Mariano Fiorito, de Schroders: "El sector de energía va a ofrecer uno de los mayores retornos en Argentina"
El Cronista conversó con Mariano Fiorito, Country Head de Argentina de Schroders
El 2022 fue un año intenso para los mercados globales. Los bonos tuvieron el peor año de su historia, mientras que las acciones sufrieron las mayores pérdidas desde 2008. Sin embargo, a nivel local la historia no fue tan mala. Si bien los bonos cayeron 25% en promedio en 2022, las acciones subieron 30% en dólares y las obligaciones negociables cerraron el año con ganancias.
Para hacer un balance de este turbulento 2022 y analizar las perspectivas para 2023, El Cronista conversó con Mariano Fiorito, Country Head de Argentina de Schroders.
Mercados a Fondo
-Uno de los activos con mayor protagonismo en 2022 fueron las ON. ¿Creés que van a serlo también en 2023?
-Debemos ser extremadamente selectivos a la hora de invertir en deuda corporativa en Argentina. Existen ciertas compañías que muestran valuaciones que a nuestro entender comienzan a estar caras relativo a la deuda soberana, pero al mismo tiempo seguimos detectando buenas oportunidades en algunos nombres.
-Cierran un buen año. Habría mayor recorrido alcista...
-Cuando uno analiza los fundamentos de los corporativos, en general están muy bien posicionados para atravesar una crisis, con niveles de deuda bajos y posiciones de caja elevadas. En términos generales, muchas empresas realizaron una buena administración de sus pasivos, logrando mejorar sus perfiles de deuda. Vemos que los fundamentos de las compañías son muy sólidos.
- ¿Cuál fue la clave para que estén primeros entre los fondos de deuda corporativa con mejores retornos de 2022?
-Nuestra sobreponderación al sector energético fue una de las razones. De hecho, aún seguimos manteniendo la visión de que el sector de energía va a tener uno de los mejores retornos en Argentina.
- ¿Las reservas bajas del BCRA son un riesgo para las ON en 2023?
-El manejo eficiente de la deuda que han hecho las compañías hace que para 2023 haya pocos vencimientos de principal. Es en función de esto, que no vemos lo referido al stock de dólares como el principal riesgo para la deuda corporativa. El remanente de deuda corporativa para 2023 no parece un desafío significativo. Lo preocupante era 2021 y 2022, y ya lo hemos sorteado.
-En general, bonos y acciones locales terminaron muy bien el 2022...
- Los bonos y acciones se vieron favorecidos por la dinámica de lo que se dio en la región. Los precios de commodities y relocación de flujos de mercados emergentes le permitieron a la región, y en especial a la Argentina y Brasil, tener un buen sostén de las valuaciones. Estamos igualmente con mucha incertidumbre de cara a 2023, el hecho de que sea un año electoral hace que tienda a ser muy volátil. Argentina tiene también desafíos macroeconómicos que generan incertidumbre; como el acuerdo con el FMI, la recomposición de reservas, la consolidación fiscal, etc. Hay muchos signos de preguntas. Sin embargo, eso no quiere decir que las valuaciones no sean atractivas.
-Yendo a nivel global. ¿Esperan que los bancos centrales vayan a planchar la suba de tasas?
-La sobrerreacción de los Bancos Centrales queda bien representada por la Fed, que en 2022 tuvo el ciclo de suba de tasas más rápido de los últimos 40 años. Comenzando el año con la tasa de política monetaria en el rango entre 0% y 0.25%, lo finaliza con la misma en el rango entre 4.25% y 4.5%, habiendo realizado una suba de 25 bps, 2 subas de 50 bps y 4 subas de 75 bps a lo largo de las 8 reuniones.
- ¿La baja de tasas cuando llegaría?
-Esperamos que la Fed comience a bajar la tasa para finales de 2023. La clave es analizar cómo van a responder los bancos centrales a la posible caída del nivel del PBI el próximo año, recortando tasa recién hacia fines de 2023.
