Rescatan las historias de las abuelas de pueblos de Álava para atraer turistas a las zonas rurales
“Pasábamos hambre, cuando la labranza era pequeña, y no llegaba el trigo”, recuerda Esther Cirión, vecina de la localidad alavesa de Artziniega. Esther nació en el 1932, cuando en su pequeño pueblo no había más que un centenar de caseríos dedicados a la labranza y al cultivo del maíz, el trigo o el forraje y algunas alubias. “Aquí viven unas dos mil personas durante todo el año, pero cuando llega el verano la población aumenta considerablemente”, explica. En el siglo XVIII en Artziniega solo vivían 67 personas. Читать дальше...