Ya sabemos cómo serán los próximos destructores de la Armada: más misiles y armas de energía
La Armada de Estados Unidos se prepara para dar un paso adelante en la modernización de su flota con la planificación del buque de guerra de próxima generación, conocido provisionalmente como DDG(X). Este nuevo destructor busca incorporar sistemas armamentísticos avanzados, incluyendo armas de energía dirigida, y una mayor capacidad para el lanzamiento de misiles.
El programa de desarrollo de esta nueva clase de buques contempla una inversión inicial notable. Para el ejercicio fiscal 2026, la Armada ha solicitado una partida de 133,5 millones de dólares destinada a investigación y desarrollo, con la meta de iniciar su producción en serie a principios de la década de 2030.
Un aspecto destacado del diseño actual del DDG(X) es su considerable tamaño. Los planos recientes prevén un desplazamiento de 14.500 toneladas, lo que supone un incremento de 1.000 toneladas respecto a las estimaciones iniciales de 2024. Este aumento ha generado interrogantes sobre la coherencia con el objetivo declarado de la Armada de transitar hacia una flota más moderna y, en parte, compuesta por buques de menor envergadura.
Un relevo para la columna vertebral de la flota
El DDG(X) está concebido para reemplazar a los conocidos como "destructores Aegis", que constituyen la columna vertebral de la capacidad de defensa aérea y de superficie de la Armada estadounidense. Entre ellos se encuentran los cruceros de la clase Ticonderoga y los destructores de la clase Arleigh Burke, denominados así por integrar el sistema de combate Aegis, descrito por la propia Armada como el primer sistema de combate completamente integrado diseñado para defenderse de amenazas aéreas y de superficie avanzadas, tal y como recoge el medio Defense News.
El sistema Aegis tuvo sus primeras pruebas operativas en 1973. El primer crucero equipado con esta tecnología, el Ticonderoga, fue comisionado en 1983. Posteriormente, la clase Arleigh-Burke emergió como una versión de destructor de menor tamaño que incorporaba una versión actualizada del sistema Aegis, siendo su primer buque de esta clase asignado en 1991.
Actualmente, la flota estadounidense todavía cuenta con veintidós cruceros de la clase Ticonderoga, adquiridos entre los cursos 1978 y 1988, y que entraron en servicio de 1983 a 1994. No obstante, la Armada ha iniciado la retirada de veintidós cruceros desde 2022, con la intención de completar su desmantelamiento para finales del año 2027.
Capacidad de fuego y sigilo mejorados
El diseño del DDG(X) mantendrá elementos de la arquitectura del sistema de combate Aegis, pero incorporará mejoras significativas. Se espera que el nuevo destructor disponga de una mayor autonomía de navegación y esté equipado con noventa y seis celdas estándar del sistema de lanzamiento vertical de misiles (VLS), con la capacidad de sustituir treinta y dos de estas celdas por otras doce de mayor tamaño para el lanzamiento de misiles.
Además de dicha capacidad, el DDG(X) contará con un sistema de energía con la potencia suficiente para soportar el despliegue de armas de energía dirigida. Estas armas utilizan energía electromagnética para causar daños y pueden incluir sistemas láser, microondas o haces de partículas.
Finalmente, la Armada confía en que estos nuevos destructores produzcan menos ruido submarino durante su navegación. Este avance es de considerable relevancia, ya que se traduce en una menor vulnerabilidad para el buque al reducir sus firmas infrarrojas, acústicas y electromagnéticas submarinas, dificultando su detección por parte de posibles enemigos.