-Si estamos cerca en el ciclo de suba de tasas de la Fed, podríamos estar cerca de un techo en los rendimientos...
-Creemos que todavía el mercado está un poco más optimista en lo que es el recorte de tasa de lo que indica la Fed.
-Hoy pareciera ser que el debate pasa por que tipo de aterrizaje vamos a tener...
-Así como el tema dominante de 2020 y 2021 fue el COVID, y en el 2022 la inflación, creemos que en 2023 esos temas empezarán a tener menos peso dentro de lo que son las decisiones de inversión, girando el debate en torno al nivel de actividad. La dinámica inflacionaria parecería que encuentra cierta estabilidad. Creemos que el mercado se va a empezar a preocupar más por cómo está afectando a la actividad global todas las políticas monetarias de los bancos centrales durante 2022, las cuales fueron históricamente agresivas.
-Un debate sobre el soft o hard landing...
-Desde Schroders estamos proyectando una caída del PBI del 1% para el próximo año en Estados Unidos, en la zona euro una baja de 0,1% y en Reino Unido de 0,8%. En términos agregados, esperamos que la economía mundial siga creciendo 1,3%; explicado principalmente por los mercados emergentes, creciendo 3,5% con China a la cabeza, el cual creemos lo hará en un 5 por ciento.
- ¿Creen que se viene un año desafiante para las inversiones al igual que en 2022?
-Es probable. Lo importante en este contexto es tener una gestión activa. En 2023 vamos a encontrar mucha disparidad entre sectores que tengan una buena o mala performance dado el contexto recesivo. La gestión activa empieza a tener más valor en momentos de incertidumbre como la actual. Las alternativas conservadoras, es decir, estar en la parte corta de la curva, generan un retorno lo suficientemente atractivo, algo que antes no se podía encontrar en ese mismo tramo. Recomendamos mantener cautela en escenarios de volatilidad, pero creemos que ahora sí hay formas de mantener retornos, estando conservador.
- ¿Qué sectores son los más atractivos?
-Entre renta fija y variable, creemos que el mercado de bonos ya está poniendo en precios lo que es un escenario recesivo. Hoy vemos más valor en renta fija que en acciones. Dentro del mundo de bonos, creemos que hay más valor en la deuda corporativa. Las empresas están muy bien posicionadas para navegar un entorno tan desafiante como el actual. En ese sentido, vemos más valor en los bonos grado de inversión.
- ¿Ven con mejores ojos a los bonos largos o a los cortos?
-El sector al que vemos con mejor perspectiva, es al de la deuda con grado de inversión de corto plazo. Entrando en un escenario recesivo, la renta fija debería comportarse bien tras la fuerte corrección de este año. Creemos que la gestión activa de los portafolios será fundamental para generar retornos por encima del promedio del mercado en el próximo año. La selección de los sectores, créditos y posicionamiento dentro va a ser muy importante.
- ¿Qué probabilidad hay que tengamos otro año de 20% de bajas en los bonos?
-El 2022 fue un año totalmente atípico, y entra en las colas de las distribuciones. Si miras los retornos de los últimos 12 meses en los últimos 100 años, rara vez observamos un año en donde caen, y en esa magnitud, las acciones y los bonos. Creemos que 2023 va a ser un año positivo para el segmento de renta fija.
- ¿No cuesta mucho comprar un bono a un año teniendo a los bonos del Tesoro norteamericano con tasas del 4%?
-Con ciertos créditos, al agregarlos en la cartera, se puede tener una mejora en la tasa de 150 puntos básicos. Por lo que no son para nada despreciables las oportunidades que hay en el tramo más corto, sobre todo porque los riesgos de default de corto plazo son muy bajos.
-Para apostar a bonos investment grade regionales tienen el fondo Schroder Income.
Es un fondo que busca tener baja volatilidad y una duración muy corta. El fondo tiene exposición a deuda corporativa y soberana de Brasil, Chile y Paraguay. Es un fondo muy conservador que tiene como principal objetivo la preservación de capital. Creemos que es una muy buena alternativa para diversificar las carteras.