El verdadero exorcista que inspira a Russell Crowe
Es inevitable: la palabra exorcismo nos lleva automáticamente al cine, desde que en 1973 Willian Friedklin hizo girar 360 grados la cabeza de Regan, la niña poseída por el demonio. Y ahora, 50 años después, con la nueva película de terror recién estrenada El exorcista del Papa, protagonizada por Russell Crowe. Sin embargo, casi todo …
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Es inevitable: la palabra exorcismo nos lleva automáticamente al cine, desde que en 1973 Willian Friedklin hizo girar 360 grados la cabeza de Regan, la niña poseída por el demonio. Y ahora, 50 años después, con la nueva película de terror recién estrenada El exorcista del Papa, protagonizada por Russell Crowe. Sin embargo, casi todo fue real antes que ficción. Y todos los curas son el mismo: el sacerdote italiano Gabriele Amorth.
Él de hecho es mucho mas famoso que los guiones que dicen seguir sus pasos. Es toda una eminencia en la materia. Murió en 2016 a los 91 años en Roma, y hasta ese momento realizó cerca de 70.000 exorcismos. Sus propios cálculos cuentan que se enfrentaba cara a cara contra el mal una media de nueve veces al día. No en vano era desde 1986 el exorcista jefe del Vaticano.
Ése era su trabajo, le dedicó toda su vida y se lo tomaba muy en serio. "Es inútil preguntarse el porqué. El mal existe. Es un hecho. Hay que pelear contra él. No explicarlo", escribió en uno de los libros que ha dejado como testimonio de sus vivencias. En esas páginas, que son lectura obligada para cualquier aspirante a exorcista, se basa en teoría la cinta en la que Crowe cambia el traje de gladiador por el de un cura que viaja a un monasterio en San Sebastián para liberar a un niño estadounidense del diablo.
En teoría, decimos, porque el estreno esta misma semana en los cines italianos ha provocado un aluvión de críticas. Empezando por la Asociación Internacional de Exorcistas, fundada por el mismo Amorth en 1990 (fue su presidente hasta el final de sus días). Un comunicado oficial destroza la cinta y la posible credibilidad que pudiera tener (por mínima que fuera) la historia personificada en Russell Crowe.
"Las víctimas del demonio"
"El título en sí es pretencioso. El tráiler ya confirma su poca fiabilidad en un tema tan delicado y relevante. Es una ofensa a las víctimas del demonio", denuncia la AIE. Los sacerdotes no ven por ninguna parte el espíritu de quien es una verdadera leyenda en la lucha contra Satanás. Ni siquiera en la caracterización física de Crowe. "No se parece en nada, ni en el físico, ni en su modo de comportarse ni en el perfil humano y sacerdotal de Amorth".
"El exorcismo así representado se convierte en un espectáculo destinado a despertar emociones fuertes y enfermizas, gracias a una escenografía lúgubre, con efectos sonoros capaces de despertar únicamente ansiedad, inquietud y miedo en el espectador", sostienen quienes se dedican a tales menesteres.
"El resultado final es inculcar la convicción de que el exorcismo es un fenómeno anormal, monstruoso y aterrador, cuyo único protagonista es el demonio, cuyas reacciones violentas se pueden enfrentar con mucha dificultad. Esto es exactamente lo contrario de lo que ocurre en el contexto del exorcismo celebrado en la Iglesia católica, en obediencia a las directivas impartidas por ella", añade la asociación.
No hay duda: el clero no aplaudirá al final del filme. El Vaticano no se ha manifestado, pero la asociación no habría emitido el comunicado sin su autorización. Son el cuartel general de los exorcistas del mundo entero. Se calcula que sólo en Roma hay más de 300. Y Amorth ha sido hasta ahora el más poderoso de todos ellos.
"La Iglesia Católica está representada por un Papa igualmente poco creíble, interpretado por el actor italiano Franco Nero", critica la AIE. "Los ambientes del Vaticano, pintados con la habitual gama de claroscuros, dan a la película un efecto de Código Da Vinci, para inculcar en el público la duda de siempre: ¿quién es el verdadero enemigo? ¿El diablo o el poder eclesiástico?".
