El frágil alto al fuego entre Israel y Siria: ¿Por qué estalló la guerra y quiénes son los drusos?
Menos de una semana después del inicio de la guerra entre Israel y Siria, se anunció un alto al fuego. El acuerdo fue comunicado el 18 de julio por Tom Barrack, enviado especial de Estados Unidos, vía X. En su mensaje, aseguró que el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, y el presidente sirio, Ahmed al-Sharaa, alcanzaron una tregua con respaldo estadounidense. Sin embargo, aunque el cese de hostilidades suspende la violencia —que ha dejado al menos 940 muertes, según el Observatorio Sirio de Derechos Humanos—, no implica una solución definitiva.
“Es una pausa, pero no es el fin del conflicto”, afirma el internacionalista Ramiro Escobar. “El fin del conflicto es mucho más complicado porque tienes una minoría drusa en Siria dividida entre un sector proisraelí y otro progubernamental islamista que han acatado el alto al fuego. Pero, no creo que esto acabe con el problema”, explica. Para evaluar las posibilidades reales de paz es necesario comprender las causas de esta guerra que Netanyahu inició supuestamente para proteger a los drusos.
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¿Por qué empezó la guerra y quiénes son los drusos?
La guerra entre Israel y Siria, que comenzó el 13 de julio, tiene sus raíces en la ocupación israelí de los Altos del Golán, un territorio sirio desde los años ochenta. “Según el derecho internacional y a petición de Siria, este sigue siendo territorio sirio ocupado por Israel. Es decir, la ocupación israelí nunca se ha terminado”, apunta Escobar. En ese contexto, lo que ahora ocurre es que el actual gobierno sirio está presidido por Ahmed al-Sharaa, yihadista que asumió el poder tras la caída de Bashar al-Assad.
Al-Sharaa no es proisraelí, aunque al-Assad tampoco lo era. Los que sí son proisraelíes son los drusos. Los drusos son un grupo étnico-religioso distribuido en Siria, Líbano, Israel y Jordania. En Siria, son alrededor de 700.000 habitantes. Con la caída de Assad, la influencia siria sobre la comunidad drusa se debilitó, lo que abrió espacio para tensiones internas y conflictos recientes entre drusos y otras comunidades, como los beduinos en la provincia de Sweida.
Israel ha aprovechado esta situación para intervenir militarmente bajo la justificación de proteger a los drusos sirios, con quienes mantiene vínculos a través de la comunidad drusa israelí. No obstante, analistas sostienen que es una excusa. “El verdadero motivo de Netanyahu es la fuerte presión interna: su bloque de gobierno se está resquebrajando y abrir un nuevo frente de guerra le ayuda a cohesionar la población detrás de él”, indica el experto.
“Netanyahu ha tenido una estrategia actual de la guerra prolongada porque esto lo mantiene en el poder. De hecho, muchos expertos dicen que es una guerra en la sombra”, señala Talya Iscan, especialista de política internacional de México. “Israel ha mantenido desde hace más de una década una política de ataques aéreos selectivos en Siria. En especial, contra posiciones de Hezbolah porque hay que tener en cuenta que este es un aparato indirecto de Irán en Siria y hay muchas milicias iraníes en diferentes zonas de Siria”, explica.
A ello se suma la inestabilidad en Siria que a Israel le conviene agravar. “Siria es un país que no tiene soberanía desde los tiempos de la guerra civil. Entonces, el discurso de autodefensa ha convenido al gobierno israelí con el pretexto de impedir que Irán agrave sus ataques al territorio israelí, cuando en realidad Israel busca mantener la desestabilización regional porque eso lo mantiene en el poder”, argumenta la experta.
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Un alto al fuego muy frágil
Pese al anuncio del alto al fuego, que ha sido confirmado por el presidente sirio como “inmediato y completo”, enfrentamientos sectarios en Sweida continúan siendo reportados por medios internacionales. El Observatorio Sirio de Derechos Humanos ha confirmado que continúan combates entre drusos y beduinos en la región.
“Prácticamente, podemos ver un cambio de táctica israelí. Israel fue quien atacó al ejército sirio y, ahora, de repente está aceptando un alto al fuego. Pero, recordemos que no es igual a un acuerdo de paz. Incluso se puede usar como táctica para que una de las partes se empodere más”, observa Iscán. La fragilidad del acuerdo es evidente.
“Israel con su propia agenda unilateral no tiene motivaciones para detenerse. El cambio no surge de una voluntad de paz, sino de cálculos tácticos para controlar internamente Siria y presionar a Damasco desde el exterior. Incluso, como un aparato de amenaza”, sostiene.
Escobar coincide en que no es un alto al fuego sólido. “También hay que considerar la posición de Israel que, después de que se anuncie el alto al fuego, ha insinuado que el presidente sirio está apoyando a los yihadistas. Allí veo un problema complejo porque Israel quiere marcar territorio, lo que no solo significa defender a la minoría drusa, sino demostrar poder, amenazar para que no haya ningún intento de generar tensión entre el nuevo presidente sirio que es yihadista y el Estado de Israel”, detalla.
Estragos de la guerra
Desde la perspectiva de Iscan, la ofensiva israelí fortalece el llamado ‘Eje de la Resistencia’, un conjunto de actores políticos y militares —liderados por Irán, y que incluye a Siria y Hezbolá—, ligados a la rama chiita del Islam, que se oponen a la influencia israelí y occidental en Medio Oriente.
“Claramente, muchos actores occidentales buscarán debilitarlo, y los ataques israelíes refuerzan la narrativa de resistencia antiisraelí en el eje chiita, lo que aumentará el respaldo a Hezbolá y la desestabilización de manera permanente”, advierte la experta.
“Independientemente de la diversificación de los elementos tecnológicos utilizados en estos bombardeos, esta situación representa una amenaza para la reconstrucción y la estabilidad política en Siria, aspecto que también formó parte del discurso occidental cuando derrocaron el régimen de Bashar al-Assad. Así, Israel se asegura de que Siria no emerja en ningún momento como un actor regional competitivo”, agrega.
“El gobierno sirio mide mucho su relación con Israel y Estados Unidos, pues aún es un gobierno débil”, concuerda Escobar. “Israel aprovecha esta debilidad y, tras sus anteriores ataques a Irán y ahora a Siria, parece mostrarse como una potencia regional difícil de frenar”, comenta.
Con un gobierno sirio débil, divisiones internas y una estrategia israelí basada en el control y la presión regional, el presunto alto al fuego parece más un respiro táctico que un verdadero paso hacia una paz que sigue siendo esquiva para varias comunidades en Medio Oriente.