Arias, capitán y baluarte del Racing finalista de la Copa Sudamericana
El arquero chileno fue fundamental para sostener el 2-1 de la Academia sobre Corinthians y cortar la hegemonía absoluta de los equipos brasileños en los torneos continentales 2024
¡Qué locura hermosa, Racing! ¡Qué delirio más lindo! ¡Cuánta felicidad! ¡Qué manera de festejar! ¡Qué desahogo! ¡Cuánto sello académico! Racing tuvo su gran noche. Su noche mágica. Épica. Los hinchas de la Academia reventaron la cancha y se fueron con al alma llena de felicidad. Hubo retribución desde adentro del campo. Hubo sufrimiento, sí, cuando Timao marcó el primero. Gol. Parecía que podía venirse la noche… Pero fue noche de alegría. Pasó mucho tiempo. Fueron 32 los años que transcurrieron desde la última vez que la Academia se metía en una final internacional. Y había que celebrarlo así. Con todo. Racing le ganó a Corinthians y el 23 de diciembre, contra Cruzeiro, irá por la conquista de la Copa Sudamericana.
Un Cilindro vestido para las grandes citas. Estallado como en sus momentos dorados. Más de 50.000 corazones detrás de un sueño. Que empujaban, que alentaban, que vibraban. Mandaban señales desde las tribunas que se prolongaban hacia las piernas y el espíritu de los jugadores.
Arias es gran responsable de la victoria, porque tapó dos mano a mano cuando Corinthians buscaba con todo el empate.Nardoni traba como una fiera. Di Césare anticipa, barre abajo y llega antes que todos. Salas no para de apretar arriba. Los corre a todos. Baja como un tres bis. Maravilla lucha hasta las pelotas perdidas. Juanfer, la figura de la cancha con dos goles, no se equivoca nunca y pone la pausa cuando el partido arde. Gana los rebotes la Academia. Se impone con autoridad. Le pone el alma a cada cruce, cada salto, cada cierre. Lo jugó con ímpetu cuando no tuvo la pelota y con eficacia cuando tuvo chances para hacer daño.
Racing se sobrepuso al primer gol, lo dio vuelta y le ganó a Corinthians para meterse en la final de la Copa
Hubo un fuerte sofocón con ese remate desde un ángulo cerrado de Yuri Alberto que se metió entre la piernas de Arias, quien se apresuró al salir. Pero el mismo arquero fue el que se remidió con dos mano a mano tapados. Racing lo dio vuelta porque no se desesperó nunca. Porque en sus momentos de lucidez hizo la diferencia. No perdonó en el penal que empató el encuentro desde el empeine zurdo de Juanfer. Y llegó al segundo desde la avivada del alcanzapelotas, que se la dio rápido a Salas, éste la jugó para Maravilla y el ex Instituto la peinó. Allá apareció Juanfer para, mano a mano con el arquero, poner el 2-1.
La Academia sostuvo la ventaja con enorme entrega en el ST. Ramón Díaz llenó la cancha de delanteros pero no le hizo daño serio a Racing, que permaneció muy concentrado, metido, solidario para cerrar espacios. Racing lo jugó como lo que fue: un partido histórico. Después del baldazo de agua fría con el 1-0 parcial, se sobrepuso y pegó en los momentos justos. No le alcanzó a Corinthians con su poderío. Siempre apareció alguna pierna de Racing cerca del área o dentro de ella para desactivar los alertas.
Racing le ganó a Corinhians y se metió en la final de la Sudamericana. Otra vez, como en 1988 y en 1992, va por la gloria ante el mismo adversario. En la primera conquistó la Supercopa y en la otra edición salió segundo. Ahora, ¡a por otro título, Academia! Racing le ganó a Corinthians ys e metió en la final de la Copa Sudamericana.
/Escrito por Nicolás Montalá para Racing de Alma
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