Sin entrar en la calidad de los efectos especiales ni evaluar el resultado dramático de la cinta dirigida por Julius Avery, lo cierto es que también en los periódicos italianos se repite la impresión de asistir a un producto hollywoodiense muy alejado de la realidad, por mucho que se anuncie como "basada en los archivos de Gabriele Amorth, exorcista principal del Vaticano".
"El estereotipo italiano"
"El Amorth de Crowe es un estereotipo del italiano simpático y fanfarrón [con Vespa incluida], aunque esté luchando con el mal; es exagerado incluso en una película de género y subgénero", sentencia la crítica cinematográfica del Fatto Quotidiano. "Quien espere ver un relato detallado y fiel de las actividades de Gabriele Amorth, saldrá decepcionado", advierte Cinematographe.it.
Todos los que escriben conocen la vida del protagonista. La real, la que inició en Módena (norte de Italia) donde nació en 1925 en el seno de una familia ultracatólica. Antes de enfundarse la sotana y ser famoso por sus exorcismos, el jovencísimo Gabriele vistió el uniforme de partigiano y libró otras batallas.
Entonces era Alberto, su nombre en código en la Brigada Italia que luchaba contra los fascistas durante la II Guerra Mundial. Llegó a ser comandante de uno de sus batallones. A los 20 años, le concedieron la Cruz al Valor Militar. Finalizado el conflicto, probó suerte con la política. A los 22 años, en 1947, fue designado delegado nacional del entonces presidente de los Movimientos Juveniles de Democracia Cristiana, Giulio Andreotti.
El ferviente devoto se convirtió en miembro activo de la Iglesia católica algo más mayor, después de licenciarse en Derecho y entrar en la Sociedad San Paolo, una organización religiosa masculina de derecho pontificio. En 1954, con 29 años, fue ordenado presbítero (el sacerdote que puede celebrar misa y administrar los sacramentos).
Desde entonces nada lo desvió del camino hacia su adorada Virgen María y contra el que consideraba su mayor enemigo: el demonio. "El diablo se alegra cuando se burlan de él los que creen que no existe", lo parafrasea Russell Crowe al inicio de El exorcista del Papa. "El demonio es inteligentísimo", recordaba siempre.
"Retorciéndose en la tumba"
En una entrevista que concedió a laSexta en 2013, el padre Amorth relató algunas experiencias de sus exorcismos: "Se ven tantas cosas sobrenaturales. El demonio me ha escupido objetos, incluso clavos grandes. Muchas cosas". Unos años antes, le preguntaron su opinión sobre el Exorcista de Friedklin y dijo que le había gustado "aunque se han pasado un poco con los efectos especiales".
Quienes han visto la nueva película protagonizada por Crowe dicen lo mismo y que un poco de risa, da. Que recuerda al Exorcista de Friedklin. Que lo mejor es su protagonista. Que hay mucha sangre, demasiada. Y que Amorth, "podría estar retorciéndose un poco en la tumba".
Quién sabe... pero seguro que habría opinado, visto sus antecedentes en varias polémicas. Tenía una programa de radio y, además de sus libros, escribía en varias revistas. Por ejemplo, en 2012 declaró "bajo la influencia del demonio" a varios presentadores televisivos, al ex primer ministro Mario Monti y al político homosexual de la izquierda italiana Nicola Vendola.
Igual que afirmaba con toda seguridad que la mayoría de los casos de posesión eran en realidad problemas psiquiátricos y que sólo el 2% justificaba un exorcismo, sentenciaba que el preservativo y la televisión eran "invenciones de Satanás". Y la homosexualidad, también "de naturaleza demoniaca".
De esto tampoco habla la nueva película de Russell Crowe. La Asociación Internacional de Exorcistas ha aprovechado la controversia para barrer para casa y sugerir a todos aquellos interesados en conocer los secretos de la lucha contra el Maligno en la Iglesia católica que vean otra película: Libera nos. Éste la han producido ellos y aseguran que demuestra que el exorcismo es "un evento muy agradable y glorioso". Y sale el verdadero padre Gabriele Amorth.
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