Escalada bélica entre Israel e Irán: un enfrentamiento que amenaza el orden internacional
En un dramático giro del conflicto, Irán ejecutó este viernes su amenazada represalia contra Israel con el lanzamiento de “cientos de diversos misiles balísticos”, según confirmó la agencia estatal IRNA, en lo que calificó como el “comienzo” de su “respuesta aplastante”. La ofensiva se produce apenas horas después de que Israel llevara a cabo un ataque masivo contra instalaciones nucleares y militares iraníes, eliminando a altos mandos de la Guardia Revolucionaria. Las Fuerzas de Defensa israelíes declararon el país “bajo fuego” total, activando sistemas de interceptación y ordenando a la población refugiarse, mientras explosiones sacudían Tel Aviv y Jerusalén. Esta escalada marca un punto de no retorno en el conflicto entre ambas potencias regionales, con repercusiones globales inmediatas.
En la madrugada de este viernes, Israel lanzó un ataque sin precedentes contra Irán, apuntando directamente al corazón de su infraestructura nuclear y militar. La operación, denominada “León Naciente”, marca un antes y un después en el equilibrio de poder en Medio Oriente.
Según fuentes militares oficiales israelíes, más de 200 aviones y drones de combate fueron utilizados para lanzar más de 330 municiones sobre más de 200 objetivos repartidos por todo el territorio iraní. Desde la guerra entre Irán e Irak en los años 80, la república islámica no enfrentaba una ofensiva de esta magnitud en un solo día.
El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, confirmó que la operación fue diseñada para “golpear la cabeza del programa de armamento nuclear de Irán”. Entre los objetivos atacados se incluyó la principal instalación de enriquecimiento de uranio en Natanz, junto a científicos nucleares y elementos clave del programa de misiles balísticos iraní. La televisión estatal iraní confirmó la muerte de dos científicos claves en el desarrollo nuclear del país.
Mapa de la base en Natanz, atacada por Israel. Vía X@IDF 13/06/2025
En un mensaje televisado, Netanyahu declaró que la operación continuará “el tiempo que sea necesario” para eliminar lo que describió como una amenaza existencial para Israel.
El ataque tuvo un impacto inmediato. Se registraron explosiones en Teherán y el país cerró temporalmente su espacio aéreo. Al mismo tiempo, Israel declaró un estado de emergencia especial, cerrando escuelas y prohibiendo reuniones sociales. La población israelí fue advertida ante la posibilidad de una respuesta inmediata por parte de Irán.
Y no tardó en llegar. Las autoridades israelíes reportaron el envío de al menos 100 drones iraníes hacia su territorio, lanzados desde proxys iraníes en Irak, la mayoría de los cuales fueron interceptados.
Sin embargo, el golpe israelí fue devastador: entre las víctimas fatales se encuentra Hossein Salami, jefe del Cuerpo de la Guardia Revolucionaria y el funcionario de más alto rango militar iraní. También murieron Fereydoon Abbasi, exdirector de la Organización de Energía Atómica de Irán, y Mohammad Bagheri, jefe del Estado Mayor de las Fuerzas Armadas. El comandante de la fuerza aérea del Cuerpo de Guardianes, Amir Ali Hajizadeh, también fue confirmado como fallecido.
Hossein Salami, ex Jefe de la Guardia Revolucionaria Iraní, muerto por un bombardeo israelí. Vía X@ObsDelphi 13/06/2025
Desde Israel afirman que dañaron de forma significativa la instalación nuclear de Natanz, aunque medios iraníes han calificado los daños como superficiales. El Organismo Internacional de Energía Atómica, por su parte, informó que no se han detectado aumentos de radiación en la zona, al menos, al momento de haber sido informados de la ofensiva por parte de Teherán.
El gobierno iraní, a través de su canciller Abás Araqchí, sostuvo que el país tiene el “derecho legítimo y legal” de responder a esta agresión, amparado en el artículo 51 de la Carta de las Naciones Unidas. En un comunicado, el líder supremo Ali Jameneí afirmó que Israel recibirá un “severo castigo” por lo que calificó como “un crimen” y una “agresión sionista con efectos peligrosos y extensos”. “El régimen sionista no saldrá ileso de este crimen. El pueblo iraní puede estar seguro de que no habrá tregua en este asunto”, recalcó.
