Economía, practicidad, polivalencia, capacidad de adaptarse a cualquier carga, a cualquier uso. El Renault 4 no nació de la nada. Citroën, tenía un 2CV que respondía a los mismos principios. Renault se inspiró en el modelo del doble chevrón sin que por ello hubiera semejanzas exteriores: rusticidad, amplio habitáculo, tracción delantera, suspensiones de grandes recorridos que permitieran pasar por caminos en muy mal estado… y un presupuesto de mantenimiento mínimo. Con una potencia, hablamos de su lanzamiento en 1961, el Renault pronto conquista las zonas rurales. En 1962 se vendieron más de 200.000 Renault 3 y 4. Pero en las ciudades era otro tema: su aspecto utilitario, rústico, no seducía a un público urbano, y menos aún al femenino. Y es entonces cuando Renault pone en marcha una idea original: del 8 de marzo al 15 de julio de 1963, cuatro mil doscientas lectoras de la revista «ELLE», son invitadas a probar durante dos días el 4L. Para la operación, bautizada como «Elle prend le volant» («Ella toma el volante»), medio millar de Renault 4 «Super» se transformarán en el R4 Parisienne: un nombre elegido por reflejar la fama internacional del buen gusto de las parisinas, según Renault. Cerca de seis mil conductoras probaran el coche, tanto en Paris como en provincias. Para darle un toque más «chic», el R4 estaba adornado con pintura negra y, a elección, con una imitación de mimbre amarillo (pintado a mano) inspirado en algunos automóviles de los años Veinte y Treinta, o un estampado de tartán (verde o rojo) de connotación escocesa. La famosa cantante Sheila, entonces una joven estrella emergente de la canción francesa, forma parte de la operación y se convierte en la imagen de la mujer parisina. Irónicamente, aún no tiene el carnet de conducir. Lo aprobará al año siguiente (en un R4 de autoescuela) y su productor le ofrecerá entonces un auténtico Renault 4 Parisienne de producción. Pero volvamos a nuestra historia. Al devolver los vehículos, las lectoras debían indicar los puntos fuertes y débiles del coche, así como una opinión, positiva o negativa, general. El entusiasmo fue tal que la decisión se tomó rápidamente: el Parisienne se incorporaría a la gama a partir de 1964. No se trataba de una «serie especial» en el sentido actual, sino de un modelo con personalidad propia dentro de la gama del Renault 4. Los primeros 500 ejemplares se reacondicionaron en Billancourt, ya fuera como el clásico R4 Super o como el nuevo Parisienne con sutiles modificaciones. En la versión de producción, la decoración es menos refinada: pierde algunos detalles de tartán o mimbre, mientras que esta última ahora está pintada industrialmente (y no a mano). Sin embargo, incorpora el logotipo «4 Parisienne» en la parte trasera. Se lanzó en diciembre de 1963, equipado con el motor Billancourt R1123 de 5 CV y 845 cc. De hecho, ya no habrá decoración en el portón trasero, desaparecerá el revestimiento de la parte superior de la puerta y se prescindirán las rejillas en los guardabarros y alrededor de la parrilla. Al año siguiente, la Parisienne se relanzó con una nueva paleta de colores disponible, el gris. Posteriormente, en 1966, la gama se amplió con la introducción del motor 4CV R1120 de 747 cc. Sin embargo, todo cambió en cuanto a la pintura, ya que el negro y el gris desaparecieron en favor del azul marino, el verde oscuro y el burdeos. Finalmente, en 1967, el interior cambió ligeramente, especialmente con un nuevo salpicadero, y era posible pedir una Parisienne sin trenzado ni cuadros escoceses, para no llamar tanto la atención, sin duda. El de 1968, fue el último año del Parisienne en el mercado. Renault se preparaba para lanzar una versión «de ocio» del R4, con la intención de impulsar las ventas y conquistar a la clientela femenina: el Plein Air sustituyó al Parisienne y se enfrentó frontalmente al Méhari de Citroën. Un fracaso que pasaría a la historia. Como hemos visto, Renault volvería al elegante coche urbano con el Supercinco Baccara, pero no se olvidaría del Parisienne: así, en Alemania, una edición especial del Kangoo adoptaría el nombre de Parisienne y recuperaría una carrocería al estilo del venerable R4. Es imposible saber cuántos Parisiennes se fabricaron entre 1963 y 1968. Una cosa es segura: hoy en día son raros y codiciados, sobre todo cuando están en buen estado. En el género de las misiones imposibles, se podría intentar encontrar un R4 Super Parisienne, uno de los 500 del lanzamiento, pero parece improbable que aún exista. Sin duda , perfecto para pasear bajo el celo de París.