023, con casos registrados en Belice, Costa Rica, El Salvador, Guatemala, Honduras, México, Nicaragua y Panamá. La mosca llegó al sur de México a finales del año pasado, lo que despertó preocupación en las autoridades agrícolas de EE.UU. y llevó este año al cierre de puertos de comercio de ganado vacuno, caballos y bisontes en la frontera.
El gusano barrenador del Nuevo Mundo representa una seria amenaza para las poblaciones animales y para el suministro de alimentos. Estados Unidos logró erradicarlo en gran medida en las décadas de 1960 y 1970 mediante la cría de machos esterilizados que luego eran liberados desde aviones para que se aparearan con hembras silvestres. Este mes, el Departamento de Agricultura de EE.UU. (USDA, por sus siglas en inglés) anunció la construcción de una planta en Edinburg, Texas, en la Base Aérea Moore, con capacidad para producir hasta 300 millones de moscas estériles por semana. La instalación trabajará en coordinación con centros similares en Panamá y México, agregó el USDA.
“La construcción de una planta nacional de producción de moscas estériles garantizará que Estados Unidos siga liderando la lucha contra esta plaga devastadora”, dijo este mes la secretaria del USDA, Brooke Rollins. “Si nuestros ganaderos son invadidos por plagas extranjeras, no podremos alimentarnos a nosotros mismos”.
El USDA también informó que destinará hasta US$ 100 millones a tecnologías adicionales, como trampas y cebos, tratamientos y técnicas para reforzar la producción de moscas. Además, empleará agentes montados conocidos como Tick Riders para tareas de vigilancia y entrenará perros detectores de gusano barrenador para identificar brotes en el ganado.
Este mes, el HHS emitió además una declaración de emergencia que otorgó a la Administración de Alimentos y Medicamentos de EE.UU. (FDA, por sus siglas en inglés) mayor flexibilidad en el uso de medicamentos veterinarios para tratar y prevenir infestaciones por gusano barrenador del Nuevo Mundo. Actualmente no hay fármacos aprobados por la FDA contra este parásito en Estados Unidos, pero la declaración permite autorizar su uso en situaciones de emergencia.
El gusano barrenador del Nuevo Mundo es la larva de una mosca de brillo metálico azul llamada Cochliomyia hominivorax. A diferencia de otras moscas nativas del hemisferio occidental, se alimenta de tejido vivo y no de animales muertos, explicó previamente a CNN el doctor Phillip Kaufman, profesor y jefe del departamento de entomología en la Universidad Texas A&M.
Las larvas atacan a la mayoría de animales de sangre caliente, incluidos caballos y vacas, y también pueden infectar a mascotas y humanos.
“Después del apareamiento, la mosca hembra busca un huésped vivo, se posa en su herida y deposita entre 200 y 300 huevos”, explicó Kaufman. “Tras 12 a 24 horas, los huevos eclosionan y de inmediato comienzan a alimentarse del tejido del animal, causando heridas muy grandes”.
El tratamiento para el ganado afectado suele incluir limpieza, desinfección y cubrimiento de heridas. Si no se trata, el parásito puede matar a un animal en una o dos semanas y propagarse a otros.
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