Un conductor de transporte público revela: ¿Por qué no deberíamos sentarnos en los asientos?
Cada día, miles de personas utilizan el transporte público sin prestar demasiada atención a lo que ocurre más allá de su trayecto. Aun así, quienes trabajan en metro, trenes o autobuses conocen una realidad que rara vez sale a la luz y que puede cambiar la forma en que viajamos.
Un conductor del metro de Varsovia ha compartido recientemente algunas de sus experiencias tras años al frente de los autobuses.
Según explica, las cámaras de seguridad registran a diario situaciones de violencia, comportamientos incívicos e incluso consumo de drogas dentro de los vagones, una cara menos visible del transporte urbano que pasa desapercibida para la mayoría de los pasajeros.
La advertencia más importante para los viajeros
Más allá de estos episodios, el conductor lanza un consejo muy concreto y práctico, evitar sentarse en los asientos siempre que sea posible. El motivo no tiene que ver con la comodidad, sino con la higiene.
Según su testimonio, los asientos tapizados se limpian en profundidad muy pocas veces al año, en algunos casos apenas un par de ocasiones.
El mantenimiento diario, aclara, suele ser superficial. Consiste básicamente en pasar un paño húmedo con producto de limpieza por las superficies visibles, una práctica que no resulta eficaz para desinfectar tejidos gruesos y porosos, donde se acumulan suciedad, bacterias y otros residuos.
Un problema común en metros y autobuses
Esta situación no se limita únicamente al metro. El propio conductor señala que algo similar ocurre en otros medios de transporte público, como los autobuses urbanos.
El tipo de tela que recubre muchos asientos, pensada para resistir el uso intensivo, dificulta una limpieza profunda y frecuente.
Como consecuencia, los asientos pueden convertirse en un foco poco visible de falta de higiene, especialmente en sistemas de transporte con gran afluencia de viajeros y rotación constante de usuarios.
Viajar de pie, una opción más segura
Si el trayecto lo permite, viajar de pie puede ser una opción más higiénica. También es aconsejable extremar la higiene personal tras el uso del transporte público, como lavarse las manos o utilizar gel desinfectante.
El testimonio del conductor no pretende generar alarma, sino ofrecer información útil desde dentro del sistema. Un recordatorio de que, en el transporte público, pequeños hábitos pueden marcar la diferencia en nuestra salud y bienestar diarios.