El monte gallego, bajo el control de 88 cámaras con ubicación secreta
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Ubicadas estratégicamente en zonas de una alta actividad incendiaria, estos chivatos de última generación abarcarán una zona de extensión superior al millón y medio de hectáreas, con un doble objetivo: aportar información relevante a los equipos de extinción en caso de incendio y recabar pruebas para incriminar a los posibles incendiarios. Para ello, y tal y como contempla la ley, las imágenes estarán disponibles durante un mes a contar desde su filmación.
Con una inversión de casi 2,03 millones de euros, las cámaras estarán ubicadas en torres que forman parte de la infraestructura pública de la Xunta y suministrarán imágenes en tiempo real. Durante una visita al centro desde el que se coordinarán las imágenes, la conselleira do Medio Rural, Ángeles Vázquez, llamó la atención sobre la resolución de las cámaras, que permiten un movimiento de 360 grados y tienen un zoom «impresionante» con el que será posible incluso determinar la presencia de vehículos sospechosos en las inmediaciones de un incendio.
Acerca de lo que se espera para este verano, que está siendo especialmente clemente con el monte dadas las precipitaciones y las bajas temperaturas de las últimas semanas, la conselleira indicó que «esperamos que sea un buen verano, pero bien es cierto que ponemos todo encima de la mesa para que eso sea así». Las palabras de Vázquez conectan con la puesta en marcha de una de las medidas proclamadas por la Xunta después de la ola de fuegos del pasado octubre, que se cobró cuatro vidas y arrasó unas 50.000 hectáreas en apenas un fin de semana.
Por el momento están operativos 10 centros (con dos cámaras por cada centro) y está previsto que a mediados del mes de agosto esté culminada la instalación de la totalidad de las cámaras proyectadas, en los 44 puntos indicados.