La peculiar historia de Shoji Morimoto, el joven japonés que gana más de US$65.000 al año por "no hacer nada"
¿Te imaginas que te pague por 'no hacer nada'? Este es el caso de Shoji Morimoto, un ciudadano japonés que en 2018 descubrió una nueva forma de generar ingresos sin tener que hacer absolutamente nada. Atrás dejó su formación académica en Física y su maestría en terremotos para crear su innovador emprendimiento que le genera al año más de US$ 65.000.
Morimoto, de 37 años, ha recibido miles de solicitudes desde que comenzó su actividad. A través de Twitter, donde cuenta con más de 260.000 seguidores, ofrece sus servicios a un precio de 10.000 yenes (aproximadamente US$ 75, es decir S/290) por sesión, lo que le permite atender a dos o tres clientes al día.
¿En qué consiste el negocio de Shoji Morimoto?
El concepto de Shoji Morimoto es simple: rentarse para acompañar a personas que no desean estar solas. Antes de emprender este camino, trabajó en varios empleos que no le satisfacían. La idea surgió tras escuchar comentarios de amigos que le recriminaban su falta de actividad en reuniones sociales. “Pensé que podía sacarle alguna ventaja a ese inconveniente”, declaró en una entrevista al BBC.
Desde entonces, su trabajo ha evolucionado. Morimoto se alquila para actividades cotidianas como ir al supermercado, almorzar o incluso despedir a alguien en una estación. “Los clientes parecen experimentar un cambio mental positivo tras alquilarme”, comentó, resaltando que muchos se sienten liberados al poder hablar de cosas que no comparten con otros.
¿Cuánto cobra Shoji Morimoto por “no hacer nada”?
Según el joven japonés, cobra a cada uno de sus clientes un total de 10.000 yenes por sesión (en moneda peruana, esto es S/290). Este precio no incluye gastos de transporte, comida o bebida. A pesar de la simplicidad de su trabajo, ha logrado establecer una rutina que le permite disfrutar de diversas experiencias, desde cenas hasta paseos en helicóptero.
Su enfoque ha atraído a un público diverso, que busca compañía en momentos de soledad o simplemente alguien con quien compartir una actividad. “Hay tantas maneras interesantes en que se desarrolla mi trabajo, que nunca me canso de hacerlo”, afirmó Morimoto.
La rutina de Morimoto es variada y cada sesión representa una nueva experiencia. Ha acompañado a personas en diversas actividades, desde cenas hasta eventos deportivos. “Nunca imaginé que podría hacer tantas cosas interesantes”, expresó, destacando que su trabajo le ha permitido conocer a muchas personas y vivir situaciones únicas.
Además, ha recibido más de 3.000 solicitudes desde que comenzó su negocio. Aunque al principio se sintió un poco “vergonzoso” por su trabajo, con el tiempo se ha acostumbrado y ha encontrado satisfacción en ayudar a otros a sentirse mejor.