Gaspar releva a Rodríguez y pide juego limpio a la oposición
Casi tres años después de que Jorge Rodríguez tomara la vara de mando de la Diputación de Valencia, el también socialista Toni Gaspar, le relevó ayer en el puesto. El pleno aprobó ayer con 17 votos a favor, los de PSPV, Compromís, EU y Podem repetir el pacto de Gobierno interrumpido por la detención e imputación de Jorge Rodríguez y varios de sus colaboradores en la operación Alquería.
Los doce diputados del PP votaron a favor de su candidata, la portavoz Mari Carmen Contelles. La edil de Ciudadanos, Mamen Peris, emitió un voto nulo y el no adscrito, José Enrique Aguar, en blanco.
Gaspar se comprometió a seguir la hoja de ruta de Rodríguez en el año que queda de legislatura. Alabó a su antecesor por haberse apartado de la Diputación y pidió a la oposición e incluso a la Prensa que deje hablar primero a la Justicia. Solicitó a los primeros que hagan política «con mayúsculas» y a los segundos advirtió de que corren el riesgo de que «no les lea nadie».
Sin embargo, ni el PP ni Ciudadanos variaron su discurso. Contelles aseguró que la credibilidad de PSPV y Compromís está agotada y lanzó dos cuestiones a Gaspar, miembro del Consejo de Administración de Divalterra, sobre su responsabilidad en el asunto que desencadenó la detención de Rodríguez.
Le preguntó si avala la legalidad de los contratos de alta dirección de Divalterra y si conocía la existencia de los informes que cuestionaban la legalidad de los citados contratos. Gaspar, insistió, votó a favor de dichos nombramientos.
Peris (Cs) aseguró que la legislatura ha estado marcada por los enchufes y los favoritismos. «Rodríguez dio 70.000 euros para un concierto de Bisbal en las fiestas de Ontinyent y 250 euros para las de Requena».
De ausencias y presencias
Si llamó la atención que el presidente de la Generalitat, Ximo Puig, no asistiera al pleno (fue él quien designó a Gaspar) aún chocó más la presencia del ex jefe de Gabinete de Rodríguez, Ricard Gallego, imputado en la causa y que incluso se fotografió en el salón de plenos como si de una fiesta se tratara.