El Tren Bioceánico y la falta de claridad del Estado peruano, por Óscar Vidarte Arévalo
En las últimas dos décadas, el Perú ha participado en diferentes espacios que han promovido alternativas para la conexión ferroviaria entre el Pacífico y el Atlántico. Se ha hablado de las rutas Paita-Santos e Ilo-Santos, pero en todos los casos estos acercamientos estuvieron condicionados por cuestiones de índole política. La llegada al poder de Jair Bolsonaro en Brasil y la crisis política en el Perú no ayudaron en la continuación de estos acercamientos. Pero, con la inauguración del puerto de Chancay, todo cambia.
En este nuevo escenario, China buscaría darle un mayor valor al puerto de Chancay. Si bien se espera que Chancay transforme en los próximos años la dinámica portuaria y naviera en el Pacífico Sur y se convierta, como parte de la Iniciativa de la Franja y la Ruta, en la puerta de entrada de China a Sudamérica, además puede servir de alternativa al Canal de Panamá. Frente a los intentos del gobierno estadounidense por ejercer, como mínimo, un mayor control sobre el Canal de Panamá, la construcción de un tren bioceánico que tenga al puerto de Chancay como punto de inicio/fin de la conexión del Pacífico con el Atlántico es de gran relevancia para los intereses chinos en la región.
Resulta evidente que el Perú no puede permanecer al margen de un proyecto de esta magnitud. Si realmente queremos aprovechar Chancay como un polo de desarrollo para el país, hay muchas cosas por hacer, entre ellas impulsar proyectos como el tren bioceánico. Lamentablemente, en el último año el gobierno peruano ha mostrado tantas posturas distintas en tan poco tiempo —desde poco interés o no querer financiarlo, hasta no descartarlo o querer cofinanciarlo— que genera desconfianza a nivel internacional.
Esta falta de claridad es la que permite entender la ausencia del Perú en el acuerdo entre Brasil y China para iniciar los estudios técnicos que hagan posible el tren bioceánico. Si bien es un documento inicial, el Perú no puede estar al margen. Incluso, este acuerdo establece una nueva ruta para el tren bioceánico, sin conocimiento del Perú, que iría del puerto de Ilhéus (Bahía) con dirección al puerto de Chancay. Por la falta de políticas de Estado de un gobierno muy débil como el peruano, los intereses de países grandes como China y Brasil van a terminar imponiéndose sobre nuestros intereses.Preguntar a ChatGPT