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Январь
2023

Intrigas palaciegas en China: la pelea por el poder de los leales a Xi Jinping

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Intrigas palaciegas en China: la pelea por el poder de los leales a Xi Jinping

Un nuevo panorama de facciones políticas está tomando forma en la cúpula del Partido Comunista Chino. La puja es por nombramientos en una serie de puestos críticos en la dirección del país

Xi Jinping aprovechará el lianghui de marzo, las sesiones conjuntas del Parlamento y el órgano asesor político de China, para confirmar una serie de nombramientos para puestos críticos en la dirección del país más poblado del mundo y superpotencia militar en ascenso.

La mayoría serán hombres que conoce desde su juventud o funcionarios de confianza con los que Xi lleva décadas trabajando, así como estrellas emergentes que han demostrado su lealtad al líder más poderoso del país desde Mao Zedong.

Los nombramientos marcarán la culminación de la consolidación del poder de Xi mientras se embarca en un tercer mandato de cinco años sin precedentes como líder del Partido Comunista Chino. También apuntan a la aparición de una nueva serie de facciones entre los acólitos y leales a Xi.

Wu Guoguang, que trabajó como asesor del ex primer ministro chino Zhao Ziyang, escribió en un reciente ensayo publicado por China Leadership Monitor, un grupo de investigación estadounidense, que "se está desarrollando una nueva era de política de facciones".

"Es improbable que el estatus y la autoridad de Xi como líder máximo afronten desafío alguno desde dentro de los cuadros de alto rango del PCCh, pero ya está empezando a producirse una competición entre facciones entre los diversos grupos de seguidores de Xi", afirmó Wu, que actualmente forma parte de la Universidad de Stanford y del think-tank estadounidense Asia Society.

Uno de los rasgos distintivos del liderazgo de Xi en los últimos 10 años ha sido la centralización de la toma de decisiones, que ha reducido la influencia de otros altos dirigentes. Xi ya ha desplazado a las poderosas redes de sus predecesores Hu Jintao y el difunto Jiang Zemin.

Aunque no suponen una amenaza para el férreo control del poder que ejerce Xi, las nuevas facciones competirán por el control y la influencia y, en última instancia, por quién sucederá a Xi en la cúspide del partido.

Los analistas también creen que comprender los antecedentes, personalidades, inclinaciones ideológicas, preferencias políticas y redes personales de los principales lugartenientes de Xi es crucial para dilucidar el turbio y a menudo impredecible mundo de la política china.

"En los próximos años, la competencia entre facciones será inevitable... el cambio generacional, en términos de circulación interna de las élites y de sucesión en el poder, también alimentará las luchas de poder entre las facciones que están tomando forma ahora", dijo Wu.

Las facciones en pugna

En su ensayo, Wu afirmaba que había cuatro grupos críticos que incluían a funcionarios que trabajaron con Xi en Fujian, Zhejiang y Shanghái, así como en Shaanxi, la provincia septentrional donde la familia de Xi tiene profundas conexiones.

Además, establecía otros cinco grupos, entre ellos un grupo de funcionarios de los sectores militar e industrial, aquellos vinculados a la prestigiosa Universidad de Tsinghua, miembros relacionados con la Escuela Central del Partido, varios funcionarios con aparentes vínculos con la esposa de Xi, Peng Liyuan, y un grupo del sector de la seguridad.

"En un punto de vista más amplio, el ascenso del grupo militar e industrial es aparentemente indicativo de la nueva estrategia de desarrollo económico y tecnológico de Xi, con un énfasis en la capacidad del Estado para promover el progreso tecnológico y una reducción del peso del sector privado en la economía china", explicó Wu.

Victor Shih, experto en política de élites china de la Universidad de California en San Diego, reduce los grupos más importantes a los que Xi formó mientras era gobernador de Fujian y Zhejiang, así como al grupo de cuadros del norte nombrados para desempeñar funciones en los poderosos órganos anticorrupción del partido.

Entre los protegidos de Xi en Fujian se encuentran He Lifeng, de quien muchos esperan que sustituya a Liu He como zar económico de Xi; Cai Qi, el nuevo jefe de propaganda e ideología del partido; y el ministro de Seguridad Pública, Wang Xiaohong. Todos ellos coincidieron con Xi cuando gobernó la provincia de 1999 a 2002.

"Es una combinación muy poderosa... Debemos recordar que fue el periodo más largo de la carrera [de Xi]", dice Shih. "Pasó en Fujian más de una década. Así que ese lugar dejó una profunda huella en él y viceversa".

Entre los funcionarios de Zhejiang, donde Xi fue jefe del partido de 2002 a 2007, figuran Li Qiang, miembro del Comité Permanente del Politburó y principal candidato a primer ministro de China, así como el nuevo jefe del partido en Guangdong, Huang Kunming, y el nuevo ministro de Seguridad del Estado, Chen Yixin.

Li Qiang

Cheng Li, otro experto en política china de la Brookings Institution, advierte que los expertos sólo están en las "primeras fases" de comprensión del "muy complicado" nuevo panorama. Esto implica empezar de nuevo con el análisis de la vasta red de redes personales de los dirigentes, así como de las diferencias en política, ideología e influencia.

Sin embargo, Joseph Torigian, experto en política de élites china y de la era soviética en la Universidad Americana de Washington, apunta al "historial muy pobre" de los observadores de China en lo que se refiere a la predicción de las relaciones contemporáneas en los secretos recintos del partido en Pekín. Aunque también establece algunos paralelismos con la época de Mao, después de que el dictador purgara a los líderes de su propia generación y promoviera a cuadros más jóvenes.

"Sin duda se apreciaba competencia entre los distintos grupos que ascendieron tras la última limpieza, pero su principal objetivo era intuir lo que quería el líder máximo y dárselo mejor que nadie", afirma Torigian.

La ira de Xi Jinping

Cualquier facción que se forme en la cúpula del PCCh corre el riesgo de provocar la ira de Xi, que ha reprimido la oposición política y las amenazas percibidas contra su Gobierno.

En los meses previos al congreso del partido en octubre, se impusieron largas penas de prisión a ex funcionarios de justicia y seguridad pública acusados de formar parte de una "banda política" desleal al presidente chino.

Torigian añade que este tipo de agrupaciones políticas en China "rara vez se unen en algo tan cohesionado como lo que nosotros consideraríamos una facción. No quieren dar la impresión de que trabajan demasiado conjuntamente, porque eso sería una señal de alarma inmediata para Xi Jinping. Y él querría aplastarla y destruirla".











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