El toque de las campanas, la siempre inagotable belleza del Patio de los Naranjos, la armonía de la torre de la Catedral y la alfombra de romero en los adoquines para el Rey de la Gloria . En medio de esa atmósfera perfecta Jesús Sacramentado acudió a las calles al encuentro de todos los creyentes durante la solemnidad del Cuerpo y la Sangre de Cristo . La Custodia de Arfe, obra cumbre de la platería de principios del siglo XVI, sobrecogió al público reunido este domingo . Su paso se adornó con rosas rosas. Enrique de Arfe aportó un renovado concepto de la custodia procesional y Córdoba tuvo un año más el privilegio de admirar su valor único. Prodigio, calidad, iconografía y estilo, entre el Gótico y el Renacimiento, la engrandecen. Cinco siglos después de su hechura, los creyentes contemporáneos aguardaron a que pasara el Santísimo, y ante sus ojos fueron sucediéndose las representaciones de los movimientos de la Iglesia actual. Esta procesión, la más importante del año, proclama públicamente y aumenta la fe de los cristianos en la presencia real de Cristo en Jesús Sacramentado. Han sido muchas y variadas las procesiones eucarísticas previas desde el 15 de junio, públicas, claustrales, por recorridos más extensos o más cortos, como antesala de la procesión central, la procesión de procesiones, este domingo. La de «Dejad que los niños se acerquen a mí» es una de las frases más conocidas de Jesús, que personificaron los participantes más jóvenes, los niños de Primera Comunión abriendo el cortejo, radiantes con sus vestidos y trajes. Después fueron las fraternidades y prohermandades, las hermandades no agrupadas, las agrupadas de gloria y las de penitencia no sacramentales las que pintaron con el color y el movimiento esta jornada con sus estandartes, varas y tramos de cirios. El cortejo se ha multiplicado visiblemente con respecto a otras épocas pasadas y ya es algo habitual desde el cambio de formato que se le imprimió desde el año 2023 a la procesión que organiza el Cabildo Catedral. El misterio de la Sagrada Cena llegó como prólogo y catequesis plástica del momento en que Jesús instituyó la eucarística. Por tercer Corpus consecutivo, el paso de Nuestro Padre Jesús de la Fe recordó de manera sencilla y asequible para todo el que quiso hacer memoria de este crucial momento. El Señor de la Fe, que junto con las imágenes de los apóstoles, fue trasladado de manera pública el sábado por la tarde, lució túnica de terciopelo burdeos , mantolín de terciopelo blanco y cíngulo de cordón de oro. Las flores del paso, que no es el habitual del Jueves Santo, sino el del Corpus de su hermandad, fueron blancas de distintas variedades: claveles, rosas y orquídeas. Cardos, uvas naturales y espigas de trigo incidieron en los símbolos de la eucaristía. Tras Él, las cofradías penitenciales con carácter sacramental. Y a ellas les siguieron las delegaciones diocesanas, Ayuda a la Iglesia Necesitada, Manos Unidas y las Madres Mónica , presentes todo el año en la vida de las parroquias rezando por sus hijos ante el Santísimo, entre otros muchos. Salesianos Cooperadores, Pastoral Gitana y Cáritas , más que nunca en el Día de la Caridad, fueron parte de este Corpus, como lo es durante todo el año ayudando infatigable a los necesitados y sin un hogar. 'Mientras haya personas, hay esperanza' es su lema justo en este Año Jubilar. La Agrupación de Hermandades y Cofradías y Adoración Nocturna iban ya muy próximas a la Custodia. Las órdenes religiosas ocuparon un papel crucial en este cortejo. También el semillero de integrantes de los seminarios Menor y Mayor, los diáconos, los sacerdotes y los componentes del Cabildo Catedral . Tras la Custodia, que lució como es habitual sobre la peana barroca de Damián de Castro, el nuevo obispo de Córdoba, Jesús Fernández , que tomó posesión el pasado 24 de mayo, vivió su primer Corpus como pastor de la diócesis de esta tierra. En la