Últimamente, la vida de Georgina Rodríguez parece estar en 'standby': un paso adelante y dos hacia atrás. El futuro profesional de Cristiano Ronaldo puede cambiar en cualquier momento y, si eso ocurre, también lo hace el de toda su familia. Ya hemos visto que su ‘modus operandi’ es viajar juntos y permanecer unidos allá donde la carrera del futbolista los lleve, incluso ahora que se conoce que el deportista pasará dos años más en Arabia Saudí. Han sido meses de especulaciones en donde se plantearon opciones en México o incluso en Portugal, pero finalmente se ha confirmado su renovación en Al Nassr, la que ha sido su casa durante las dos últimas temporadas. Según ‘ESPN? o ‘The Guardian’, su salario está entre los 180 y los 200 millones por temporada, lo que significa unos 15 millones mensuales, y a los que habría que añadir un pequeño porcentaje de propiedad del club. Hace unos meses se supo que habían recibido mensajes poco agradables en redes sociales, lo que les llevó a extremar las medidas de seguridad. Georgina lo negó después, pero basta con mirar sus redes sociales para notar que, desde enero —cuando ocurrió este incidente—, no ha vuelto a mostrar el rostro de sus hijos . ¿Significa eso que ya no se siente cómoda viviendo allí? Solo ella lo sabe, pero lo cierto es que ha tomado medidas al respecto, y eso ya dice mucho. En este proceso, Georgina ha intentado abrirse nuevos caminos alejados del destino cambiante de la carrera futbolística de Cristiano. Hace un año constituyó en España una sociedad bajo el nombre de Bellalisa S.L., en honor a su hija menor. La empresa, creada en febrero de 2024 con Georgina como única socia y con Ramón Jordana —representante y mano derecha de la empresaria— en la administración . Tenía como objeto social la promoción y gestión inmobiliaria. Podría pensarse que esta empresa estaba detrás del piso que Georgina mostró hace unas semanas en redes sociales. En su perfil, se la ve abriendo la puerta de un apartamento completamente vacío, con cocina abierta, y luego mostrando el mismo espacio ya decorado. Todo indica que ella misma se encargó de dejarlo listo. Además, teniendo en cuenta que la familia ha estado en Madrid recientemente, parece evidente que dicho inmueble se encuentra en la capital, donde ya poseen una propiedad: su chalet en La Finca , donde se alojan siempre que viajan a España. No sería descabellado pensar que se trata de un proyecto personal de Georgina, quizás una inversión inmobiliaria en la que reformó el piso con la intención de alquilarlo. Lo sorprendente es que la publicación de este piso coincide casi en el tiempo con la baja de la sociedad que podría haber gestionado precisamente ese alquiler. El pasado 2 de abril, su amiga Elena se encargó de liquidar la entidad , sin que llegara a tener ningún inmueble a su nombre. De hecho, a nombre de Georgina solo figuran oficialmente la casa de La Finca y otra en Girona, por lo que se desconoce a quién pertenece el piso que mostró en sus redes sociales y cuál es exactamente el proyecto detrás de esa transformación. No es la primera vez que Georgina pone fin a una aventura empresarial. Hace un par de años decidió cerrar su marca de ropa deportiva, OM by G , lanzada en 2021. Quizás se trate de un proyecto de Cristiano en el que ella actúa como ejecutora, encargada de la decoración. Sea como fuere, lo que está claro es que Georgina no se detiene. Sigue dando pasos hacia adelante en su carrera como 'influencer' y en la gestión de sus ingresos. El futuro no la tomará por sorpresa, porque cada vez abarca más terrenos: creadora de contenido, modelo, promotora inmobiliaria, productora de su propio 'reality'… Y todo indica que aún no lo hemos visto todo.