«En Écija se le daba el certificado de calidad a la lana que salía para América»

Un día inolvidable, supongo... Uno de los días más felices de mi vida. Me encantan los desafíos. Creo que la montaña era tan espectacular que usted se subía a una escalera para recoger los documentos de arriba y así no derribar la montaña de papel. Efectivamente, pero no me amilanó mi bisoñez en las lides archivísticas. Con perseverancia todo se consigue y máxime ante trabajo tan apasionante. ¿Cuanto tiempo le llevó la tarea? La inventariación de la documentación histórica cinco años, pero la descripción en un archivo municipal es una tarea interminable. Un archivo es la fotografía real de la historia de un lugar. El de Écija recoge el repartimiento que realizó de la ciudad el rey Sabio. ¿Qué objetivo tenía para la ciudad recién ganada a los andalusíes? Proyectaba convertirla en el gran centro logístico y poblacional de la campiña sevillana. Y fue cabeza de frontera en la parte occidental de Andalucía hasta la reconquista de Granada. También encontró en ese archivo el privilegio que le concedieron los RR.CC. a Écija, prohibiendo que pasar a ser propiedad de los señores dela nobleza. La Écija bajomedieval fue muy valorada por los reyes por su riqueza y posición estratégica. Ello explica que no fuera cedida a señorío alguno como ocurrió en villas limítrofes. Su condición de realengo incluso le sería confirmada a modo de privilegio por los Reyes Católicos en 1475, en agradecimiento al apoyo prestado en la guerra de sucesión castellana. En su ciudad hau un famoso balcón con un nombre muy expresivo. Pertenece al palacio de los marqueses de Peñaflor. ¿Qué hacía una familia grande de España en Écija? Vivir del prestigio que le proporcionaba la acumulación secular de poder y riqueza, así como la promoción de obras benéficas e incluso recreativas. Esa familia que aparece entre las veinte que más cotizaban a la Hacienda española ¿o me equivoco? En concreto en 1854 ocupaba el puesto veintiuno, abonando 103.000 rs. En el sigl o XIX, con la abolición de los señorías y de los mayorazgos, sobresale el patrimonio en tierra de Fernando Pérez de Barrada y Arias de Saavedra. ¿Recuerda dónde tenía esas tierras? Solo en Écija poseía 13.000 hectáreas y 20 fincas urbanas. A ello había que sumar posesiones en diversos enclaves de Andalucía, Extremadura, Burgos, Francia, Bélgica, Alemania y Austria. ¿Y con tanto como tenía cómo puso soslayara las leyes que prohibían señoríos y mayorazgos? En realidad el patrimonio del marquesado comenzó a fragmentarse y a disminuir, pero la potente riqueza acumulada en siglos pretéritos aún le permitía ser una de las grandes fortunas de España a mediados del s. XIX. Por cierto, Cervantes se pasó dos años en Écija, recabando trigo, cebada y aceite para la armada española. Fue tan rigorista que incluso violentó ventanas... Se aplicó con bastante celo a su cometido. Antes y después de él Écija recibió a numerosos comisarios de abastecimientos de la Armada, pero ninguno dejó tan larga estela de quejas como Cervantes. Encontró documentos de propietarios quejosos de que no recibían de Cervantes el certificado de entrega. ¿Se cobraba él por adelantado? Por supuesto que sí. Los funcionarios de la Corona cobraban poco y con gran demora, ello explica la mala praxis de Cervantes. El papel de Écija en la carrera de Indias es poco conocido. Y eso que toda la lana que cruzaba el Atlántico tenía que pasar el certificado de calidad en los lavaderos de la ciudad. Cierto. Y el volumen de lana lavada era considerable. No hay estudios de producción total, pero para hacernos una idea baste con indicar que, en 1667, entre julio-octubre, salieron 255.000 kilos de solo dos lavaderos de los muchos que jalonaban el Genil y que monopolizaban comerciantes flamencos. En uno de sus muchos libros usted se afana en explicar el nomenclátor de la ciudad. ¿Qué historia o leyenda se esconde en la llamada Callejuela de la Trampa? Es el nombre por el que fue conocida popularmente la calle Beneficiados. Alude a la trampa que, en 1765, un marido despechado puso a su esposa infiel y que se saldó con la trágica muerte de ella y de su amante, quedando este último colgado por el cuello en el balcón del domicilio conyugal. El rollo de Écija fue famosos en toda España ¿Por qué? Por su gran tamaño, su pública ubicación (en las inmediaciones del puente sobre el Genil y del camino de enlace Córdoba-Sevilla) y por la gran cantidad de ajusticiados desmembrados que siempre pendían de él. Bizcochos Marroquíes El mundo de la archivística y de la investigación se le reveló en una visita al Archivo de Indias cuando aún era estudiante de Geografía e Historia. Una beca de la Diputación le permitió enfrentarse con el reto de poner en orden el Archivo de Écija, un laberinto de papeles documentales donde alguna vez apareció hasta una dentadura. Ha escrito diecisiete libros y más de medio centenar de artículos científicos. Es tan culta como refractaria al divismo. A finales de marzo se presentó en Écija un libro escrito con su colaborador habitual, Gerardo García, titulado 'La marquesa de Valdetorres y los bizcochos Marroquíes', un trabajo venal que se facilitaba junto a la compra de pasteles conventuales para ayudar a la comunidad de las dominicas astigitanas.