Dónde no deberías poner nunca el aire acondicionado en tu casa: “puede afectar a su rendimiento”
Con la llegada de los meses más calurosos del año, especialmente en regiones de España donde el verano se hace implacable y en esta semana que comienza, se va a llegar a los 40ºC en algunos puntos del país, el aire acondicionado deja de ser un lujo para convertirse en una necesidad. Sin embargo, más allá de elegir un buen equipo, existe un factor que muchos pasan por alto: dónde colocarlo. Y es que la ubicación del aire acondicionado en casa puede marcar la diferencia entre un ambiente fresco y eficiente… o una máquina que apenas rinde, incomoda y gasta de más.
A la hora de instalar un aire acondicionado tipo split, es común que se prioricen cuestiones como el espacio disponible o la estética, pero esto puede ser un error. Según expertos en climatización, hay ubicaciones que pueden comprometer seriamente el rendimiento del aparato y afectar la experiencia dentro del hogar.
Dónde debes colocar el aire acondicionado
Uno de los errores más comunes es colocar el aire acondicionado en la cocina. Aunque pueda parecer una buena idea para aliviar el calor de los fogones, lo cierto es que se trata de uno de los peores lugares para instalarlo. El motivo es doble: por un lado, la presencia de grasa, vapores y humo puede deteriorar con rapidez el aparato; por otro, el uso del extractor o campana puede generar corrientes que interfieran en el flujo del aire frío, obligando al equipo a trabajar más de lo necesario.
Otro lugar habitual, sobre todo en pisos pequeños o con distribución complicada, son los pasillos. Aunque pueda parecer una zona “neutra”, lo cierto es que los pasillos no son lugares de estancia, por lo que el aire se dispersa antes de climatizar realmente una habitación. Además, forzar al aparato a trabajar desde allí para enfriar estancias lejanas reduce su eficiencia y eleva el consumo.
También hay que evitar instalar el aire acondicionado cerca de ventanas, puertas o en lugares donde haya corrientes constantes. Estas corrientes desestabilizan los sensores de temperatura del equipo, haciendo que funcione de forma ineficiente. Asimismo, colocarlo justo enfrente del sofá o de la cama puede parecer cómodo, pero a la larga es contraproducente: el chorro directo de aire puede provocar molestias respiratorias, dolores de cabeza o problemas musculares.
Entonces, ¿dónde sí conviene instalarlo?
Los profesionales coinciden en que lo ideal es situar la unidad interior en la parte alta de la pared, ya que el aire frío tiende a descender, y en una zona central de la estancia. De este modo, se asegura una mejor distribución del aire. Además, debe evitarse que apunte directamente hacia las personas. Lo recomendable es que el flujo de aire rebote en superficies para expandirse por la habitación sin ser agresivo.
En dormitorios, por ejemplo, lo más habitual es colocarlo encima de la puerta o en la pared del cabecero de la cama. En salones, mejor orientarlo hacia zonas de menor tránsito, como la pared frontal al sofá pero en altura, asegurando que el aire se reparte de forma uniforme sin impactar directamente a los ocupantes.
La eficiencia energética no sólo depende del aparato, sino también de su colocación. Un aire acondicionado mal ubicado puede consumir más, enfriar menos y desgastarse antes. Así lo advierte el portal 'El Aire Acondicionado.com', de donde se han extraído estos consejos: "Un emplazamiento de los equipos mal elegido puede afectar a su rendimiento". Además, un acceso difícil o poco práctico dificultará las revisiones periódicas y el mantenimiento básico, lo que a medio plazo puede acarrear problemas técnicos.
Por eso, si estás pensando en instalar un equipo nuevo o en cambiar el actual, conviene que te asesores bien. A veces, una instalación algo más costosa o laboriosa se traduce en un mejor rendimiento y menos gastos en la factura de la luz.
El aire acondicionado se ha vuelto indispensable en muchas viviendas, pero su eficacia depende en gran parte de dónde se coloca. Evitar errores comunes, como instalarlo en la cocina, en pasillos o frente a zonas de descanso, puede suponer una gran diferencia en confort, salud y ahorro. Como tantas otras cosas en el hogar, elegir el sitio adecuado es una cuestión de lógica, sentido común y buena información.