Madrid tiene sus cosas, sus gentes, sus personajes. Pero también la vida literaria que fue, en puridad, por lo que nos vinimos desde la provincia marinera que dicen que ahora despega y que será la segunda capital de esta España que va hacia el descalzaperros. Hace años, muchos, cuando era un chisgarabís resultón y caradura, Malasaña empezaba a ponerse interesante. Después arribaron los hipsters, los divos de las series mal pagados y, citando a Mario Vargas Llosa , se jodió el Perú. Sin embargo, aún quedan sitios donde un libro es una excusa para brindar por la amistad, por proyectos literarios. Hace poco colé un guion y un cameo de narco gallego (con la faringitis sostenida que padezco tengo la mismísma voz de Luis Zahera ) así, en cinco minutos. Noticia Relacionada LAPISABIEN opinion Si Días santos... y prontos Jesús Nieto Jurado Habrá quizá ventanas de sol, y algo podremos ver y rezar Volví a sentir eso, el formar parte de una cofradía de la palabra con actores, directores y literatos. Por eso, no puedo decir ni sí ni no, ni una cosa ni la contraria cuando alguien, medio en broma, me llama escritor. Sólo sé que Madrid tiene alma, gente, libros. Que quizá por la costumbre de ver Madrid bajo tierra he perdido la perspectiva de sentirme en el epicentro del mundo. En el lugar que me exigí para vivir. Era Madrid o nada. Y eran libros o nada. Aún llevo atragantada la gran novela madrileña, que me propongo en los días soleados. La misma que le digo a Ángel Antonio Herrera que haré, y que luego me callo, porque no hay ni musa, ni tiempo, ni materia gris por esa manía social de prohibir, o anatemizar, el Orfidal y sus derivados. Y el no dormir me está consumiendo el alma. MÁS INFORMACIÓN noticia Si Avenida de América/2 noticia Si Perfume primaveral Hay a quien le inspira el insomnio; no es mi caso. Y vaya si lo peno. Disculpen está digresión del Madrid que fue, del hombre que fui. Es necesario entenderlo. Madrid no sólo son las torres. Hay más, mucho más. Pero, como la escritora, me pregunto dónde quedaron las ilusiones.
