¿Lineas rojas?
¿Qué líneas rojas no debemos cruzar? .A los leones de las Cortes no les ha pasado inadvertida la pregunta de nuestro Rey en su impecable mensaje navideño. Y que la formulaba a continuación: ¿Qué podemos hacer cada uno de nosotros para fortalecer la convivencia?
No deben andar muy bien las cosas, lo saben los felinos, para que Don Felipe se haya tenido que formular estas interrogantes en cierto modo retóricas, porque seguían a un párrafo esclarecedor: “Nos corresponde a todos preservar la confianza en nuestra convivencia democrática. Preguntémonos, sin mirar a nadie, sin buscar responsabilidades ajenas”.
Cuando el primer español habla de no traspasar las líneas rojas es que nos hallamos en riesgo de sobrepasarlas y corresponde a la clase política hacer una reflexión al respecto. Que la hagan o no, es otra cosa, pero ahí queda la advertencia.
Don Felipe, fiel al papel institucional que le confiere nuestra Constitución, no entró en detalles de cómo se ha llegado a esta situación, aunque hizo un llamamiento, sin citarlo, a no caer en el “y tú más”.
Quienes más tienen que callar ya han vuelto a hablar, con sus estridencias populistas o secesionistas, nada que hacer. No hay peor “sordo” que el no quiero oír ni razonar. A estos lo de las líneas rojas le suenan a música celestial porque ya intentaron traspasarlas mediante distintos métodos, violentos y anticonstitucionales.
No son conscientes de lo que hay detrás. El Muro de Berlín cayó; el Movimiento de los Países No Alineados no existe, aunque siempre quedará Putin, China, el Grupo de Puebla o los totalitarismos de distinto signo que hay en el Mundo. Y si deciden permanecer en el solar patrio, la aplicación de la legislación vigente.
Son los partidos de carácter nacional a los que corresponde mantenerse lejos de esa indeseada frontera y desde la Corona se les ha explicado lo sencillo que es llevar a cabo esta empresa. Convivencia y un repaso a la reciente historia de España y a la Transición, estuvieron en el mensaje navideño como hilos conductores.
En la puerta del Infierno de la Divina Comedia, del poeta florentino Dante Alighieri, se leía una inscripción que advertía sobre el dolor eterno y la perdición, concluyendo con la famosa frase: "Abandonan toda esperanza”. En el particular “infierno” del poeta italiano había nueve círculos concéntricos en función de la gravedad del “pecado”: el octavo y el noveno eran los marcados para determinadas faltas. Entre ellas, había varias categorías: a Antenora iban los que anteponían los intereses personales a los patrios.
Ese no puede ser el futuro de nuestra Nación porque los españoles no lo quieren así. Y si alguna duda de ello es fácil hallar la respuesta: darles la palabra en las urnas.
