Lince ibérico: solitario, pero con vida social
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Gracias a este esfuerzo se han obtenido datos demográficos, de distribución, de uso del territorio, de dispersión, conectividad e incluso sanitarios. de los linces ibéricos que alberga la península Ibérica. Se han empleado dos métodos principales: fototrampeo (cada lince tiene un patrón de manchas exclusivo); y telemetría (con collares VHF y/o GPS).
El fototrampeo y la fotoidentificación han permitido obtener estimas de las poblaciones (con errores muy bajos, inferiores al 5%), aseguran desde Iberlince. Por otro lado, la telemetría es «muy importante para la determinación de las causas de mortalidad y los movimientos y dispersiones», añaden las mismas fuentes.
Además del interés científico y de conservación, el fototrampeo a veces permite a los expertos constatar comportamientos y relaciones sociales y familiares.
«Hemos detectado las interacciones de linces en un área de reintroducción en Extremadura. Son el macho territorial 'Kun' (del 2013) y su hija 'Nube' (del 2016). También encontramos al mismo macho con sus hijos 'Ortega' y 'Ozono' (del 2017)», apuntan desde Iberlince. «No son tan raras tales interacciones entre linces, los cuales, a veces están emparentados. Y desmentirían, un poco, la fama de solitarios de los linces», prosiguen en una nota. «Pese a sus comportamientos solitarios, interaccionan con otros linces y poseen un complejo repertorio de comportamientos que van desvelando que son solitarios, pero con vida social», concluyen.