Irán aseguró que se reserva el derecho a responder con toda su fuerza y en el momento que considere más conveniente, pero que esto será inminente.
Ayatollah Iraní, Ali Jamenei. Vía X @LegitTargets. 12/06/2025
El contexto político internacional también se ha visto alterado. Estados Unidos, a través de su secretario de Estado Marco Rubio, aseguró que no participó en el ataque, aunque confirmó que fue previamente informado. El presidente Donald Trump, por su parte, convocó de emergencia a su gabinete y luego declaró que Irán debía “llegar a un acuerdo antes de que no quede nada”, instando a Teherán a evitar una escalada mayor y refiriéndose a Irán como un imperio al borde del colapso. Aunque Trump había advertido a Netanyahu que se abstuviera de atacar mientras continuaban las negociaciones, el primer ministro israelí desobedeció abiertamente. Sin embargo, horas después, el presidente estadounidense respaldó la ofensiva, recordando que su administración siempre dejó claro que Irán no podía tener un programa de enriquecimiento nuclear.
“Le dije (al presidente de Estados Unidos Donald) Trump que la sorpresa es el elemento del éxito”, añadió. “Por supuesto, esto creó caos en Irán, pero todos debemos asumir que habrá un contraataque contra nosotros. Puede venir en oleadas y puede ser muy duro”, declaró el mandatario hebreo.
Primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu, y el presidente de Estados Unidos, Donald Trump. Foto: X @netanyahu.
Este ataque representa una estocada quirúrgica de Israel no solo contra la estructura militar iraní, sino contra su liderazgo político y científico. La precisión de los bombardeos y la eliminación en una sola noche de buena parte de la cúpula militar iraní son señales claras de que la inteligencia israelí, particularmente el Mossad, logró infiltrarse profundamente en los sistemas de defensa iraníes, dejando a Teherán sin capacidad de respuesta inmediata.
La reacción de la comunidad internacional
Desde Moscú, el presidente ruso Vladimir Putin condenó con firmeza la ofensiva israelí en territorio iraní y aseguró estar dispuesto a actuar como mediador entre ambos países. Una propuesta que, en otro contexto, podría parecer improbable, pero que hoy revela la intención del Kremlin de posicionarse como actor estabilizador frente a la creciente inacción occidental.
La preocupación también se trasladó al ámbito nuclear. Rafael Grossi, director del Organismo Internacional de Energía Atómica, expresó su alarma por el riesgo que representa cualquier ataque militar contra instalaciones nucleares activas. Grossi confirmó que Natanz, epicentro del programa de enriquecimiento de uranio iraní, fue uno de los blancos alcanzados, y advirtió que este tipo de acciones “pueden tener consecuencias graves para el pueblo de Irán, la región y el mundo”. El director del OIEA incluso se mostró dispuesto a viajar a Irán para evaluar los daños en terreno.
El llamado a la moderación se amplificó rápidamente. Naciones Unidas, a través de su secretario general, António Guterres, condenó cualquier escalada en Medio Oriente e instó a ambas partes a evitar una guerra abierta. A este llamado se sumaron Omán y Qatar, actores clave en los intentos de mediación entre Teherán y Washington, que calificaron el ataque como una “escalada peligrosa” que pone en riesgo cualquier posibilidad de solución diplomática.
Rafael Grossi, Director general de la Agencia Internacional de la Energía Atómica. Vía X@rafaelmgrossi 13/06/2025
China, por su parte, criticó lo que denominó una violación a la soberanía iraní y advirtió sobre los efectos desestabilizadores para toda la región. Desde Reino Unido, el primer ministro Keir Starmer pidió “calma” y un retorno a la diplomacia, recordando que la estabilidad regional “debe ser una prioridad para todos los actores involucrados”.
