Maduro envía a las fuerzas chavistas a boicotear la vuelta de Guaidó a Venezuela
La Policía y colectivos afines bloquean los accesos al aeropuerto de Caracas para intimidar a los seguidores del presidente interino
Juan Guaidó, reconocido como presidente interino de Venezuela por casi 60 naciones, planeaba al cierre de esta edición su regreso a su país después de una larga gira internacional por Europa y Norteamérica, en el que recopiló espaldarazos de las grandes potencias occidentales en su lucha por desalojar a Nicolás Maduro del poder.
El anuncio, que comenzó siendo extraoficial, afirmaba que llegaría por el principal aeropuerto internacional del país, el que le sirve a Caracas. El líder opositor desafía así al régimen chavista después de haber burlado una orden de prohibición de salida del país, por segunda vez.
Los diputados de la Asamblea Nacional, que estaban reunidos en una plaza pública del este de la capital para sesionar, suspendieron el encuentro y anunciaron que irían en caravana a «buscar al presidente Guaidó cuando llegue». Supuestamente Guaidó viajaba desde República Dominicana en un vuelo de la aerolínea venezolana Laser, aunque otras fuentes afirmaron que el punto de origen fue Portugal, y la línea aérea, la lusa TAP.
El Gobierno reaccionó de inmediato. Funcionarios de la Policía Nacional Bolivariana (PNB) y la Policía del estado Vargas detuvieron en la autopista a los autobuses que trasladaban a los diputados hasta el aeropuerto de Maiquetía, cerraron los túneles de la única vía expresa al aeródromo e instalaron equipos blindados en las márgenes del asfalto. Incluso hubo parlamentarios que denunciaron la instalación de sistemas misilísticos antiaéreos, como una medida de intimidación. Los diputados opositores decidieron bajarse de los buses y continuar el trayecto a pie hasta llegar a la terminal.
En el aeropuerto de Maiquetía, los diputados fueron esperados por la Guardia Nacional y supuestos trabajadores de la aerolínea estatal Conviasa, quienes trataron de impedir que ingresaran a la sala de espera de aeropuerto. Ocurrió después de un llamado a los empleados de la empresa aérea estatal Conviasa y a integrantes de organizaciones de base chavistas de los sectores aledaños. La excusa fue protestar contra la decisión de Estados Unidos de sancionar a la aerolínea del Estado impidiéndole tener relaciones con empresas de suministro de ese país; lo cual podría afectar las operaciones al impedir el acceso a repuestos, tecnología o incluso combustible fuera del espacio aéreo controlado por Nicolás Maduro. La línea aérea fue señalada por la Casa Blanca de servir de vehículo para trasladar a funcionarios sancionados por esa nación a países como Corea del Norte, Cuba e Irán.
La parlamentaria Delsa Solórzano denunció la detención de la diputada del estado Carabobo Deyalitza Aray, quien se encontraba con los conductores de los autobuses que trasladaron a los diputados hasta el estado Vargas. Solórzano informó que la diputada Aray no podía caminar debido a una operación reciente. Por ello, decidió intentar llegar con los transportistas, pero quedaron bajo custodia militar.
Además de tratar de restringir el paso de los opositores, los funcionarios de la Guardia Nacional y los supuestos trabajadores de Conviasa trataron de impedir el trabajo de los medios de comunicación, exigiendo un supuesto permiso para estar en las salas de espera de la terminal aérea. Ello, a pesar de que minutos antes arribó un vuelo con deportistas venezolanos y representantes de la Federación de Fútbol nacional, que pudieron ser entrevistados sin permiso alguno.
Incluso, uniformados del Sebin, la policía política, comenzaron a exigir el desalojo de los periodistas de las áreas comunes del aeropuerto. Una corresponsal de una televisión de Miami resultó gopeada por simpatizantes de Maduro.
Un poco antes, en sus redes sociales, Guaidó distribuyó un vídeo y varios mensajes escritos en los que agradeció las ovaciones, recibimientos y reuniones que sostuvo durante su gira internacional, que inició en Colombia y lo llevó a Europa, Canadá y EEUU. «Mientras nos mantengamos unidos y en las calles, lograremos nuestros objetivos», escribió.
La noche del lunes, había anunciado que volvería de su gira internacional para incrementar la presión externa de los países aliados y reactivar las manifestaciones populares.
«Presidente, en casa nuestra hija Miranda Eugenia lo espera con ansias, con una sonrisa enorme y con los brazos abiertos», escribió Fabiana Rosales, la esposa de Guaidó, junto a una fotografía con su hija en la red social Instagram.