homilía de la solemne misa en el interior de la Catedral Jesús Fernández, que concelebró con el obispo emérito, Demetrio Fernández, (también presente en la procesión) indicó que «el amor de Jesús no descansa». Clamó contra la indiferencia y citó el acceso a la vivienda digna como «una emergencia social », al igual que la desigualdad en el acceso a las oportunidades laborales y las enormes barreras para la integración de los inmigrantes. Alertó sobre «el alto nivel de violencia que asola amplias zonas de nuestro planeta y está acabando con la vida de tantos inocentes en Tierra Santa, Irán, Ucrania, el Cáucaso y África». «Cristo es el único alimento capaz de traer paz», aseguró, y apeló al esfuerzo de todos porque «es urgente actuar y abrir bien los ojos ante los pobres y excluidos de hoy». Importantes en toda esta jornada fueron tantas y tantas personas que, con su tiempo, esfuerzo y presencia acompañaron en la procesión o fuera de ella. Mención especial merecen las manos que horas antes elevaron altares para honrar al Señor en once puntos distintos del recorrido. Nuestra Señora del Amparo , titular de gloria de la hermandad del Huerto, presidió de manera extraordinaria el suyo, previo traslado de la imagen en parihuela esa misma tarde acompañada de cuerpo de acólitos desde su parroquia de San Francisco hasta el altar, en la calle San Fernando. Fue así para realzar el 50 aniversario de la refundación de la cofradía. Ánimas instaló el suyo junto a la Puerta de San Nicolás de la Mezquita-Catedral en Magistral González Francés. El sol y la luna , omnipresentes en la estética de la cofradíay alusivos a la creación y el paso del tiempo, se vieron en el lienzo de rojo lleno de estrellas sobre el que lució una custodia y a sus pies ángeles y los inconfundibles faroles. Las Penas lo centró en la Virgen de la Concepción en su Desamparo, que hace pocos días salió en la procesión del pasito chico por su barrio de Santiago. En la puerta del convento de Santa Ana, de las Carmelitas descalzas, el altar del Carmen de San Cayetano mostró al Milagroso Niño Jesús de Praga vestido de rey, fiel a su iconografía. Un retrato de Santa Teresa de Jesús del siglo XVII y otro de Santa Bárbara, completaron la composición con espigas y racimos de uva. Crucial fue además el esfuerzo de muchas voces por acompañar al Señor esta calurosa tarde, dentro y fuera del cortejo. Los niños de la escolanía San Francisco de Asís, de la hermandad de la Soledad, cerraron el curso ofreciendo sus cantos angelicales al Santísimo durante su paso por el altar de la cofradía en la calle Cardenal González. La música habló con sonidos y presencia de la importancia de lo que ahí se mostraba: de nuevo tres bandas. Primero, las cornetas y tambores de la Salud, que fueron en la cruz de guía anunciando la importancia de lo que se vivía. La banda de música Tubamirum , de Cañete de las Torres, interpretó sus marchas tras el Señor de la Fe, que salió con 'La Vía Sacra'. Tras la Custodia, la banda de la Estrella disfrutó de uno de los momentos más trascendentales de su vigésimo aniversario de existencia. Regaló un repertorio eucarístico, en sintonía con la solemnidad del Corpus Christi abierto con 'Rey de Reyes'. La Semana Santa de este año fue tardía y, por tanto, la celebración del Corpus lo ha sido. Estos días finales de junio han sido implacables en forma de una tórrida ola. El calor , acompañado de todas sus posibles adjetivos abrasador, extremo, asfixiante, envolvente, mareante y sofocante caben en esta crónica. No por esperado fue mejor recibido: resultó otro de los grandes protagonistas de la tarde y la noche del Corpus en Córdoba. Precisamente los termómetros iban dejando su cénit e iban bajando levemente cuando la Custodia se adentraba en el corazón de la ciudad antes de retornar a la Catedral. «¡ Alabado sea el Santísimo! Sea por siempre bendito y alabado» es el eco que permanece intemporal.