El barrio la Victoria construye la Navidad en grupo y familia
- Calles decoradas desde la unión
- El comercio sale unido a la calle
- Rituales compartidos: árbol y brindis
- El Tren Burra, símbolo de unión
- Un orgullo que se construye en común
En La Victoria, la Navidad no se organiza desde un despacho ni se construye de manera individual. Aquí se piensa, se habla y se pone en marcha en grupo. Comercios y vecinos caminan juntos durante todo el año en una intensa actividad comercial, y cuando llegan estas fechas, esa forma de trabajar se hace visible en una programación y a una tradición navideña que nace del esfuerzo compartido.
Nada de lo que ocurre estos días en el barrio es fruto de una sola persona. Es el resultado de muchas voluntades empujando en la misma dirección. Esa es la base que ha permitido que, en apenas cuatro años, La Victoria pase de no tener actividad navideña propia a convertirse en uno de los barrios con mayor participación durante estas fechas en Valladolid.
Calles decoradas desde la unión
Las calles comerciales de Valladolid brillan por Navidad y mantendrán su decoración hasta el martes 6 de enero. En La Victoria, esa iluminación y estas fechas tienen un significado especial, porque es consecuencia directa del trabajo en equipo. El barrio ha sido reconocido en el IV Concurso de Decoración Navideña en Calles Comerciales de Valladolid, con un premio de 6.000 euros, que ha distinguido a tres de sus calles: Fuente el Sol, San Lázaro y Dársena. En este caso han escogido la temática del Tren Burra como símbolo del barrio al que realizar un homenaje.
El reconocimiento no señala a una sola calle, sino a un barrio entero que ha decidido implicarse. Cada elemento decorativo habla de coordinación, de decisiones compartidas y de un objetivo común: hacer de La Victoria un espacio cuidado y vivo durante la Navidad.
El comercio sale unido a la calle
Todo empezó con un brindis navideño donde se reunía el barrio un año más en fechas navideñas, una tradición ya después de varios años celebrándolo. Ese día se dio el premio 'Fuente de Luz' a la antigua Asociación de Comerciantes Fuente el Sol. Este galardón es otra tradición del barrio con la que se busca hacer familia, reconociendo el trabajo de los colectivos o personas que ayudan a mejorar la vida y convivencia en el barrio.
La programación continúa este domingo con un Mercado Navideño en la Plaza de la Solidaridad, de 12.00 a 19.00 horas. Ese día, el comercio saldrá unido a la calle para encontrarse con la gente que lo sostiene durante todo el año. No es una acción aislada, sino una forma habitual de relacionarse con el barrio, que más que un grupo parece una familia en la que hay una excelente sintonía.
Habrá actividades, música, globoflexia, chocolatada y concursos, pero lo más importante será volver a verse. El día 9 en ese mismo espacio tendrá lugar el sorteo de las cestas de La Victoria, un gesto colectivo hecho por la Asociación Vecinal los Comuneros en apoyo al comercio del barrio la campaña y manteniendo vivo el pulso del barrio más allá de diciembre.
Rituales compartidos: árbol y brindis
El árbol de Navidad se mantiene como punto de encuentro y escenario de brindis y actos compartidos.
Aunque durante varios días ha permanecido apagado por problemas técnicos, sigue siendo un símbolo alrededor del cual el grupo se reúne. Los comerciantes consultados lamentan que haya habido varios días donde no se haya podido disfrutar como se merece.
El Tren Burra, símbolo de unión
El Tren Burra vuelve a ocupar un lugar central en esta Navidad. No solo como recuerdo histórico, sino como símbolo de unión. Las calles Fuente el Sol, Dársena y San Lázaro se han transformado en una estación de tren, con maletas, relojes, farolillos y taquillas que conectan pasado y presente.
El homenaje dialoga con la locomotora situada en la plaza de San Bartolomé, actualmente en proceso de restauración, cuya placa recuerda que este tren “supo unir durante ochenta y cinco años las Tierras de Campos”. Hoy, esa idea de unión sigue plenamente vigente.
Un orgullo que se construye en común
La Victoria mantiene una vida comercial cercana y activa porque funciona como un grupo cohesionado. Aquí nadie camina solo. Esa fuerza colectiva es la que permite que la Navidad no sea un evento puntual, sino una expresión de cómo se vive el barrio el resto del año.
Quien lea estas líneas lo entenderá rápido: en La Victoria, la Navidad no se hace para el barrio. Se hace con el barrio.