Pero no todas las potencias occidentales hablaron con la misma claridad. Francia y Alemania, aunque hicieron un llamado a la desescalada, reafirmaron el derecho de Israel a defenderse. Emmanuel Macron recordó que su país ha condenado reiteradamente el programa nuclear iraní, mientras que Berlín insistió en que Teherán no debe jamás obtener armas nucleares. Una postura ambigua que revela las tensiones internas de Occidente frente a un conflicto que amenaza con desbordarse.
Desde el mundo musulmán, la condena fue casi unánime. El presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, calificó los ataques israelíes como una provocación que “enciende la región”, mientras que Pakistán, única potencia nuclear islámica, expresó su “solidaridad” con Irán, pese a sus diferencias históricas. Incluso Arabia Saudita, rival tradicional de Teherán, condenó lo que describió como una “violación flagrante del derecho internacional” contra un “país hermano”.
Los rebeldes hutíes de Yemen insistieron en que Irán tiene el “derecho completo y legítimo” de responder.
En síntesis, Israel esta logrando algo que ningún país musulmán logró antes, reunirlos y ponerlos de acuerdo en contra de la amenaza que representa para sus países el propio Israel.
Lo que viene: una reconfiguración en el orden internacional, un vacío de poder que busca llenarse
Pero más allá del éxito operativo de la ofensiva, lo que deja entrever esta acción es un giro crítico en la dinámica geopolítica del Medio Oriente. Israel desafía a su mayor aliado, Estados Unidos, y actúa de forma unilateral pese a los intentos de mediación. Se había previsto una nueva ronda de negociaciones entre Irán y potencias occidentales para este domingo en Omán. Hoy, esas negociaciones parecen haber quedado enterradas bajo los escombros de los ataques aéreos.
Lo que viene a continuación podría ser aún más grave. Las amenazas de venganza por parte de Irán consiguieron un inminente contraataque de gran escala, similar al ocurrido en octubre pasado, cuando se lanzaron más de 300 misiles contra Israel. Aquel evento ya había puesto a prueba los sistemas de defensa como la “Cúpula de Hierro”. Ahora, con la eliminación de líderes militares clave, la motivación y presión política para responder con fuerza es incluso mayor.
Es así como alrededor de las 22 horas locales las Fuerzas Armadas israelíes declararon que “todo Israel está bajo fuego”, luego de que Irán iniciara ataques de represalia con el lanzamiento de “cientos de diversos misiles balísticos” hacia territorio israelí. La agencia oficial IRNA confirmó la operación, calificándola como el “comienzo” de su “respuesta aplastante” al reciente ataque israelí contra instalaciones militares y nucleares iraníes.
Tel Aviv, la cúpula de hierro intercepta misiles iraníes. Vía X@IDF
Todo esto nos lleva a un escenario de inestabilidad prolongada que evoca a lo que en relaciones internacionales se conoce como la “trampa de Kindleberger”. Según esta teoría, cuando la potencia dominante, en este caso, Estados Unidos, no quiere o no puede sostener el orden internacional, y la potencia emergente, como China, tampoco asume esa responsabilidad, porque no puede o no quiere, se genera un vacío de liderazgo global. Ese vacío se traduce en desorden. Y ese desorden ya está aquí. Estados Unidos ni siquiera logra contener a sus aliados. China, aunque intenta consolidar una mayor influencia en Medio Oriente, no tiene aún la capacidad de ejercer un rol estabilizador.
Israel actúa con total libertad, sin temor a sanciones o consecuencias, como lo ha hecho en Gaza, donde lleva meses desarrollando una ofensiva que ha sido calificada por numerosos actores internacionales como un genocidio contra el pueblo palestino. El sistema internacional, incapaz de contener los conflictos, parece repetir los errores del pasado. Tal como ocurrió en los años 30 tras la Gran Depresión, cuando el aislacionismo estadounidense dejó el camino libre para el ascenso del conflicto global, hoy vemos cómo los actores estatales optan por la acción unilateral y el uso de la fuerza como forma de resolver sus disputas.
Nos encontramos frente a una nueva etapa en las tensiones regionales, una en la que la guerra abierta entre Irán e Israel, y con ella, un posible conflicto regional de grandes proporciones, ya no es solo una posibilidad, sino un horizonte cada vez más cercano.