Bruselas reprocha al Gobierno que no haya impulsado una estrategia nacional de lucha contra la corrupción
El informe anual sobre el estado de derecho ve avances en el nombramiento de los jueces tras años de bloqueo del Poder Judicial y reclama que se culmine la regulación para separar el mandato del Gobierno y el del Fiscal General, aunque no entra en valoraciones sobre el procesamiento de Álvaro García Ortiz
La advertencia de Bruselas sobre el “riesgo elevado” de corrupción en España que pasó desapercibida
La Comisión Europea reprocha a España que no haya impulsado una estrategia nacional contra la corrupción. Es del gran tirón de orejas en el informe anual sobre la situación del estado de derecho que se lleva el Gobierno en un momento en el que está en horas bajas, entre otras cosas, por el gran escándalo que afecta a los dos últimos secretarios de Organización, José Luis Ábalos y Santos Cerdán, este último en prisión provisional. El gobierno comunitario recrimina que no se haya dado ningún paso para impulsar esa estrategia, que está comprometida en la ley de protección a los denunciantes.
“Aún no se ha empezado a trabajar en la estrategia nacional anticorrupción prevista por ley para septiembre de 2024”, recoge el informe, que alerta: “De acuerdo con las partes interesadas, a pesar de la inclusión de prioridades anticorrupción en los planes y estrategias sectoriales, la ausencia de una estrategia unificada corre el riesgo de fragmentación y una supervisión insuficiente de las medidas”.
El informe no menciona expresamente los escándalos de corrupción que recientemente han afectado al entorno de Pedro Sánchez, pero sí recoge de nuevo el “alto riesgo de corrupción” en sectores como “la contratación pública, la financiación de partidos políticos, los proyectos de infraestructuras y los contratos de servicios públicos”. Y se basa en las respuestas del Eurobarómetro en el que un 40% de las empresas piensan que la corrupción les ha impedido ganar licitaciones en los últimos años (la media de la UE es del 25%.
Y, en relación a la financiación de los partidos políticos, España se lleva otro tirón de orejas por no haber “tomado medidas para reformar la legislación electoral de acuerdo con las recomendaciones del Tribunal de Cuentas”. Por el contrario, ve progresos en el intento de poner límite a las investigaciones de las macro-causas de corrupción, aunque recomienda que se dé el impulso definitivo a la tramitación de la reforma de la ley de enjuiciamiento criminal para culminar ese proceso.
También señala los avances para que el mandato del Fiscal General del Estado se desligue de la duración de la legislatura para adecuarse a los “estándares europeos”. La pretensión es que se desvincule lo máximo posible esa figura del ejecutivo, aunque Bruselas no cuestiona que sea el Gobierno el que nombre al máximo responsable del Ministerio Público.
El informe vuelve a pasar de puntillas por la amnistía al procés, pese a los intentos del PP de que la Comisión Europea cuestionara esa ley en su análisis del estado de derecho. Lo que hace Bruselas es tomar nota de que el Tribunal Constitucional ha avalado la norma y recuerda que su evaluación será parte de los procedimientos ante el Tribunal de Justicia de la UE. Ese análisis fue crítico con la ley de amnistía, aunque Bruselas no ve perjuicio a las finanzas de la UE, que es uno de los principales motivos por los que el conflicto se elevó al tribunal de Luxemburgo.
También desaparece prácticamente el que durante años fue el gran reproche de Bruselas respecto a la situación del estado de derecho en España: el Poder Judicial. Tras el acuerdo alcanzado entre PSOE y PP en junio de 2024, el gobierno comunitario ve avances en los nombramientos que se han ido desbloqueando.