Filomena
Por las torrenteras de la nieve, untuosa y suntuosa, pasó y se deslizó el arribafirmante. Los cielos vinieron a dar un alivio de luto después de tantos muertos incontados, y ahora, a dos años y algunos días, vuelvo a acordarme de la ciudad blanca. De aquel esquiador que bajó a Vallecas a llevar medicamentos, de la mascarilla en un trineo improvisado. Mi padre no me llevó a conocer el hielo, pero sí mi Tito Miguel de Albacete, que andaba con un gorro de astracán soñando con la primavera. A mi Madrid la envenenaron a base de bien, sin más ayuda que la del vecino que sacó una pala y despejaba las puertas de los bares con el pago de un cubatilla. Tuvo que venir un quitanieves de Jaén, que se levantó brava para ayudar a la capital. Después de la nevada, de esas nieves de antaño que cantaba Villon, el frío. El frío azul como el Dios de Juan Ramón. Un frío que perfilaba los contornos hasta el punto de que desde Argüelles se veía Gredos en lontananza. Nevó, heló, y los sabañones eran de felicidad. Se mantuvieron las distancias, los viejos balcones cayeron, se troncharon árboles y el meteoro se empecinaba en que no fuésemos Caracas. Hubo heroísmo, felicidad, y una capa de veinte centímetros de blanco que le puso un penacho gallardo a la cabina de mi barrio, esa donde se dejan ahora mensajes de amor, mensajes políticos, y que sigue ajena al tiempo. Mis recuerdos de Filomena son felices, a los leones de la Cibeles le colgaban moquillos y carámbanos, a ellos, que son animales vertebrados, adecuados y que discurren como discurre Pam, pero sin risas. Desde Filomena, nada bueno nos ha pasado, que en el sino trágico de esta tierra, apenas sirvió para llenar esos pantanos que la ideología imperante quiere tirar. Empezó a nevar racheado, la calle se fue tiñendo y en mi interior sonaba el tema de Lara de 'Doctor Zhivago'. La nieve vino a la fragua con su polisón de estrellas, y jamás se vio un cielo más despejado, ni atardeceres más evocadores. Desde Filomena hemos ido a peor, pero era previsible. Ojalá otro nevazo, que está sucia la plaza.