Добавить новость
smi24.net
World News
Сентябрь
2025
1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12
13
14
15
16
17
18
19
20
21
22
23
24
25
26
27
28
29
30

Putin pone a prueba la paciencia europea

0

Esta semana, hasta 20 drones rusos penetraron el espacio aéreo polaco y se estrellaron en diferentes puntos del país, lo que provocó el cierre de emergencia de los aeropuertos de Rzeszow y Lublin. El incidente, que podría no calificarse como un ataque militar a gran escala por parte del Kremlin contra un país de la OTAN (como ya han sugerido algunos analistas), sigue siendo un hito en el conflicto centrado en Ucrania y debería considerarse un acontecimiento extremadamente importante que requiere una evaluación y una respuesta adecuadas.

En mi opinión, sin duda fue un ataque deliberado con dos propósitos claros. Por un lado, Rusia desea saber qué puede esperar del bloque occidental en caso de una incursión grave en territorio controlado por la OTAN, y yo diría que no desea tanto evaluar la disposición de Bruselas a respaldar a uno de los miembros de la Alianza, sino más bien la fuerza y la profesionalidad de la respuesta militar. Por otro lado, la medida parece ser una señal de advertencia al «Occidente colectivo» enviada para obligarlo a mostrarse más dispuesto a retirar su apoyo a Ucrania y a alcanzar un acuerdo de paz en los términos del Kremlin solo para evitar una mayor confrontación. El ataque ocurrió casi inmediatamente después de la visita de Putin a China, país que también está muy interesado en poner a prueba la paciencia occidental.

Para mí, no fue ninguna sorpresa que la OTAN, siendo sinceros, no hiciera nada más que «expresar solidaridad con Polonia y denunciar el comportamiento imprudente de Rusia». Mucho más importante es la eficacia de la respuesta: con alrededor de una docena de F-16 y F-35 desplegados junto con aviones AWACS y sistemas de defensa aérea Patriot, solo 4 de los 19 drones conocidos fueron derribados, mientras que los demás se estrellaron en diferentes lugares debido a la falta de combustible o fallos técnicos. Esto demuestra una pésima eficacia de la defensa aérea de la OTAN en comparación con lo que hacen los ucranianos a diario para proteger sus ciudades de los ataques rusos, por lo que el Kremlin podría estar bastante satisfecho con el resultado de su audaz prueba. No menos importante parece ser el silencio de Washington (una publicación breve y poco clara del presidente Trump en Truth Social generó dudas incluso entre sus partidarios), lo que refleja que EE UU prefiere creer que el incidente debería tratarse como un problema europeo. Si el ataque se silencia más o menos y se considera incidental, Rusia decidiría si puede avanzar lentamente hacia otro nivel de interferencia. Europa ya ha demostrado su reticencia a responder a los daños en los cables del mar Báltico y a la interferencia de los sistemas de navegación GPS, tanto en el norte de Europa como en Bulgaria, que ha alcanzado una magnitud y una audacia sin precedentes en los últimos meses. Por lo tanto, la única respuesta posible, en mi opinión, sería, por un lado, respaldar las medidas unilaterales de los países vecinos de la zona de conflicto y, por otro, animarlos a tomar medidas preventivas, en primer lugar, ampliar las zonas de control de seguridad más allá de sus fronteras.

Por supuesto, no sugiero atacar las instalaciones rusas responsables de los ataques, como han hecho los ucranianos en repetidas ocasiones; simplemente propongo reflexionar sobre la creación de una fuerza de tarea conjunta polaco-ucraniana que coordine la defensa aérea de ambos países y declare, por ejemplo, un espacio de 100 kilómetros dentro de Ucrania que sirva como zona donde la defensa aérea polaca pueda operar para derribar drones y misiles que puedan poner en peligro el territorio polaco (de la misma manera que Israel atacó drones iraníes sobre Jordania, Irak y Siria). Tal medida no viola ninguna norma internacional si se coordina con las autoridades ucranianas y, añadiría, contribuye a la seguridad europea, ya que Ucrania parece tener mucha más experiencia en repeler ataques aéreos que cualquier otra nación europea. Polonia, por su parte, se perfila como una nueva potencia militar, con el mayor ejército permanente de la UE, con 216.000 soldados activos, y gastando alrededor del 4,2% de su PIB en defensa. Su ejército, diría yo, parece una mejor garantía contra una incursión rusa más radical que cualquier otro agente colectivo de la OTAN, que, de hecho, hoy en día la debilita, no la fortalece, más que a sus miembros individuales.

Pacificar a Rusia no es una estrategia adecuada para Occidente. He argumentado en numerosas ocasiones que Putin es peor que Hitler en 1938; en Múnich, Chamberlain y Daladier tenían al menos cierta base para creer que el dictador alemán podría detenerse tras «ajustar» las fronteras del Reich, ya que no había firmado el Tratado de Versalles ni aceptado los cambios posteriores a la Primera Guerra Mundial, pero el propio Putin firmó numerosos tratados con Ucrania que posteriormente violó. El Kremlin solo entiende el lenguaje de la fuerza, y debería demostrarlo tras su última provocación. No cree en las instituciones colectivas, por lo que las acciones unilaterales polacas o polaco-ucranianas serían la mejor respuesta a lo sucedido recientemente. Putin está poniendo a prueba la paciencia de Europa.

Y es el momento adecuado para demostrarle que ya se ha roto, ya que cualquier retraso traería consigo más problemas en el futuro.

*Vladislav Inozemtsev es cofundador y miembro del Consejo Asesor del Centro de Análisis y Estrategias en Europa en Nicosia (Chipre)


















Музыкальные новости





























СМИ24.net — правдивые новости, непрерывно 24/7 на русском языке с ежеминутным обновлением *