Trump, Macron y más líderes de la G7 respaldan a Israel y piden “desescalada” en Medio Oriente: "Tiene derecho a defenderse"
Durante la cumbre del G7 celebrada en Canadá, los líderes de las principales potencias occidentales —entre ellos Donald Trump, Emmanuel Macron y Friedrich Merz— expresaron su respaldo a Israel frente a los recientes ataques iraníes y calificaron a Irán como el principal responsable de la inestabilidad en Medio Oriente. En una declaración conjunta, el grupo reafirmó el derecho de Israel a defenderse.
En la declaración final, a la que se opusieron algunos actores clave como China y Rusia fuera del G7, se reafirmó el derecho de Israel a defenderse y se hizo un llamado conjunto a reducir la tensión en la región. Emmanuel Macron pidió “máxima contención” y el canciller alemán Friedrich Merz insistió en que Irán no puede tener acceso a armamento nuclear bajo ninguna circunstancia.
El presidente Donald Trump abandonó la cumbre de forma anticipada y regresó a Washington antes de la firma del comunicado final. Aunque evitó estampar su firma en el documento, sus declaraciones fueron claras: instó a los civiles en Teherán a evacuar y afirmó que Irán deberá firmar un nuevo acuerdo nuclear o enfrentarse a consecuencias.
G7 pide una "desescalada" entre Israel e Irán
En el marco de la cumbre del G7 en Canadá, los líderes de las principales economías del mundo no solo respaldaron a Israel frente a los ataques de Irán, sino que también instaron a que la resolución de esta crisis sirva como punto de partida para una desescalada más amplia.
El comunicado conjunto incluyó un llamado explícito a un alto el fuego en Gaza, donde la violencia entre las fuerzas israelíes y grupos armados palestinos se mantiene activa. “La resolución de la crisis iraní debe conducir a una reducción más amplia de las hostilidades en Oriente Medio”, afirmaron, remarcando la necesidad de frenar la tensión en todos los frentes.
Consecuencias económicas debido al conflicto
Además, los países del G7 manifestaron su preocupación por las consecuencias económicas del conflicto, en particular sobre los mercados energéticos internacionales. Indicaron que seguirán de cerca cualquier posible repercusión y expresaron su disposición a coordinar medidas para proteger la estabilidad del mercado global.
La declaración conjunta, que inicialmente generó desacuerdos entre algunos miembros, fue finalmente aprobada por unanimidad tras una larga negociación que culminó en una cena celebrada la noche del lunes.
