La hija de Lori Loughlin busca redimirse frente a Jada Pinkett Smith
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La bella joven apareció en un nuevo episodio de Red Table Talk, el programa de entrevistas que la actriz Jada Pinkett Smith tiene junto a su madre, Adrienne Banfield, y su hija Willow Smith. Loughlin y Giannulli admitieron haber pagado a William «Rick» Singer 500.000 dólares para conseguir que sus dos hijas fueran admitidas en la Universidad USC del Sur de California. Los padres se declararon culpables de los cargos de conspiración a principios de este año y Giannulli comenzó a cumplir una sentencia de cinco meses en el Complejo Correccional Federal Lompoc el mes pasado.
Por su parte, Loughlin, quien está también cumpliendo una sentencia en prisión de dos meses en la Institución Correccional Federal en Dublin, California, será liberada en tres semanas. «Ha sido difícil, y lo es para cualquiera, no importa cuál sea la situación social que tenga; nadie quiere ver a un ser querido encerrado. Que tus padres vayan a la cárcel, es muy duro, pero también creo que es necesario que sigamos adelante», dijo Giannulli.
La joven trata por todos los medios que sus seguidores la perdonen por su error. «Lo que pasó estuvo mal y creo que en mi familia lo hemos entendido todos. Por supuesto fue un desastre pensar que podíamos entrar, pero fue un error, un gran error del que debemos aprender. No me avergüenzo de pedir una segunda oportunidad, ya hemos pagado el castigo, merecemos otra oportunidad». Agregó que no había podido ir a ver a sus padres debido a los protocolos Covid-19 en las prisiones de California.
Giannulli apuntó que cuando estuvo solicitando su ingreso a las universidades, «no estaba al tanto de lo que estaba pasando». «Yo vivía en una burbuja y creía que pagar a un reclutador universitario era la norma». Sin embargo, no aclaró cómo podía pensar que iba a entrar formando parte del equipo de remo cuando en su vida había participado de un evento de esa competición. «Cuando detuvieron a mis padres, no lo entendí. No comprendía porque nos acusaban. Yo era una buena estudiante y merecía entrar en USC», ha dicho. El universo de privilegio en el que vive Giannulli todavía nubla la vision de la influencer. «No me considero una holgazana. No voy a desacreditarme hasta el punto de decir que no lo merecía».
La joven, de 21 años, tuvo un intenso argumento con la madre de Jada, quien aseguró sentirse incómoda al normalizar a una influencer privilegiada que intentaba parecer ingenua. «Viene a nuestra mesa a pedir una segunda oportunidad y me parece irónico que una joven blanca y con tantos privilegios escoja hablar con tres mujeres afroamericanas. Yo he luchado con uñas y dientes por lo que tengo, me molesta que venga a redimirse con nosotras. Ella representa el privilegio blanco», apuntó Bandfield, de 67 años.
Por su parte, Pinkett Smitt trató de suavizar la conversación. «Entiendo lo que dices, pero déjame ser clara. Yo no quiero ser la mujer que haga lo que a mi me han hecho las mujeres blancas. No soy rencorosa». Olivia defendió su postura asegurando que aprecia lo que tiene. «Esta situación ha cambiado mi vida y mi forma de pensar». Agregó que sabía que la participación de sus padres en el escándalo se debía a que querían ayudarla a ella y a su hermana, Isabella Rose, de 22 años. «No vine aquí para tratar de ganarme a la gente. Solo quiero disculparme por contribuir a estas desigualdades sociales».
Banfield-Norris discutió el efecto del escándalo en la comunidad negra y le dijo. «Hay tanta devastación, particularmente este año, 2020 con la pandemia que el hecho de que vengas a la mesa con tu historia me hace decir; -Niña, por favor- al final del día, tú vas a estar bien. Tus padres van a entrar en prision y van a cumplir sus 60 días y van a pagar su multa, y seguirán adelante mientras aquellos a los que quitaste su sitio no van a poder cambiar su situación».