Marco Pérez: El gobierno de Nuevo León apoya la economía...de Coahuila
Pues vaya que los desaciertos de la presente administración estatal parecen no tener fin, y en esta ocasión, los cierres de establecimientos durante los fines de semana, fueron el tema que saturó las redes sociales, generando un malestar casi generalizado entre empresarios y consumidores.
El torpe e ilegal manejo de la pandemia, que se refleja en disposiciones totalmente violatorias a los derechos y garantías de los ciudadanos, llegando incluso a ordenar a comercios y establecimientos que prohíban el acceso a menores de 12 años y a mayores de 65, es a todas luces una claro ejemplo de estas ilegalidades y torpezas, ya que las disposiciones deben ser de carácter general, y con estricto apego a las facultades que la Ley les confiere.
Y lo peor, es que las imponen “por el bien” de estos grupos “vulnerables”, cuando absolutamente NADIE se los ha solicitado, y ya solo falta que nos multen cuando no nos tomemos nuestras medicinas.
En una economía como la nuestra, donde seis de cada 10 trabajadores son informales, y muchos de ellos viven al día, simplemente el “quédate en casa” no es opción, ya que tienen que salir a la calle a buscar el sustento diario, o se mueren de hambre, o los mata el virus.
Ahora, si la población, por necesidad o por necedad, no se cuida, el perjudicado directo es el ciudadano, no el gobierno, y ahí sí, las disposiciones sanitarias le otorgan a las autoridades toda la fuerza legal para “cuarentenar” a los contagiados y confinarlos, incluso contra su voluntad, ya que representan un riesgo para la salud de la población, más no así, en caso de ciudadanos sanos.
Solo en casos extremos de toque de queda o estado de excepción, legalmente el gobierno puede restringir los derechos y las libertades de los ciudadanos, lo cual nunca ha sido el caso, aunque algunos municipios llegaron incluso a poner “retenes” atentando contra la libertad de tránsito.
Por otro lado, se entiende la preocupación de nuestras autoridades en cuidar que no se “saturen” los hospitales, sin embargo, si no hay instalaciones médicas disponibles para atender a la población contagiada, no será “culpa” del gobierno, así que no tomen atribuciones que nadie les confiere.
La torpeza en no manejar adecuadamente aspectos como el transporte público, lo cual SÍ le corresponde a la autoridad, y que pretenden desacreditar con afirmaciones en el sentido de que el transporte público saturado no es foco de contagio, solo abona a un mayor descrédito.
Tampoco han sido capaces de negociar horarios escalonados en los centros de trabajo, que permita espaciar más la movilidad de los trabajadores, como tampoco han sido capaces de regular mercados informales, donde siguen operando sin restricción alguna.
No contentos con todos estos desaciertos, la última “puntada” de cerrar hasta centros comerciales (que nunca antes lo habían hecho), y de prohibir incluso a los restaurantes que atendieran directamente a clientes “para llevar”, y solo a repartidores, raya ya en lo absurdo, y orilló a la gente del área metropolitana de Monterrey, a buscar donde satisfacer sus necesidades, fuera de Nuevo León.
Esto hizo que la ciudad de Saltillo se viera abarrotada por regiomontanos el pasado fin de semana, ya que allá no hay restricciones a restaurantes, centros comerciales e iglesias, ni tampoco “protegen” a la población vulnerable.
Y si el secretario de economía alega que las pérdidas que calculan los comerciantes de Nuevo León no son tan grandes como las estiman, ya que lo que no se compra en sábado o domingo, se puede comprar entre semana, que pregunte a los comerciantes de Coahuila cuánto aumentaron sus ventas, amén de que las comidas fuera de casa, que NO se hacen en fines de semana, TAMPOCO se van a hacer en días hábiles.
A estas alturas, lo mejor que esperamos de este gobierno, es que ya se acabe.
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