«Mario no es una estrella, es un chaval que quiere ser futbolista»
Hay un joven de Sonseca que comparte vestuario con Luka Modric, Karim Benzema, Vinicius y demás astros del fútbol mundial. Se llama Mario Martín Rielves , tiene 18 años (cumple los 19 el 5 de marzo) y estos días anda en Arabia Saudí, reclutado desde el Castilla para jugar la Supercopa de España con el Real Madrid. Este miércoles, en la semifinal contra el Valencia, no disputó ni un minuto y, por tanto, su debut en el máximo nivel tendrá que esperar al menos hasta la final del domingo. Sobra decir, eso sí, que la mera convocatoria por parte del entrenador madridista, Carlo Ancelotti, para suplir la ausencia de Aurélien Tchouaméni es un premio a su buen desempeño. «Mario no es una estrella. Mario es un chaval que quiere ser futbolista y esto no es más que otro paso» , afirma a ABC su padre Alfredo cuando faltaba menos de una hora para el partido contra el Valencia. Y reconoce que no está nervioso, porque en el Real Madrid «te enseñan a competir» y «vives bajo la presión constante por renovar de un año a otro». El mediocentro toledano lleva en torno a un mes entrenando con el primer equipo y ya jugó unos 25 minutos en el amistoso disputado contra el Getafe en la Ciudad Deportiva de Valdebebas a puerta cerrada. De hecho, la idea de Ancelotti era citarlo para el partido contra el Cacereño en la Copa del Rey, pero arrastraba una sanción federativa por acumulación de tarjetas y por eso no entró en la lista. A pesar de que todavía está en edad juvenil, Mario ya ha jugado 32 partidos con el filial en Primera RFEF . El primero fue el 24 de octubre de 2021, con 17 años, en el campo del Atlético Sanluqueño, saldado con derrota del Castilla por 3-1. La temporada pasada sumó 20 partidos (once como titular) y en esta se perdió las cinco primeras jornadas por lesión. Sin embargo, desde entonces es titularísimo: doce partidos y, de ellos, once de inicio. Entre medias también debutó con la selección española sub-19 que dirige Santi Denia en un amistoso contra Alemania con victoria por 0-1. La conexión Raúl-Morientes Si el medio toledano se ha saltado varias etapas en la cantera blanca se debe al empeño de Raúl González Blanco, entrenador del Castilla, que confía a ciegas en su progresión. Precisamente Raúl, en su etapa de jugador, compartió delantera en el Real Madrid (y en la selección española) con el futbolista más ilustre que hasta la fecha ha dado Sonseca: Fernando Morientes. El padre de Mario reconoce que Morientes «ha estado muy cerca» de su hijo . Mario tiene ficha profesional desde los 16 años, reside en Valdebebas desde hace varios y el último verano aprobó la EvAU. Aunque se ha matriculado en Fisioterapia , ahora tiene poco tiempo para seguir el ritmo de unos estudios exigentes. En casa le han inculcado la importancia de formarse más allá del fútbol (su hermana, tres años mayor, es un buen ejemplo al cursar Ingeniería Industrial). «Es trabajador, muy humilde y no tiene novia ni quiere», declara Alfredo, que sabe bien lo que es chuparse miles de kilómetros en la carretera yendo y viniendo por el fútbol. A Mario lo fichó el Real Madrid en febrero de 2016, justo antes de cumplir los 12 años, y empezó jugando en el Alevín A. Antes había estado una semana a prueba en el Villarreal , aunque no llegó a firmar con el submarino amarillo. - Alfredo, ¿en qué momento se creyó que tiene un hijo futbolista? - Nunca me lo he creído. En la cantera hemos visto torres muy altas que se han caído. De los 24 niños que jugaban con Mario cuando entró, ya solo quedarán tres o cuatro. Esto es una carrera de resistencia. Un año y medio entre el CD Toledo y el Odelot Toletum Mario Martín dio sus primeras patadas al balón en Sonseca, su pueblo. En 2014, con diez años, se vino al CD Toledo. Siendo alevín de primer año, jugó con los de segundo. Juan Sánchez-Gabriel, que entonces era coordinador del fútbol base en el club verde, le recuerda como «ambidiestro, daba igual la posición en la que jugara, tenía muy buena pegada y sí, claro, se le notaban cosas diferentes». Cuenta la anécdota de un torneo en Lominchar en el que llevaron un equipo muy flojo y a Mario no le dolieron prendas en ir con compañeros que tenían un nivel muy inferior al suyo. «Él siempre lo que quería era jugar» , remarca. «Era muy, muy trabajador y con la cabeza sentada, aunque eso no quiere decir que vaya a llegar a Primera división», añade Sánchez-Gabriel. El sonsecano estuvo una temporada en el CD Toledo, la 2014-2015, pasando después al Odelot Toletum, un club solo de cantera, también de la capital de Castilla-La Mancha. Y allí permaneció unos meses, hasta febrero de 2016, cuando saltó al Real Madrid.