CEPA Perú-Indonesia: la cima del comercio asiático está abierta, pero ¿quién guiará a las mypes?
El 11 de agosto de 2025, Perú e Indonesia firmaron el Acuerdo Integral de Asociación Económica (CEPA), un acuerdo que abre el acceso a un mercado de más de 270 millones de consumidores.
Esta iniciativa permitirá que el 56% de las exportaciones peruanas ingresen de inmediato sin aranceles, representando una oportunidad estratégica para productos agrícolas que antes enfrentaban tasas de entre 8% y 8,7%.
La ministra de Comercio Exterior y Turismo, Desilú León Chempén, calificó el CEPA como un acuerdo “ágil y moderno” que favorecerá especialmente a pequeños y medianos exportadores.
¿Cómo impacta el CEPA Perú-Indonesia?
En 2024, el comercio bilateral entre Perú e Indonesia creció 25%, con exportaciones peruanas que alcanzaron US$191 millones, triplicando su valor respecto al año anterior, dentro de un intercambio total de US$646 millones. Por su parte, las importaciones desde Indonesia sumaron US$440 millones, dejando un déficit comercial de US$249 millones.
Carlos Aquino, director del Centro de Estudios Asiáticos de la UNMSM, subraya que, a pesar de este crecimiento, el flujo comercial sigue siendo reducido y deficitario, con una canasta de exportación limitada a cacao, algunas frutas, fosfatos y refinados de zinc.
Actualmente, Indonesia representa apenas el 0,5% del comercio exterior peruano y ocupa entre los puestos 18 y 20 como socio comercial, aunque 56 productos peruanos podrían beneficiarse de la desgravación arancelaria.
Si bien el CEPA eliminará casi el 90% de los aranceles en un plazo de 10 años, el acceso efectivo al mercado dependerá de que las empresas cumplan con barreras como certificación halal, estrictos requisitos fitosanitarios, mayor oferta exportable y la formación de alianzas para investigación y desarrollo.
¿Por qué es importante la certificación halal para exportar a Indonesia?
El 85% de la población indonesia es musulmana, por lo que alimentos y bebidas requieren certificación halal. Halal es un término árabe que significa “permitido” o “lícito” y hace referencia a todo lo que es aceptable según la ley islámica.
En la alimentación, implica que los productos y su preparación cumplen normas estrictas: los ingredientes no deben incluir elementos prohibidos, como cerdo o alcohol; la carne debe provenir de animales sacrificados siguiendo rituales específicos; y los procesos de producción, almacenamiento y transporte deben garantizar que no haya contaminación con productos no permitidos.
Este sello no solo permite acceder al mercado indonesio, sino que habilita la entrada a un mercado global de hasta 1.800 millones de consumidores musulmanes.
Además, los controles fitosanitarios son estrictos: se verifica el uso de pesticidas y fertilizantes, se inspeccionan plantas y campos, y se bloquea la entrada desde zonas con plagas, como la mosca de la fruta.
Agroindustrias Virú ya obtuvo la certificación halal, y la Asociación Islámica en Perú apoya estos procesos.
¿Cómo mejoran logística e inversión la competitividad agrícola peruana hacia Asia?
Junto al CEPA, se firmaron protocolos fitosanitarios para arándanos y otras frutas, lo que garantiza estándares de calidad para la exportación. Al mismo tiempo, el megapuerto de Chancay podría reducir en unos 12 días el tránsito marítimo hacia Asia, un factor clave para mantener la frescura de los productos agrícolas.
Claudia Sícoli, directora de Economía y Negocios Internacionales de la UPC, señala que, pese a estas mejoras, los costos logísticos siguen siendo altos; por ejemplo, el flete para vehículos desde Indonesia ronda los US$1.662 por tonelada.
“El CEPA reduce aranceles y el puerto acorta tiempos; ambas son palancas complementarias que mejoran la competitividad”, explica.
Carlos Aquino recuerda que Chile logró posicionarse en Asia al atraer inversión asiática hacia su agricultura, mientras que en Perú ese capital se ha concentrado en minería e infraestructura.
Asimismo, señala que atraer inversión extranjera al agro permitiría a las mypes conocer mejor los mercados, cumplir con normas fitosanitarias y adaptar sus productos a culturas y regulaciones complejas, como la del consumidor musulmán.
¿Qué productos peruanos tienen mayor potencial en Indonesia?
La realidad es que las exportaciones peruanas a Indonesia se concentran en la agroexportación, con el cacao como producto líder, seguido de arándanos y frutas exóticas de la selva.
Empero, para las micro y pequeñas empresas (mypes), la oportunidad está en pasar de vender insumos a ofrecer productos elaborados, como chocolate con insumos amazónicos y certificaciones que permitan ingresar a supermercados y tiendas especializadas en Asia.
Dicho ello, Claudia Sícoli señala que también existen materias primas y manufacturas peruanas con alta demanda en Indonesia:
- Materias primas: azúcar de caña, algodón sin cardar o peinar, aceites crudos de petróleo.
- Manufacturas tradicionales: calzado de cuero de Trujillo, textiles y derivados del cacao con mayor valor agregado.
La estrategia comercial para exportar a Indonesia requiere diferenciarse de productos low-cost presentes en plataformas como AliExpress o Temu, apostando por:
- Calidad certificada.
- Trazabilidad de los productos.
- Narrativa cultural adaptada al mercado.
- Mensajes y canales de marketing respetuosos de normas religiosas y sociales.
- Colaboración con socios locales que conozcan gustos y distribución.
Actualmente, solo el 3% de las empresas que comercian con Indonesia son pequeñas, lo que evidencia un desafío que, según Daniel Hermoza, director de Mypes Unidas del Perú, no se resuelve únicamente con la firma de un tratado. Aunque el CEPA Perú-Indonesia reduce aranceles y valida certificados de calidad, el verdadero reto es construir un “TLC hacia adentro”, preparando a las mypes para cumplir con:
- Exigencias de volumen.
- Certificación de productos.
- Logística de exportación eficiente.
Esto requiere coordinación entre el Ministerio de la Producción, Comercio Exterior, Agricultura, el Ministerio de Salud y el sector privado. De no hacerlo, los beneficios se concentrarían en grandes empresas con mayor capacidad de aprovechamiento.
Hermoza recuerda que, pese a que las mypes representan cerca del 25% del PBI, no existe un trabajo articulado permanente con los agregados comerciales en el exterior ni un ministerio que integre todo el ciclo, desde formalización y capacitación hasta la conexión con mercados internacionales.
“Sin asociatividad promovida desde el Estado, las mypes no pueden responder a pedidos que se miden en contenedores y no en pequeñas partidas. Es como pedirle a una MYPE que escale una montaña sin cuerda ni equipo”, explica.
El dirigente también señala que el contexto internacional puede modificar las reglas de juego. Con la política de renegociar o imponer aranceles de Donald Trump, incluso sobre tratados vigentes, el modelo tradicional de TLC podría cambiar, y Perú debe anticiparse para no quedarse en desventaja.
¿Cuándo se verán resultados?
Con mayor área agrícola, certificaciones en regla y promoción activa, Aquino estima un momento importante en 2–5 años conforme más ofertas exportables se incremente y conforme se consigan los certificados de halal.
Sícoli añade que el objetivo realista no es “superar a China” como socio, sino elevar la participación relativa de Indonesia en nuestro comercio por encima del 0,5% e incorporar a medianas y pequeñas en la ruta.