El expresidente socialista de la Junta de Extremadura Juan Carlos Rodríguez Ibarra salió este martes en defensa del presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page , frente a las críticas procedentes de la dirección federal del PSOE. Lo hizo con su habitual tono irónico en declaraciones a la periodista Lorena García que estos días conduce 'Espejo Público' en Antena 3, donde el expresidente cuestionó abiertamente el reproche interno que recibe el dirigente castellanomanchego pese a sus resultados electorales. Gobierna con mayoría absoluta . «Es tan malo, tan malo, tan malo, que gana las elecciones el jodido», afirmó Rodríguez Ibarra, para subrayar a continuación la contradicción que, a su juicio, existe entre el discurso de Ferraz y la realidad en las urnas: «Si es tan malo, ¿por qué gana?» , dijo. Las palabras del histórico dirigente socialista se producen en un contexto de creciente tensión interna en el PSOE , con Pedro Sánchez y la dirección federal tratando de marcar perfil político, mientras algunos barones autonómicos, entre ellos García-Page, mantienen posiciones propias en cuestiones clave. Durante su intervención, Rodríguez Ibarra fue más allá de la defensa personal del presidente regional y puso el foco en el funcionamiento interno del partido, criticando implícitamente el sistema de recompensas políticas dentro del socialismo . «En este partido parece que cuando alguien gana sin pedir permiso, molesta», señaló. En ese mismo marco, el expresidente extremeño deslizó una crítica indirecta al reciente nombramiento de Milagros Tolón como ministra de Educación, Formación Profesional y Deportes, un movimiento interpretado por algunos sectores del PSOE de Castilla-La Mancha como una decisión alineada con Ferraz para contrarrestar a García-Page. «Aquí no se premia al que gana elecciones, se premia al que no molesta», criticó Ibarra para añadir que «otros que hablan tanto están de ministros porque no fueron capaces de estar de alcaldes en sus pueblos o en sus ciudades». La intervención de Rodríguez Ibarra refuerza así el respaldo público a García-Page desde sectores del socialismo histórico y vuelve a evidenciar la brecha existente entre el liderazgo federal del PSOE de Pedro Sánchez y algunos de sus dirigentes territoriales con mayor respaldo electoral, como el jefe del Ejecutivo regional.