En el mundo cinegético, la transformación tecnológica no llega a la ligera, pero sí con paso firme . El uso de nuevas herramientas digitales está empezando a abrir caminos antes impensables para un sector tradicionalmente vinculado al medio rural y a prácticas heredadas de generaciones. Y aunque la incorporación de tecnología en la caza genera debates dentro del colectivo (como en cualquier grupo humano ante todo tipo de cambios), su utilidad es ya evidente y, sobre todo, estratégica para épocas venideras. Desde la Federación Andaluza de Caza (FAC) tienen claro que todo lo que signifique aplicar ciencia y tecnología a la gestión cinegética es una inversión de futuro. Herramientas como CensData y el precinto digital de caza no solo están profesionalizando el sector, sino que permiten recopilar datos valiosos, anticipar decisiones, demostrar sostenibilidad ante las instituciones (incluida la exigente Comisión Europea) y proteger las especies. Por todo ello, la tecnología en la caza debe verse como una aliada . Esa es la hoja de ruta, respaldarse en los datos científicos que la digitalización ofrece. Y en eso, Andalucía está marcando el camino . Uno de los grandes hitos en esta nueva era tecnológica en la que se ha adentrado la caza es CensData , una aplicación móvil desarrollada por la Fundación Artemisan dentro del marco del Observatorio Cinegético . Esta herramienta permite a los cazadores registrar (con criterios técnicos estandarizados) las observaciones de fauna cinegética y no cinegética en sus acotados . Con lo cual, aves migratorias, mamíferos y otras especies pueden ser geolocalizadas, cuantificadas y registradas directamente desde el campo. «Vamos a observar, vamos a conocer, vamos a censar las tendencias poblacionales , las densidades. Y en función de eso, vamos a tomar decisiones. Son más de 3.000 censadores dados de alta en España ; de forma continuada, unos 1.200. Con esa herramienta estamos encantados«, explica Luis Fernando Villanueva , presidente de la Fundación Artemisan . Más que una aplicación, CensData puede entenderse también como una red nacional de observación que permite tener una imagen real de cómo están las especies y anticiparse a prohibiciones . Un ejemplo clave es la codorniz; sectores ecologistas, a instancias de la Comisión Europea, plantearon vetar su caza por presunto declive poblacional. Gracias a los datos recopilados en CensData, aportados por cazadores voluntarios, se demostró que la población era suficiente y estable, por lo que la prohibición se evitó. En este proceso, el cazador se convierte no solo en usuario, sino en agente científico. Aporta información útil a las administraciones, a la comunidad investigadora y, sobre todo, a su propio colectivo. Como explica Villanueva, «el Observatorio Cinegético lleva ya cinco años, pero necesitamos una continuidad de al menos diez para poder hablar de tendencias sólidas . De ahí la importancia de seguir sumando censadores«. En este sentido, la Junta de Andalucía se incorporó recientemente al Observatorio Cinegético , lo que permite que los datos registrados a través de CensData estén disponibles para la toma de decisiones administrativas. «Tenemos que ser nosotros, los cazadores, los que pongamos los datos sobre la mesa y no depender de informes de organizaciones ajenas al medio rural «, matiza el presidente de Artemisan. Por otra parte, además de generar conocimiento científico, CensData ayuda a tomar decisiones en cada coto . La propia aplicación devuelve al usuario un informe con lo censado, lo que facilita que se regule la presión cinegética según las especies detectadas. Esto representa una toda revolución ya que, por primera vez, el conocimiento está en manos del cazador, de manera accesible y digital. La segunda herramienta clave es el precinto digital de caza , una innovación desarrollada también por la Fundación Artemisan con un objetivo claro: permitir el retorno controlado de la caza de la tórtola tras cinco años de moratoria . Esta especie, cuya caza fue suspendida por indicación de la Comisión Europea ante el descenso de sus poblaciones, podrá volver a cazarse esta temporada; eso sí, en cuotas muy limitadas y bajo condiciones estrictas . Una de esas condiciones es, precisamente, este nuevo sistema digital que permite precintar cada ejemplar capturado en tiempo real a través de una aplicación móvil , registrando su geolocalización exacta. Así se garantiza que el cazador no supere el cupo autorizado y se cumpla la trazabilidad exigida por la Comisión Europea. Sin duda, se trata de una herramienta innovadora y absolutamente necesaria, aunque no exenta de polémica , tal y como se sostiene desde