“No avanzará la lucha contra la criminalidad mientras tengamos este Ejecutivo y este Legislativo”
En el libro El Tren de Aragua, usted señala que esta organización criminal replica en el Perú el modelo que utilizó en Venezuela.
A ver, el modelo que yo llamo Tren de Aragua se basa en tres elementos. Primero, la concentración del poder: ellos son los únicos que quieren el poder, no entran con otros. A la gente le dicen te unes, te vas o te mueres. En segundo lugar, el dominio territorial: ellos toman zonas y todo lo que sucede ahí es, entre comillas, de ellos (…) Y en tercer lugar, la diversificación criminal: de acuerdo al país a donde llegan, a la ciudad que llegan, a las alianzas que forman, porque ellos tienen células, facciones y franquicias. Entonces van viendo a qué tipo de delito se ajustan más (…) Ese es el modelo Tren de Aragua, que nace en la cárcel de Tocorón, por eso decimos que es una banda carcelaria, por eso hablamos de gobernanza criminal y gobernanza carcelaria. Y esa gobernanza que ellos ejercen en la cárcel, con el control absoluto de todos los presos, les permite cobrar lo que llaman la causa, que es el cupo que tienes que pagar, y en la calle se convierte en la vacuna, que es la extorsión. Y para ello tienen una organización: los pranes, que son los principales; los luceros de la alta, los luceros de la baja, los gariteros; y eso lo replican en la calle, entonces van desde la gobernanza carcelaria a la gobernanza criminal en la calle. Con todo ese coctel hecho, ya dominando allá territorios, se da un fenómeno que nadie esperaba: la gran migración venezolana en el 2017, la tercera ola migratoria (…).
¿Hay evidencia de que este modelo, con pranes y luceros, se aplique acá?
Tal cual, la diferencia es que no lo aplican en la cárcel, porque no han tomado las cárceles. Ahora, en los penales abiertos de Venezuela, que son el 62%, se da lo que se llama ‘la rutina’. La rutina son los códigos, las normas. Y la sanción (para los que no cumplen) es convertirse en brujas o manchados, son unos parias, y si no los matan, los ponen a labores de limpieza en los penales. Entonces, todo aquel que está en un penal sabe cómo funcionan las cosas, quién manda, cómo manda, cómo actúa (…). Los que han pasado por un penal de allá, vienen acá y así no se conozcan, así sean de otros estados de Venezuela, no solo de Aragua, saben cómo funciona.
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¿Y por qué todavía no se ve esta presencia en los penales?
A ver, en 2017 había 50 presos venezolanos. Ahora hay más de 4.000. Hubo un gran crecimiento durante la pandemia. Pero pasó la pandemia, todo el mundo a la normalidad y tienes ya a miles de presos venezolanos. Pero vienen acá y no tienen nada de eso. Son jóvenes, pocos pasan de los 30 años y no tienen miedo. Aquí se encontraron con la fuerza organizativa de los internos peruanos. Todos los penales tienen, no es autogobierno, es autoorganización. Afuera toman calles y dominan plazas de prostitución, de trata, extorsión, pero en la cárcel no pueden.
Entonces, estamos lejos de tener penales con saunas, discotecas y zoológicos, como en Tocorón.
Muy lejos. Ahora, con el gobierno de Castillo y (luego) Baluarte todo puede ocurrir ¿no? Y con el nuevo presidente del INPE, más aún. Con este gobierno cualquier cosa puede suceder. Yo creo que el INPE, a pesar de que tiene muchísimas fallas, y eso es claro, tiene el poder y el control en los penales. O sea, el director de un penal, como yo siempre digo, puede entrar a cualquier hora del día o de la noche, a cualquier pabellón de un penal, a cualquier celda y saca a cualquier interno y lo lanza (traslada).
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¿Y hoy cómo actúa el Tren de Aragua en el Perú?
Se ha mimetizado, se ha fusionado, ha cambiado de nombre. Es multifacético. El Tren de Aragua tiene células, porque cuando llega a un sitio, tiene primero que unirse a lo que hay. El caso más concreto, que se menciona en el libro, es de una persona que nos comenta de que él llegó y comenzó a chalequear a los que tenían la prostitución en el Lince. Él era seguridad, era el chaleco. Lo contrataron, le dieron armamento y ya está. Vio cómo funcionaba todo el tema, vio quién era quién, Y él mismo cuenta: “llegaron mis paisanos, llegaron con armamento, llegamos en un grupo, así que le pusimos nomás al que batuteaba (manejaba), el peruano. Pum, ¿ya te vas? No, y pum, lo mataron. Nos quedamos nosotros. A la chica que decía no te voy a pagar. Pum, mataron a la chica". Entonces ahora ellos dominan. Entran de esa manera, con sus paisanas. No les gusta trabajar con nacionales. Hay mucho tema de prejuicio también. Porque las conocen y aparte que son más vulnerables.
