La designación de
Abraham Domínguez Cervantes como árbitro del decisivo Sanse–Nàstic de este domingo en Zubieta ha generado un fuerte
malestar entre la afición del conjunto grana. El colegiado
malagueño, de 38 años y con experiencia en Segunda División, no es una figura desconocida para los seguidores del Nàstic, que ven en su nombramiento un nuevo episodio de
desconfianza hacia el estamento arbitral tras lo ocurrido en anteriores fases de ascenso.
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