San Lázaro en campaña
El INE aprobó este lunes los lineamientos que norman el proceso, inédito, de reelección de diputaciones federales. Al reto que ello per se significa, se agregan dos agravantes: la primera, que el propio Poder Legislativo no generó leyes secundarias que determinaran a detalle el procedimiento a seguir. La segunda que, en lo que no sería exagerado llamar “el último momento”, se decidió a hacerlo por la vía de un acuerdo generado en el seno de la Junta de Coordinación Política el pasado 26 de noviembre.
Prevaleció la decisión de la instancia administrativa electoral de emitir un marco normativo para quienes opten por la reelección, pero algunas de sus posturas se acercaron a lo ya dispuesto desde la Cámara de Diputados.
De esta suerte, con votaciones divididas y segmentando cada asunto, dispuso, primero, que no hay obligación de parte de quien ocupa una curul de pedir licencia o renunciar a la misma para presentar de nuevo su candidatura. Asimismo, que las personas que opten por la reelección podrán materializarla, ya sea por la vía de la mayoría relativa o la de representación proporcional; es decir, nada los obliga a mantenerse en el mismo sistema electoral que tuteló su llegada originalmente a la Cámara. Tampoco es necesario que se hagan acompañar de la misma persona que fungió como suplente en su fórmula. En cambio, se prevé que la reelección tenga que hacerse al amparo del mismo partido que originalmente los llevó a San Lázaro y para el mismo distrito o circunscripción si optan por repetir la vía.
Puesto así, se subraya la vertiente reeleccionaria de la figura y con ello su beneficio fundamental que es el incentivo a rendir cuentas al electorado al que se pedirá de nuevo el voto. Queda, en cambio, la explicable preocupación de cómo fiscalizar que los recursos públicos de las diputaciones no migren a las campañas, lo que no es asunto menor.
Politóloga*miriamhd4@yahoo.com