La ausencia de planes contra la criminalidad y de inteligencia, ha hecho que esto se desborde
Sí. Si bien ha habido buenas capturas de parte de la policía, -si no, no hubiera más de cuatro mil presos venezolanos en las cárceles-, ciertamente en el gobierno de Castillo y Boluarte hubo inestabilidad: Solamente doy un dato: quince ministros del Interior en cuatro años, eso no lo aguanta nadie, ningún país aguanta eso; en términos de rotación de autoridades, de criterios y todo. Y hablando claramente, cada uno peor que el otro, cada vez fue bajando el nivel, igual que los gabinetes.
¿Qué otros factores contribuyeron?
A ver, hay una gran diferencia en la actuación del Tren de Aragua en los diferentes países de América Latina. Encontramos un modelo del Tren de Aragua en Venezuela, un segundo modelo en México, Colombia y Brasil, y un tercer modelo en Perú y Chile, Y a la pregunta de ¿por qué actúan de manera diferente? Hay factores, como la relación que tienen con la comunidad y con otras organizaciones criminales.
¿Por qué no ocurrió lo mismo en Brasil, Colombia o México?
A ver, si vas a Brasil, ya existen organizaciones criminales. Si vas a Colombia, ya existen. Si vas a México, igual. Entonces, ellos entraron a competir y, lógicamente, han ganado algunos espacios, pero no han podido consolidarse, porque la misma competencia delictiva es la que los va expulsando. Y tenemos el caso de Perú-Chile, donde no existen organizaciones criminales de esa dimensión. O sea, no tenemos un cartel Jalisco Nueva Generación, o el de Sinaloa. En Ecuador, por ejemplo, no avanzan porque ahí tienen a Los choneros, Los lobos, etc. En Colombia igual, hay grandes organizaciones. En cambio, llegan a Perú o Chile y no tienen competencia.
¿Y qué rol juegan en este momento las bandas peruanas?
Las bandas peruanas son chicas. O pueden ser clanes familiares. Mira, hasta Los Pulpos, que es lo más significativo, es un clan familiar. Abuelo, padre, hijo.
¿Y ellos disputan sus territorios con los venezolanos?
Como dije, ellos vinieron a dominar, porque esa es su metodología. Pero en algunos momentos hacen alianzas con organizaciones cuando no pueden tomar (el territorio). Pero eso es temporal. Lo que hacen primero con sus células no es alianzas con organizaciones, es alianzas con personas. Con personas concretas. Cuando ya tienen una organización venezolana, así tipo Los gallegos, Los hijos de Dios, toman el control. Mira lo de Pataz, en Pataz, los primeros que chalequeaban en esas zonas eran los venezolanos. Y ahora los trece muertos de Cuchillo son peruanos. Ya no están los venezolanos.
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¿Hay presencia de estas células en la minería ilegal?
Su negocio no es el tráfico de oro. Su negocio no es el tráfico de drogas, no tienen la capacidad, ni el capital, ni la logística. Ellos no van a competir con los carteles mexicanos. Van a lo suyo, lo predatorio netamente, el chalequeo, extorsión, trata, sicariato, secuestro, robo al paso. Eso es lo suyo. Entonces, la primera característica es la mimetización de la delincuencia peruana respecto a los modelos venezolanos porque vieron que eran más efectivos. En segundo lugar, tienes una tercerización de la delincuencia venezolana. Es decir, la delincuencia peruana subcontrata a los venezolanos. Tienes tanta mano de obra delictiva venezolana, suelta, barata y efectiva, que los peruanos los subcontratan para el trabajo sucio, que básicamente es sicariato. Y en tercer lugar, lo que se ha dado, pero ahí ya con mucho cuidado y tratamiento, son las bandas binacionales. Pero no estables, sino tipo injerto.
¿Cuál es el papel de los peruanos, planear los golpes, dar las armas?
Las armas las ponen los venezolanos. La mano de obra más agresiva y todo son de los venezolanos. Por eso digo, bien difícil que tengas organizaciones estables binacionales, difícil. Y aparte que aquí tienes dos modelos grandes de delincuencia venezolana: el modelo Tren y el modelo Caracas, que no sigue para nada el primer modelo. El modelo Tren es monolítico, jerárquico, abusivo, dominador, predatorio. El modelo Caracas no. Es más atomizado, más territorial en su barrio. Cada uno tiene su territorio. Entonces, ¿por qué allá no chocan? Porque cada uno tiene su estado. Cuando salen de Venezuela y se encuentran en la misma ciudad dos modelos diferentes, el Tren de Aragua quiere dominar, pero los otros dicen no.
En el libro se identifican dos tipos de delincuencia: la organizada y la atomizada. ¿Cuál de estas le sirve más al Tren de Aragua?