la FAC. Sin embargo, gracias a ella, se ha conseguido que se levante parcialmente una prohibición que llevaba vigente cinco años. Se asiste así a un hito sin precedentes , pues una especie cinegética vuelve a ser autorizada gracias a un compromiso sectorial y una aplicación tecnológica que permite demostrar que su aprovechamiento es sostenible. Concretamente, el precinto digital permite controlar qué, cuándo y dónde se caza . Es una garantía tanto para las autoridades como para el colectivo, aunque no todos lo ven igual. Algunos cazadores expresan quejas en torno a la privacidad o la obligatoriedad de digitalizar un acto tradicional . Son reticencias normales, debido a la importancia que supone este cambio y al hecho de que aún haya gente que no conoce bien cómo funciona. Por eso, se están realizando reuniones informativas para formar a los cazadores y mostrarles que la herramienta no pretende fiscalizar su actividad, sino preservarla. «Llevamos tres años con pruebas, pero la primera vez que se va a poner en marcha de verdad va a ser este año para las tórtolas. Es una herramienta que hemos desarrollado durante dos años y medio. Ahora tenemos que hacer todo el proceso formativo de aquí al 21 de agosto», explica el presidente de Artemisan. Por ahora, este precinto digital se aplica solo a la tórtola, pero su éxito puede marcar un modelo para otras especies . «No es intención ahora extenderlo, pero todo dependerá de cómo evolucione la presión europea. Si mañana nos exigen demostrar sostenibilidad para otras especies, tenemos ya el sistema listo», señala Villanueva, quien añade además que «habrá unos años de transición, en los que se usará tanto la herramienta digital como el precinto físico. Pero el objetivo de aquí a tres o cuatro años es que nadie se pueda quedar sin cazar porque no tenga un smartphone o sea una persona mayor. Queremos que el precinto digital llegue a todo el mundo «. La digitalización de la caza puede parecer una contradicción, pero es justo eso lo que va a permitir garantizar su futuro . Así, en un contexto donde las presiones para prohibir especies o limitar la caza son cada vez mayores, contar con datos propios es vital. Y es que ya no basta con decir que una especie es abundante. Hay que probarlo. Además, herramientas como las mencionadas permiten reforzar los lazos con la ciencia, con la conservación y con la administración pública . De hecho, tal y como se ha mencionado ya, la propia Junta de Andalucía colabora activamente con el Observatorio Cinegético y tiene acceso a los datos que los cazadores andaluces registran en CensData. Por otra parte, aunque aún es pronto para hablar de una transformación masiva (la mayoría de los cazadores aún no utiliza estas tecnologías de forma habitual), las perspectivas son alentadoras. En Andalucía, donde la Federación está desarrollando un esfuerzo especial de dinamización, se ha conseguido una participación creciente. «El objetivo es llegar a un 20-25% de las cuadrículas nacionales, que es un dato tremendo. La federación andaluza está haciendo un esfuerzo tremendo poniendo a personal propio, no solo para censar, sino que estamos poniendo una cosa que se llaman 'dinamizadores', que son como los coordinadores comarcales, que nos ayudan a buscar censadores«, comenta Villanueva, recalcando a su vez que » en el caso de Andalucía, junto con Extremadura, es la región en la que más censadores tenemos , aunque hay huecos«. Así las cosas, a medio plazo, la clave no será incorporar más herramientas, sino consolidar las ya existentes . «Si CensData y el precinto digital se afianzan, ya habremos dado un paso enorme», dice el presidente de Artemisan. Aparte, Villanueva afirma también que «uno de los grandes problemas que el mundo de la caza tiene es la falta en el relevo generacional , así que herramientas de este tipo pueden acercar a la gente joven«. Ahora bien, el mayor reto es tener un conocimiento mayor de la situación de las especies cinegéticas y, partir de ahí, tomar nuestra propia decisión. Desde hace tiempo, la prohibición de una especie u otra viene de asociaciones alejadas. Desde el punto de vista del censo es importante que el cazador se implique en eso; la profesionalización del sector de la caza pasa por aquí «. Es así como la caza está cambiando. Ya no es solo tradición, sino también tecnología e innovación . Las herramientas digitales no sustituyen la experiencia del campo, pero la complementan y la proyectan hacia el futuro. Ayudan a proteger especies, a mantener la actividad y a generar datos verdaderamente valiosos, no solo para defender la caza, sino para conservar mejor las especies que se quieren seguir cazando .