Cómo controlar tu adicción al teléfono móvil
¿Crees que tu teléfono móvil te hace perder el tiempo y malgastar tu vida? Hay una forma muy sencilla de saberlo.
Si tienes un iPhone solo hace falta acceder a ‘Tiempo en pantalla’ para ver cuántas horas al día pasas en WhatsApp, Facebook, Instagram o Twitter. En los dispositivos Android hay una opción parecida llamada ‘Bienestar digital’, aunque no todos los fabricantes ofrecen esta opción y es necesario recurrir a una app externa. Si miras las estadísticas, puede que te lleves una desagradable sorpresa.
Los datos de eMarketer indican que en EEUU los adultos pasaron de media tres horas y 49 minutos al día mirando la pantalla de sus móviles en 2019, un tiempo que solo ha podido aumentar en el año 2020. En España, un estudio de IKEA revela que una de cada tres personas mira el móvil más de 100 veces al día. Una de cada dos personas pasa más de dos horas enganchada, y entre las mujeres y menores de 25 años el tiempo sube a tres horas. Eso supone mes y medio al año mirando la pantalla.
Los mal llamados teléfonos móviles son hoy en día mucho más: un ordenador que contiene un navegador GPS, una cámara de alta definición, una consola de juegos, medidores de salud y otras muchas cosas útiles que antes hacíamos en otros dispositivos, desde pagar facturas hasta controlar el termostato de la calefacción.
Sin embargo, usamos estos dispositivos intensamente para conectarnos con personas conocidas y, de modo creciente, desconocidas. La conexión es una necesidad psicológica básica y plataformas como Instagram, Twitter, Tinder y otras ofrecen un sucedáneo de esta conexión.
Nuestro cerebro reacciona del mismo modo que ante la cocaína: cada vez que recibimos un 'like', nos llega una notificación de un mensaje o vemos otro vídeo cómico de perros, se activa nuestro sistema de recompensa. Tenemos la sensación de haber conseguido algo valioso y buscamos más. El resultado son horas perdidas mirando un rectángulo de cinco pulgadas.
Los efectos negativos de este tiempo malgastado son medibles. Por un lado, las constantes interrupciones que generan los dispositivos móviles provocan una pérdida de productividad. Por otro, aparecen alteraciones como una conducta compulsiva, parecida a la ludopatía, que incluye nuevos trastornos:
Aunque no se pueda probar que los móviles son por sí mismos la causa de trastornos psicológicos, sí se ha visto que la adicción a los dispositivos hace presa en las personas más vulnerables que ya sufren de baja autoestima, control deficiente de los impulsos, ansiedad, depresión e incluso abuso del alcohol y el tabaco.
El problema es que los teléfonos móviles son tremendamente útiles e incluso imprescindibles para ciertas tareas. ¿Es posible desligar el uso pernicioso que hacemos de ellos de sus funciones útiles? Expertos como Adam Alter, el profesor de psicología autor del libro Irresistible, ¿quién nos ha convertido en yonquis tecnológicos?, hace algunas recomendaciones:
Además de todo esto, es importante tomarse unas vacaciones en las que el móvil se queda en un cajón. Puede ser un retiro radical de una semana en el campo, o un par de horas para pasear por un parque. Nuestro cerebro necesita esa pausa.
Smartphone addiction, daily interruptions and self-reported productivity
La adicción a los teléfonos inteligentes, las interrupciones diarias y la productividad autodeclarada
Las relaciones correlativas moderadas ilustraban las relaciones entre estas variables, de modo que la adicción a los teléfonos inteligentes se asociaba a los efectos negativos autodeclarados en la productividad, tanto en el lugar de trabajo como en la vida cotidiana de los participantes.
Cell-Phone Addiction: A Review
Adicción al teléfono móvil: Una revisión
El uso problemático de los teléfonos celulares se ha asociado con variables de personalidad, como la extraversión, el neuroticismo, la autoestima, la impulsividad, la autoidentidad y la autoimagen. De manera análoga, los trastornos del sueño, la ansiedad, el estrés y, en menor medida, la depresión, que también se asocian con el uso indebido de la Internet, se han asociado con el uso problemático de los teléfonos celulares. Además, el presente examen revela la relación de coexistencia entre el uso problemático de teléfonos celulares y el uso de sustancias como el tabaco y el alcohol.