Manu Sánchez, que terminó la temporada contribuyendo a la salvación del Alavés, decidió hace unos días emprender un viaje muy especial. El jugador, que a día de hoy es propiedad del Celta de Vigo, cogió un avión con destino a Ghana (África) para poner su pequeño granito de arena en un proyecto humanitario ligado al fútbol.
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