El nuevo CEO del Grupo Renault, François Provost, ha arrancado su candidatura por la puerta grande con la presentación de los resultados financieros del primer semestre. «Mi estrategia de gobierno se basa en la priorización y en ser cuidadoso con los factores que están fuera de nuestro control», afirmó en una mesa redonda en la que participó ABC. «El plan Renaulution que creó Luca de Meo tenía como objetivo electrificar la gama europea y lo hemos conseguido», sentenció. Este plan estratégico se encuentra en su fase final, en la que el fabricante francés, el tercero mayor del mercado comunitario, y el directivo se mostró satisfecho con lo conseguido: «No hace falta revisar nuestra gama, es muy buena y tenemos cuota de mercado». Sin embargo, una de las prioridades de cara al futuro es la de revisar los costes de los vehículos eléctricos. Renault los produce bajo su división de negocio Ampere, y esta se ha marcado como objetivo una reducción del 40% en sus costes para hacer el eléctrico asequible a los compradores del viejo continente. «No nos queda otra alternativa», afirmó Provost. «Los incentivos no serán suficientes para bajar el precio al nivel que lo necesitan los clientes europeos». El ejecutivo señaló que uno de los grandes problemas a los que se enfrentan como fabricantes es el coste de desarrollo con la losa burocrática. En sus palabras, dos tercios de los ingenieros del grupo galo se encargan de revisar la normativa europea para asegurarse que se cumple escrupulosamente. «Esperamos que, de cara a 2030, se creen 100 nuevas normas adicionales para el automóvil. Esto, simplemente, no es sostenible». Por ello, el vector de crecimiento y de rentabilidad del grupo pasa por centrarse en mercados emergentes, particularmente Sudamérica e India. Aquí, la compañía tiene cooperaciones importantes con el grupo chino Geely y con su antiguo socio de la Alianza, Nissan, respectivamente. Provost viene de una larga trayectoria internacional para crear estos acuerdos y coordinar esos mercados. «Aún así, debemos ser muy cautos en lo que a competitividad se refiere, porque cada mercado depende de ella». Durante el primer semestre, el Grupo Renault facturó 27.640 millones de euros, un 2,5% más que hace un año. Las pérdidas operativas del grupo quedaron en 8.404 millones de euros –el año pasado fue un beneficio operativo de 1.898 millones–, con un margen del 6%. El resultado neto, lastrado por Nissan, fue de 11.143 millones en pérdidas. El impacto de la salida de la Alianza de su antiguo socio supuso un duro golpe de 11.600 millones de euros, tanto por la pérdida de lo que aportaban las empresas asociadas (2.300 millones) como por los cambios contables (9.300 millones). Este cambio se produce para que, a partir de ahora, cualquier variación del valor de la participación de Nissan, basado en la cotización de sus acciones, se contabilizará en patrimonio neto y no en el resultado neto.