.El Tren de Aragua es delincuencia venezolana organizada. Y como ellos, otros grupos. Pero como el Tren de Aragua es el más violento, el que tiene también más recursos, ha opacado a las demás. Entonces, ellos son delincuencia venezolana organizada. Pero también tienes un montón de caraqueños independientes, o de otras zonas de Venezuela que no pertenecen a una organización criminal.
Ahora secuestran a sus propios paisanos.
Sobre todo los organizados, porque son predatorios. No les interesa parasitar. O sea, si tienes la minería ilegal, tú creas un producto. En el narcotráfico, tú creas un producto. Y eso lo llevas. Estos más bien se dedican a cobrarle a esos que producen algo o trabajan. O sea, es lo más bajo del lumpen que puede haber.
¿Cómo funciona el tema de las franquicias?
Varias modalidades. Es decir, por ejemplo, gente que pertenece al Tren y que se muda a una zona. Ya, yo voy a tomar el nombre del Tren. (Ellos dicen) dónde vas a trabajar y ya sabes, la tercera parte o la mitad es para nosotros. ¿Por qué hacen eso? Porque si algún payasito comienza a extorsionar, viene el verdadero Tren de Aragua y se lo muestra. El Tren de Aragua surge también como una especie de organización paraguas. Si ellos tienen algún problema o chocan en algún territorio con otros, tienes el respaldo del Tren de Aragua y bum, comienza la balacera con los locales.
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¿Hay indicios de que quieran ingresar al narcotráfico, la minería o la ciberdelincuencia?
A la ciberdelincuencia, de hecho. Por ejemplo, en Chile ha sido capturada una gran organización con 13 millones de dólares. Y la pregunta es: ¿Cómo llevas todo lo que depredas acá en Perú? ¿Cómo le llega a la cabeza allá? Tiene que haber una manera de llevar el dinero. Ya no es tan fácil llevar los maletines, las loncheras o tamales de billetes. Ya no es como nuestra clase política. Entonces, es a través de la ciberdelincuencia, criptomonedas, envíos.
Pero no están entrando a la estafa masiva o robo de cuentas
Yo creo que sí están entrando, sobre todo en Chile. Aquí también, los que te llaman básicamente son extorsionadores, con acento extranjero. Pero están entrando, sí. Todavía no es su negocio, pero están en camino. Lo suyo es la violencia, el chalequeo, la seguridad. En principio es seguridad, después ya es extorsión. Tienes el caso extremo, por ejemplo, ahora de los choferes. ¿Por qué las matanzas de choferes de bus? No es una banda que te extorsiona, no. El problema es que son dos o tres que te cobran cupos. Por eso es la matanza. Porque ya se están peleando eso, y las víctimas no tienen cómo defenderse.
¿Y cree posible que bandas peruanas como Los Pulpos copien este modelo?
Ya lo están copiando. Por eso digo que la primera característica es la mimetización. Ya están mimetizados. En el norte de Lima, el que batutea es un policía en retiro. Allá no es un venezolano. Lo de Pataz no son venezolanos. Cuchillo y el otro que está prófugo, son peruanos. Ya están mimetizados. .
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¿Ve algún intento del Ministerio del Interior o de la Policía por frenar esto?
Yo diferenciaría claramente a la Policía del Ministerio del Interior. El ministerio está politizado por completo, es el encargado de defender a Dina (Boluarte), porque Dina sabe que de presidenta pasa a presidiaria. Y todos los que va contratando Dina, dándole puestos de gobierno, son los que mañana más tarde van a actuar como abogados. Pero a nivel institucional, la Policía por lo menos es la única que nos va a dar esperanza; pero una policía bien debilitada, bien manoseada por el poder político. Y es que, si compras autos Audi para tus generales, es que creo que ya perdiste el sentido de tu trabajo. Eso es copiar el descaro de la clase política.
¿Cree que estamos a tiempo de hacer algo para revertir la situación que estamos viviendo?
Siempre es tiempo. Estamos bastante atrasados, sí, pero siempre es tiempo. Ahora, en mi opinión, esto no va a avanzar mientras tengamos el Ejecutivo que tenemos, el Legislativo que tenemos. Tengo esperanza en el próximo gobierno. Yo veo un espejo en el caso chileno que tiene una clase política mucho más profesional, partidos más estables, y un Congreso que legisla contra las organizaciones criminales, no como el de acá que legisla a favor de ellos mismos (…) Allá tienes un Ejecutivo que al menos trata de atacar el crimen organizado, no como acá, que no hace nada; y tienes aparte carabineros, tienes a la Policía de Investigaciones, aquí no tienes Policía de Investigaciones; (allá) tienen todo lo que nosotros deberíamos tener. Pero igual el gobierno chileno está pasando el flagelo de la criminalidad organizada, que era algo que no tenían. (Acá) Nos falta muchísimo.