El Gobierno ‘optimista’ mientras crece la tensión política e institucional y suben el déficit y el paro
La situación sanitaria española sigue siendo mala a pesar del moderado ‘optimismo’ del Gobierno porque hemos superado los 100.000 enfermos ya contagiados y los 9.000 muertos (hoy se llegará a los 10.000), sin que por el momento se hayan aplicados los ‘test rápidos’ de manera masiva a todos los enfermos confinados en sus casas, lo que de ponerse en marcha echaría por tierra el optimismo gubernamental.
A todo ello hay que añadir el duro impacto económico que la crisis causa en nuestro país, donde hoy se harán públicas unas cifras muy duras de subida del paro (que irán a mucho más en las próximas se mañas y meses), y que han provocado el anuncio de la Presidenta de la Comisión Europea, Úrsula Larsen, de unas ayudas especiales para paliar la caída del empleo.
Asimismo, los últimos decretos del Gobierno de ayudas a los sectores más vulnerables de la sociedad se han puesto en marcha sin una memoria económica, por capítulo, lo que hace imposible evaluar el monto final de este gasto extraordinario. El que aumentará a medida que continúe la política de confinamientos y de suspensión de la actividad económica.
Lo que anuncia unos importantes aumentos del déficit público en un tiempo donde los ingresos del Estado también van a caer de manera importante. De ahí que, si no llega pronto la esperada vacuna, la recesión española, que ya está en marcha, se verá acompañada de unos resultados macro económicos para finales 2020 difíciles de soportar.
Lo que, sí Alemania sigue impidiendo los ‘euro bonos’ y dañando con ello la cohesión y la solidaridad europea, nos puede llevar a los españoles y a los Italianos a solicitar el rescate financiero por parte de la UE.
Y a todo esto hay que añadir las tensiones crecientes entre el Gobierno y los principales partidos de la Oposición que discrepan de muchas medidas, de corte intervencionista y populista, del Gobierno. Oposición que hasta ahora no ha sido consultada sobre asuntos tan graves como el bloqueo de la actividad económica por diez días y sin las excepciones necesarias, o la prohibición de los despidos y los desahucios de alquileres entre otras cosas.
Lo que puede llevar a que la Oposición vote en contra de esos decretos y Pedro Sánchez tenga que recurrir a los votos de ERC los que, en todo caso, pedirán la liberación inmediata de los presos catalanes condenados por el golpe catalán, a lo que ya se opone el Tribunal Supremo.
También crece la tensión entre el Gobierno y Comunidades Autónomas gestionadas por el PP, por la decisión del Ejecutivo de apropiarse de los fondos autonómicos destinados a ‘la formación del empleo’, porque el Gobierno los necesita utilizarlos en sus planes de ayudas a los parados.
La crisis española avanza, pues, en todos los frentes y ahora se le añade el político y el institucional. Lo que era de esperar, por causa de los errores del Gobierno, su debilidad parlamentaria y sus medidas económicas y sociales que pone en marcha sin consultar a la Oposición y de manera unilateral.
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