Durante la homilía, el Papa León XIV ha retomado la costumbre abandonada por el Papa Francisco de reflexionar específicamente sobre algunos aspectos de la vida de los nuevos santos. «Queridos amigos, Pier Giorgio Frassati y Carlo Acutis nos invitan a todos, sobre todo a los jóvenes, a no malgastar la vida, sino a orientarla hacia lo alto y hacer de ella una obra maestra», ha resumido. Ha propuesto seguir las huellas de estos dos gigantes «para disfrutar la vida al máximo e ir al encuentro del Señor en la fiesta del cielo». Reflexionando sobre sus historias ha evocado la vida del rey Salomón, quien acaparó fama, riquezas y sabiduría pero fracasó en su vida personal, ya que «el riesgo más grande de la vida es desaprovecharla fuera del proyecto de Dios». Por contraste, Francisco de Asís «también era joven y rico, y estaba sediento de gloria y de fama. Por eso partió a la guerra, esperando ser nombrado caballero y revestirse de honores. Pero Jesús se le apareció en el camino y le hizo reflexionar sobre lo que estaba haciendo». La idea es que la vida de fe humaniza, y no limita la felicidad. «Dios le dio una nueva dirección a sus vidas, un nuevo camino, una nueva lógica, donde nada de su existencia estuvo perdido». Dirigiéndose a las decenas de miles de jóvenes que había en la plaza , ha dicho que «Dios nos llama a lanzarnos sin vacilar a la aventura que Él nos propone, con la inteligencia y la fuerza que vienen de su Espíritu y que podemos acoger en la medida en que nos despojamos de nosotros mismos, de las cosas y de las ideas a las que estamos apegados, para ponernos a la escucha de su palabra». En el caso de Carlo Acutis, León ha destacado que « cultivó el amor a Dios a través de medios sencillos, al alcance de todos , la Santa Misa diaria, la oración, y especialmente la adoración eucarística». Ha citado también la confesión frecuente, la devoción por los santos y por la Virgen María y la práctica de la caridad, que «ejercitaba sobre todo por medio de pequeños gestos concretos, a menudo escondidos». También ha recordado que el nuevo santo «encontró a Jesús en su familia, gracias a sus padres, Andrés y Antonia -presentes hoy aquí con sus dos hermanos, Francesca y Michele-», momento en el que en la plaza se ha levantado un aplauso. «También lo encontró en la escuela, y sobre todo en los sacramentos, celebrados en la comunidad parroquial. De ese modo, creció integrando naturalmente en sus jornadas de niño y de adolescente la oración, el deporte, el estudio y la caridad». Tras la homilía, las decenas de miles de peregrinos han aplaudido, aunque teóricamente al principio de la ceremonia el maestro de ceremonias había solicitado que no lo hicieran. En el fondo, han viajado hasta aquí para asistir a una fiesta y «disfrutar la vida al máximo», como acababa de aconsejar el Papa.