La vorágine de precios en la que se ha instalado el mercado inmobiliario en España en los últimos años está obligando a muchos ciudadanos a buscar el dinero necesario casi debajo de las piedras o directamente descartar la adquisición de una casa, ante el importe que deben aportar para empezar con esa operación. De media, el ahorro necesario que hay que tener disponible se encuentra en los 44.000 euros . Eso sí, a medida que van creciendo los precios de las vivienda, se incrementa también esa cuantía necesaria para acceder al inmueble, tanto por la parte que no financia el banco como por los gastos asociados en impuestos y trámites que deben asumir los futuros compradores. La cuantía no es baladí habida cuenta de los ingresos reales que tiene una familia española en estos momentos, muy distantes de lo que necesitan para acceder a una vivienda, si ese es su deseo. El salario medio bruto se encuentra en el entorno de los 28.000 euros , según los últimos datos disponibles del INE. Aunque el sueldo ha aumentado un 4% en el último año, apenas supera los 25.500 en el caso de las mujeres o los 30.300 euros para los hombres. Es decir, en muchos casos hace falta lo que gana un matrimonio un año entero , que estarían sin cobrar, para poder tener esos fondos necesarios para adentrarse en une vivienda. Doce meses seguidos sin cobrar para destinar sus respectivas nóminas a la adquisición del piso al que quieran aspirar. Esta realidad financiera supone una auténtica traba sobre todo para los más jóvenes, que no encuentran alternativas de acceso a la vivienda para disponer de ese dinero con unos sueldos que siguen siendo paupérrimos. Tampoco depositan sus esperanzas en el alquiler, con un precio medio de 1.000 euros en ciudades como Madrid o Barcelona . E incluso si optan por arrendar una habitación, su coste medio roza ya los 600 euros en la capital. Es decir, lo que antes costaba casi un piso completo ahora sirve para pagar una estancia de poco más de 10 metros cuadrados. Esos 44.000 euros de media que son necesarios para comprar una vivienda supone tener ahorrados un 27% del valor del piso o la casa por la que se quiere optar, según los últimos datos disponibles del Consejo del Notariado, referidos al mes de junio. Estas estadísticas de los fedatarios públicos apuntan a que la cuantía de los préstamos hipotecarios supone, de media, un 73% del valor de tasación de las casas. Es decir, para una vivienda de 100.000 euros, el banco financia aproximadamente 73.000 euros. El resto lo debe aportar el comprador, y sumar los gastos asociados que ya todos conocen: gestoría, notaría e impuestos. Las diferencias de aportaciones de dinero son, además, notables si se comparan entre comunidades autónomas. Allí donde los pisos son más caros, mucho más ahorro es necesario tener a disposición. Por ejemplo, Baleares, Madrid y Barcelona se sitúan a la cabeza de este ranking con unos ahorros necesarios de 78.779, 74.126 y 70.537 euros, respectivamente. «Son las tres provincias donde más ahorros necesitan los ciudadanos para acceder a la compra de una vivienda», indica el estudio elaborado por Qualis Credit Risk España y Portugal. A estos territorios leles siguen de cerca Guipúzcoa (68.637 euros) y Vizcaya (58.521 euros). En el extremo opuesto se sitúan las de Ciudad Real (18.916 euros), Jaén (19.409 euros) y Zamora (20.655 euros), como las localizaciones donde los habitantes necesitan una cantidad de ahorro menor para acceder a la compra de una vivienda. «Este desembolso inicial se ha convertido en una barrera de entrada significativa al mercado hipotecario. Hay miles de potenciales compradores que, si bien cuentan con solvencia económica para afrontar la cuota del préstamo, «no tienen suficientes ahorros para hacer frente a la entrada», afirma Jaime Marín, director de Qualis. Este experto señala que «toda esta demanda insatisfecha se ve relegada al mercado del alquiler , lo que provoca a su vez un incremento de los precios de los arrendamientos». Para hacer frente a esta coyuntura, en otros países europeos se va extendiendo el seguro de crédito hipotecario, que permite a los bancos ofrecer hipotecas de más del 80% sin aumentar su exposición crediticia . El producto está muy implantado en Italia, Alemania, Portugal o Reino Unido, y ha permitido facilitar el acceso a la vivienda a un importante número de potenciales compradores, sobre todo de perfiles más jóvenes.