Menos de una semana después de que cuatro ertzainas resultaran heridos tras mediar en una pelea en Ordizia (Guipúzcoa), en la madrugada del sábado al domingo, según el Departamento de Seguridad del Gobierno vasco, un grupo de personas asaltó de forma violenta la comisaría de la Policía local del municipio guipuzcoano de Azpeitia. Los agentes, que fueron agredidos, tuvieron que pedir refuerzos a la Erzaintza al verse superados por una multitud que se congregaba en los alrededores. «Unos hechos muy graves, intolerables e inaceptables que no tienen cabida en nuestra sociedad y que atentan gravemente contra la convivencia», denunciaba la Consejería dirigida por Bingen Zupiria. «Pedimos a la sociedad vasca que no permita ni tolere, y que condene, este tipo de hechos. Está en manos de todos, es nuestro deber como sociedad, proteger a quienes con su profesionalidad nos protegen», añadían. De acuerdo con el relato del sindicato Esan, varios agentes de la Policía local acudieron de madrugada a hacer una intervención en el Gaztetxe de Azpeitia (local «autogestionado» por las juventudes de Euskal Herriko Kontseilu Sozialista) cuando fueron increpados al grito de «txakurrak» (perros, en euskera). Minutos después de volver a dependencias policiales, varias personas llamaron al timbre y más de una una decena de individuos entraron en el interior profiriendo «insultos, amenazas de muerte y tratando de forzar el paso a la zona interior de la comisaría». Incapaces de contener al grupo y viéndose en riesgo, solicitaron refuerzos urgentes a la Ertzaintza, movilizándose las patrullas de varias comisarías mientras «más de 200 personas» se concentraban en el exterior en protesta de la identificación hecha anteriormente. Una de ellas habría sido identificada durante los enfrentamientos, después de causar lesiones a un ertzaina al golpearle con un vaso. Los responsables del Gaztetxe niegan esta sucesión de los hechos, desmintiendo haber entrado «con actitud agresiva» en la comisaría, que no cuenta con cámaras de seguridad pese haber sido solicitada su instalación al Ayuntamiento del municipio. Afirman que todo comenzó por la tarde cuando una patrulla de la Ertzaintza identificó a un joven para multarle por realizar una pintada con el acrónimo ACAB (todos los policías son unos bastardos, por su traducción del inglés). Entonces, según el comunicado emitido por el Gaztetxe, varias personas «señalaron a la Ertzaintza lo absurdo de esta identificación», viviéndose «momentos de tensión» ya en las inmediaciones del Gaztetxe. Reconocen que, tras esto, siete personas acudieron a dependencias policiales «con la intención de denunciar la responsabilidad de los agentes en los incidentes anteriores» cuando aparecieron «seis patrullas y dos furgonetas de la Ertzaintza» y se produjo la detención del joven (quien habría agredido al agente), tras lo cual el grupo aumentó para «exigir su liberación». El Ayuntamiento de Azpeitia, gobernado por EH Bildu, que dice seguir recabando información y señala un «despliegue excesivo de la Ertzaintza», confirma que algunas personas «entraron en la Policía Municipal para quejarse de la identificación previa, y una gran multitud comenzó a congregarse en el exterior». Al sentirse «impotente», los policías locales de servicio recurrieron a la policía autonómica. «Desde ayer por la mañana (por el sábado), se ha registrado una presencia inusual de la Ertzaintza en el municipio, y el Ayuntamiento también está trabajando para esclarecer los motivos», reza el comunicado del Consistorio dirigido por Nagore Alkorta.