Un paseo por la calle Línea: sus vecinos más famosos
Construida entre 1892 y 1901, Línea fue la primera calle del Vedado, con vecinos ilustres de la historia de Cuba y el mundo
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AREQUIPA, Perú. – Línea es una de las arterias más significativas de El Vedado habanero y fue la calle pionera de ese barrio. Construida entre 1892 y 1901, su nombre proviene del recorrido trazado por las “cucarachas”, maquinitas de vapor que circularon en la ciudad como primer vehículo de tracción no animal.
Aunque en 1918 se intentó cambiar su nombre a Avenida del Presidente Wilson y, más tarde, a Doble Vía General Batista en la década de 1950, la población rechazó ambas denominaciones y continuó llamándola por su nombre original.
Línea se caracteriza por ser una calle eminentemente residencial que alberga grandes casonas y edificios de apartamentos de lujo. A pesar de su naturaleza opulenta, a ambos de sus lados también se hallan viviendas modestas y una variedad de establecimientos de servicio para satisfacer las necesidades de los residentes.
La avenida ha sido el hogar de varios personajes ilustres como el poeta y guerrillero Roque Dalton; el historiador Emilio Portell Vilá; las hermanas de Pablo de la Torriente Grau; el reconocido hematólogo Gustavo Pitaluga; la familia Blanco Herrera, propietaria de la Tropical; el pintor Mariano Rodríguez; el pianista Jorge Luis Prats; la historiadora Nydia Sarabia; el expresidente cubano Mario García Menocal; y la residencia temporal del poeta español Fernando García Lorca.
Asimismo, Línea albergó diversos centros de entretenimiento y gastronomía trascendentales para la década de 1950. El cine Rodi (ahora Teatro Mella), inaugurado en 1952, fue un lujoso lugar de reunión social, equiparable al prestigioso Teatro Trianón de los años 20. En esa época también había restaurantes y cafeterías de alcurnia como Casa Potin, que ofrecía bombones italianos Perusina, suizos Tobler, franceses Marquesa de Sevigne y estadounidenses Maillard.
Además, otro de los hitos de Línea fue la construcción del túnel homónimo que hasta hoy transitan los cubanos. Su construcción requirió más de cinco millones de pesos, 35.000 metros cúbicos de hormigón, 1.276 toneladas de acero, más de 18.000 metros de pilotes de madera dura, y 2.650 toneladas de tablestacas y vigas de acero.
A pesar del paso de los años y la desidia del régimen cubano, Línea sigue siendo uno de los paseos más vistosos y celebrados en La Habana. Sede de bancos, teatros, centros culturales y nocturnos, restaurantes, museos y bares famosos por toda la Isla.
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