Alfredo Evangelista recibe con 70 años el cinturón que perdió contra Muhammad Ali
Tenía 22 años Alfredo Evangelista cuando el 16 de mayo de 1977 se subió a un cuadrilátero para enfrentarse a Muhammad Ali. En juego estaban los cinturones del campeón del mundo del peso pesado en versión del Consejo y de la Asociación Mundial de Boxeo, lo que en aquella época significaba que el ganador sería el campeón del mundo indiscutido.
El boxeo estaba dividido entonces en sólo dos federaciones mundiales y los combates se disputaban a quince asaltos. Y los quince aguantó de pie Alfredo Evangelista, que salió de allí derrotado pero convertido en una leyenda del boxeo español.
Han pasado 48 años y ahora la Asociación Mundial de Boxeo (WBA) le ha reconocido en la convención que ha celebrado en Madrid como campeón del mundo honorífico. Su presidente, Gilberto Mendoza Jr., le entregó el cinturón junto a la boxeadora uruguaya Cecilia Comunales que, muy emocionada, no pudo contener las lágrimas. Mendoza le reconoció su historia de superación personal y lo definió como un ejemplo dentro y fuera del ring. «Eso sí es un verdadero campeón. Por tu ejemplo como boxeador, pero también fuera de él, quiero convertirte en campeón mundial honorífico», dijo Mendoza al entregarle el cinturón.
«He vivido momentos muy buenos, he peleado en todas partes, en Las Vegas, Nueva York, Atlantic City, San Francisco, No te puedes imaginar. Y ahora el reconocimiento que me ha hecho la Asociación mundial de boxeo... La verdad es que estoy muy feliz, muy feliz», confiesa Alfredo Evangelista, que atiende a La Razón en el salón del hotel Only You Atocha donde la WBA celebraba su convención.
Alfredo tenía sólo 22 años y apenas hacía dos que había llegado a España desde Uruguay cuando peleó con Ali. «Las cosas estaban muy mal allá. Tuve la suerte de venir para acá y aquí ya llevo 50 años», recuerda. Uruguay estaba en plena dictadura y España, a punto de salir de la suya. Era el año 75 cuando Evangelista abandonó su país de nacimiento para encontrar uno nuevo. «Me salió un contrato gracias a Evelio Mustelier, Kid Tunero. Yo en Uruguay pintaba bien, era un peso medio pesado, aquí soy peso pesado», cuenta. Alfredo no lo dudó y dos años después estaba peleando con Muhammad Ali. «Muy poca gente puede decir que ha peleado con Alí. Yo tuve esa suerte de enfrentarme con él, quince asaltos y perder por puntos. Para mí hice un combate muy bueno, muy bueno», asume. «Nunca pensé que iba a pelear con Alí, Y he peleado con, para mí, el que hoy en día, sigue siendo el más grande, el mejor peso pesado que ha habido en la historia», añade.
«La primera vez que fui a Estados Unidos fui a firmar el contrato cerca de Central Park. Y cuando me enteré de que iba a firmar el contrato de la pelea con Alí dije ‘‘ya estoy en el baile, sigo bailando’’. Uno cuando se mete en esto sabe lo que viene, uno no puede estar eligiendo rivales para hacer un dinerito o una fama. Aquí hay que enfrentarse al que venga Para eso estamos», recuerda.
Y después de Ali vinieron más. «Yo soy un tipo hábil, ágil, esquivaba mucho, era muy rápido para ser un peso pesado. Pero bajo. Yo medía 1,85 y peleaba con una gente de uno noventa y pico, casi dos metros. Pero me adapté bien al peso pesado y la verdad que me han pegado muy poquito. Mira la cara que tengo después de ochenta y seis combates. Y me pegué con todos, con Larry Holmes, con Muhammad Ali, con Leon Spinks», recuerda. «He peleado en todos lados, he sido campeón de Europa siete veces. Aquí, en Europa no tenía rivales. Estoy feliz y orgulloso de la carrera que he hecho», añade Evangelista.
Después de la retirada vinieron tiempos difíciles. «Del boxeo no puedo decir nada, pero cuando uno lo deja la vida se hace más complicada. O te metes en cosas que no tienes que meterte, en problemas. Pero la vida me dio esa parte. También tengo cabeza, mi familia me ha ayudado mucho. Muchos amigos me han ayudado Gracias a Dios, me siento bien, estoy feliz», confiesa.
Desde hace años Alfredo vive en Zaragoza. «Soy el hombre más feliz, traje a toda mi familia Viven aquí todos, tengo tres hijos, me cuido, voy al gimnasio, tengo chavales para entrenar todos los días. Ahora abrimos un gimnasio nuevo en Zaragoza para septiembre. «¿Qué puedo decir? Hoy me reconocen como campeón del mundo, no puedo pedir más ya, con 70 años que tengo», dice. 70 años y un cinturón de campeón del mundo recién estrenado.