Una excompañera de Ramón García destapa lo difícil que fue trabajar con él en 'Grand Prix'

Mar Regueras (52) no se muerde la lengua al hablar de Ramón García, con quien compartió plató en 'Grand Prix'. La actriz, que fue nominada al Goya en 2003 por la película 'Rabia' y tiene una hija en común con Toni Cantó, estuvo este sábado en 'Socialité', donde habló de su trayectoria profesional. En Telecinco, de hecho, tuvo la oportunidad de aparecer en su primera serie, 'El comisario'. Regueras interpretó durante cuatro temporadas, entre 2000 y 2002, a la subinspectora Lola Écija, cuyo personaje tuvo un romance con el de Juanjo Artero. En Telecinco también apareció en la última temporada de 'Hospital central' (2012) como la doctora Manuela Rubio y se metió en la piel de Tita Cervera en una miniserie de dos episodios emitida en 2011. Regueras tiene más títulos en televisión: en 'Herederos', un culebrón de TVE producido por Ana Rosa, hizo de hija de la protagonista, Concha Velasco, y también salió en la segunda temporada de 'Sin identidad' (Antena 3). Pero Mar Regueras, desde su cameo hace varios años en las series 'Desaparecidos' y 'Servir y proteger' (ambas de la misma productora, Plano a plano), no ha vuelto a aparecer en televisión. Ambas participaciones se produjeron antes de la pandemia. Y así se ha quejado de ello la actriz en 'Socialité'. Ella lo achaca a la edad, pero no desiste. Antes de 'El comisario', la primera vez de Mar Regueras en televisión fue como presentadora del 'Grand Prix' (1995-97) y de 'Música Sí' (1997-1998). Aunque lo cierto es que la primerísima vez de Mar Regueras en televisión fue como bailarina en otro mítico programa, 'El gran juego de la oca'. Ramón Gracía y Mar Regueras presentaban el programa de televisión 'Grand Prix de verano' - ABC Según 'Socialité', Mar Regueras tuvo algún «encontronazo» con Ramón García, su compañero en el 'Grand Prix'. «En el 'Grand Prix', eh..., mi experiencia fue buena... He aprendido muchísmo. Lo cierto es que Ramón [García], en algún momento, me lo hizo pasar un poco difícil porque era, pues eso, un profesional como la copa de un pino, pero también muy exigente».